A la Corte, tijuanense acusado por narcotúneles

Gilberto Quezada Madrid fue presentado hoy ante la Corte Federal en San Diego como el segundo implicado en los narcotúneles que conectaban el área de Otay Mesa de lado estadounidense con la colonia Nueva Tijuana – a unos metros de la garita internacional de Otay – , la semana pasada. El tijuanense enfrenta diversos cargos relacionados con el uso de narcotúneles para cruzar la frontera y conspiración para mantener instalaciones relacionadas con narcotráfico. Por cada delito, podría recibir hasta 20 años de prisión.  De acuerdo a la querella presentada por la Fiscalía, agentes asignados al área de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y las Fuerzas Operativas Anti-Túneles de San Diego, vigilaban al mexicano desde 2013.  Fue el 31 de marzo de 2014, cuando los agentes observaron al joven de 26 años llegar a la bodega localizada en la calle Vía de la Amistad, en San Diego. Al día siguiente, los agentes federales localizaron un narcotúnel construido al interior de la bodega y encontraron el punto de salida en “Mini Bodegas de la Fontera”, en Tijuana, a unos 250 metros de la garita internacional.  Finalmente, el 3 de abril, las Fuerzas Operativas Anti-Túneles de San Diego, en colaboración con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en Tijuana, localizaron lo que la Fiscalía Federal de Estados Unidos ha llamado un segundo “sofisticado” narcotúnel que conectaba un inmueble comercial en el parque industrial de La Mesa con una bodega en Tijuana.  En Tijuana, las instalaciones se mantuvieron resguardadas por elementos del Ejército Mexicano, mientras se esperaba la Procuraduría General de la República (PGR) emitiera la orden de cateo correspondiente. De acuerdo a información proporcionada por el gobierno estadounidense,  la investigación que resultó con el descubrimiento del primer túnel, con una longitud aproximada de 600 metros, ha recabado evidencias desde hace cinco meses. Los pasadizos estaban equipados con iluminación y un sistema de rieles, mientras que la entrada estaba cubierta con una tapa de cemento. Mediante poleas, se introducían los paquetes de contrabando desde la bodega hasta el narcotúnel. De acuerdo a los reportes de las investigaciones, la bodega estaba llena con una amplia variedad de juguetes de niños, incluidos carritos y cajas de televisión, mercancía muy similar a la encontrada en un narcotúnel descubierto en octubre de 2013. En días pasados, Glennys “Gladys” Rodríguez, una mujer de 73 años residente de Chula Vista, California, fue presentada ante la Corte por su participación en el financiamiento y logística de la bodega descubierta en San Diego. La mujer enfrenta cargos por conspiración para mantener instalaciones relacionadas con narcotráfico.  El segundo túnel, fue localizado dos días después del primero, la mañana del 3 de abril de lado mexicano, cuando autoridades de este país entablaron contacto con sus contrapartes estadounidenses.  Con una extensión de 640 metros, el segundo pasadizo subterráneo, contaba además con un sofisticado sistema de ventilación y estaba equipado con un sistema ferroviario eléctrico. En los últimos cuatro años, siete túneles han sido encontrados en la frontera entre Tijuana y San Diego. Sumando sus longitudes, alcanzarían casi tres kilómetros.  El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció que continuará las investigaciones con otras agencias federales como Aduanas y Protección Fronterizas, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y la Fiscalía Federal. Gilberto Quezada-Madrid será presentado nuevamente en la corte, el próximo jueves.