Hace un par de semanas un niño noruego de 10 años se llevó el carro de sus padres a medianoche, chocó contra un montón de nieve, y al ser encontrado por un empleado de limpieza le dijo que en realidad era un enano y que había olvidado su licencia en la casa. Ahora ese chamaco EN ZERIO! volvió a hacer de las suyas. Esta vez se robó el auto de un pariente a quien la familia visitaba y recorrió 39 kilómetros hasta que finalmente detuvo el vehículo y le entregó las llaves a la primera persona que vio. Claro que para esto sus padres ya habían alertado a la policía que a su vez envió mensajes por Twitter y por radio para alertar a la ciudadanía sobre el “mini rápido y furioso” La primera vez las autoridades no presentaron cargos, pero ahora sí se abrirá una investigación ante la sospecha de que este muchachito tiene padres demasiado permisivos, desatentos o que de plano lo inducen a huir.