Rogelio Alonso Castillo González alias “Raúl Miranda Ordaz”, “El 300”, o “El Rulas”, fue acribillado a las 05:20 horas del lunes 10 de marzo, a las puertas de la habitación 14 del hotel Segovia ubicado en el callejón Pío Pico en Tijuana. Identificado como operador del Cártel de Sinaloa (en la célula de René Arzate y Alfonso Lira) en una zona que abarcaba las delegaciones La Mesa, Otay, Centro -principalmente en la Zona Norte-, “El 300” era buscado por las autoridades desde 2011. Fue detenido por robo en julio de 2011, sin embargo no fue consignado; en abril de 2013 de nuevo la policía municipal de Tijuana lo detuvo como presunto responsable de los homicidios de Alberto Maciel Pacheco y Luis Orlando Durán Naranjo cometidos en la delegación le Mesa, pero en la Procuraduría General de Justicia del Estado no acreditaron su consignación. Posteriormente su nombre, al igual que el de su compañero criminal Felizardo Arturo Campos Benavides “El Seven” (asesinado el 5 de agosto 2013), fueron mencionados en repetidas ocasiones como presuntos responsables de diversos homicidios supuestamente ordenados por Alfonso Lira “El Atlante” y los Arzate, incluido el de Arturo Hachadur Kaloyán, encargado de despacho del Instituto Municipal de Deporte en Tijuana. Reportes de áreas de inteligencia y de oficiales en la investigación de los homicidios, indican que Rogelio Catillo y/o Raúl Miranda, señalado como traficante-homicida, había recibido instrucciones criminales de “que había relevos y tenía que entregar la plaza a nuevos administradores, que se abriera”, con la advertencia que de no hacerlo sería asesinado, pero no hizo caso “aunque ya no estaba muy activo”, dijo uno de los oficiales a ZETA. De varias semanas atrás, “…sabía que lo iban a matar, que lo estaban cazando” se lo había comentado a quienes trabajaban para él, según declaraciones; por lo que se escondía. La madrugada en que lo asesinaron, habría recibido una amenaza mientras departía en el bar Las Pulgas, y se trasladó hasta el hotel donde fue muerto. Investigadores refieren que su escondite ya había sido identificado por sus verdugos, que ahí lo acribillaron. Hasta la tarde del martes 11 de marzo de 2014, los análisis periciales no indicaban que el arma usada para asesinarlo se hubiera utilizado en otro delito. Y una línea de investigación en el estado es que “El 300” se enfrentaba a grupos homicidas de Alfonso Lira, y Guadalupe Sotelo. También los agentes han identificado a los socios criminales del fallecido, como Eduardo Gutiérrez “El Gordo”, Israel Ramos “El Isi” y Humberto Zambrano “El Pato” y Alfonso López “El Chino” entre otros.