– ¡Una cuerda, por favor! ¡Una cuerda! -grita uno desde el centro del río. En la orilla había dos borrachos y uno le dice a otro: – ¡Mira qué peneque! ¡No se conforma con ahogarse, ahora quiere ahorcarse! Había una vez un borracho que llega a su casa a las tres de la madrugada y toca el timbre. – ¡Ábranme la puerta! ¡Ábranme la puerta! Y no le abrieron la puerta. Entonces fue al negocio de la esquina y pidió prestado un teléfono, y dice: – Buenas noches, ¿está José Luis? Y le responden: – No, él no está. Y dice: – ¡Cómo diablos quieren que esté si no me quieren abrir la puerta! Estaba un borracho peleonero buscando con quién tener un enfrentamiento, aunque fuera por deporte. En eso ve a un hombre que sin meterse con nadie bebía su copa en un extremo de la barra. El borracho beligerante se le acerca y le dice en tono amenazante: – ¿Está usted buscando problemas? El otro le responde calmado: – Desde luego que no, amigo. Si buscara problemas ya me habría ido a mi casa. Un cantinero estaba terminando de cerrar la cantina y de pronto un borracho le pregunta – Oiga señor, ¿a qué hora abre la cantina? El cantinero le responde: – Señor, acabamos de cerrar. El borracho le contesta. – Por eso le pregunto, es que me quede adentro. Autor: El mismo cantinero de siempre.