Un individuo le comenta a otro: — Mi mujer me pide siempre dinero. La semana pasada fueron 300 pesos, ayer 600 y ¡hoy me pide mil! “¿Y qué hace con todo ese dinero?”. — No lo sé, nunca se lo he dado… Estaba un hombre muy tacaño, muy tacaño, sentado delante de un bar con una moneda en la mano rascándola contra el suelo. Pasa un amigo a su lado y le dice: — ¿Qué estás haciendo, Pepe? “¡¿Qué no ves?! ¡Estoy gastando mi dinero en el bar! Autor: Esposa enojada y cantinero sin un quinto.