23.3 C
Tijuana
sábado, septiembre 28, 2024
Publicidad

Un Silvio Rodríguez distante

La algarabía de la gente que poco a poco fue llegando al Baja California Center para reencontrarse con Silvio Rodríguez, se dejó sentir desde muy temprano. Era un recital muy esperado, los 32 años de ausencia del trovador cubano en la región, por fin habían terminado. Un público generacional buscaba sus asientos, desde jóvenes hasta adultos, parejas o familias completas, ansiosos por el reencuentro  en el escenario con su artista favorito, el de las historias de amor y de protesta; el cubano que ha recorrido el mundo con sus más de 500 canciones bajo el brazo y un sinnúmero de anécdotas. Pasadas las 7:30 pm del lunes 17 de marzo, las luces del entablado se apagaron, la figura de Silvio apareció ante los aplausos y vitoreo de sus fanáticos. Con guitarra en mano y ocho talentosos músicos, el artista solo se dignó a decir “buenas noches” para comenzar su actuación con “Una Canción de Amor”. Sentado en un banquillo, con la cabeza baja, sin tener contacto visual con sus seguidores y usando unos audífonos grandes para escucharse a sí mismo, Rodríguez se dispuso a interpretar cada uno de los temas que traía en su cancionero personal. Sin una lista preestablecida, pero tampoco con el deseo de complacer cuanta petición se escuchaba de los presentes, luego de unos minutos y dos temas ligados, pronunció: “Buenas noches por segunda vez. Son canciones de un proyecto de temas de parejas que se llama ‘Amoríos’, canciones que vengo recolectando desde hace años. Algunas más viejas y otras de más para acá, la mayoría inéditas”, siendo ésta la primera intervención amplia que el músico tuvo con el público. Al tiempo que los “te quiero”, “te amo” y peticiones de éxitos entrañables se escuchaban con vehemencia, el intérprete no respondía a los cumplidos. Tras un perfecto ensamble de armonías y voz, y en compañía de sus talentosos músicos que ejecutaban magistralmente la flauta, percusiones, guitarra, tres cubano, piano, clarinete, batería, contrabajo y vibráfono, fluyeron los temas “Tu Mirada me Espanta”, “Creo”, “Mujeres”, “Carta a Violeta Parra”, “Tonada de Albedrío” y “Mariposas”. Pasaría un segundo para volver a agradecer los aplausos de su público y presentar a cada uno de sus músicos, momento en que la gente continuaba gritando los títulos de los temas que quería escuchar, que se han quedado en el pasado y que Silvio no interpreta más. “¡El unicornio azul…!” gritó una mujer. “Ahorita la tocamos”, contestó el ídolo cubano. En un escenario sencillo, sin más que dos pantallas gigantes de cada lado, el recital continuó con “En Cuál de los Planetas” y “Quién Fuera”. Pasada la hora de concierto, Silvio Rodríguez se paró de su asiento y desapareció, para dejar a sus músicos hacer un homenaje al gran Compay Segundo, un solo de guitarras que el público aplaudió. A su regreso, el cubano recibió una vez más los “te quiero” y los “te amo”, y él solo se respondió: “A mí me gustan las mentiras”. Poco después intervino: “Ésta es una obra que escribí hace algunos años y que por primera vez la estoy exponiendo en su conjunto. De esta obra solo se conoce una canción que por el camino la van a identificar, pero bueno, es una suite, como si fuera una exposición de pintura. Se llama ‘Exposición de Mujer con su Mujer’. Son cuatro temas que tienen que ver con lo mismo, siempre le digo a la gente si pueden aguantarse y no aplaudan hasta el final, pero, no es obligatorio”. Entre risas y aplausos de los presentes, se dispuso a interpretar “Suite Mujer con Sombrero”, “Óleo de una Mujer con Sombrero”, “Detalle de Mujer con Sombrero” y “Mujer sin Sombrero”. Trabajo letrístico que la gente disfrutó, pero ésta quería escuchar aquellos temas de antaño, que alguna vez los enamoraron y que esa noche añoraban oír en voz de su compositor; sentían que de alguna manera, era el pago a tantos años de ausencia del cantautor, sin embargo, todo fue en vano. Silvio Rodríguez traía su obra musical bien estructurada y sin salirse del programa normal, haciendo caso omiso a la insistencia de un público fiel, que poco a poco vio mermadas sus esperanzas. “Vivo en un País Libre”, “La Era Está Pariendo un Corazón”, “Ángel para un Final”, “Rabo de Nube” y “Demasiado”, dieron el toque final a un recital que pasó de la expectativa, la ilusión, el gozo y el cariño, a la desilusión; y por momentos, hasta el enfado de un Silvio que estuvo desconectado de su público, al que le regaló, en el cierre de dos horas de concierto, su clásico “Ojalá”, quedando a deber “El Unicornio”, “Te Amaré”, “Quién Fuera”, “Coincidir” y “El Necio”, entre otras que la audiencia le pidió insistentemente.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas