En una rara aparición en el hemisferio oeste y apenas en su primera gira formal estadounidense, Manowar llevó el show más estruendoso del mundo a Pomona, California, donde se reunieron “manowarriors” de Arizona, Utah, Ohio, Nueva York; una fuerte presencia de alemanes, rusos, y también ondeaba una que otra bandera mexicana. El cuarteto del Estado de Nueva York está acostumbrado a festivales y estadios, donde reúne entre 30 mil y 50 mil seguidores. En su paso por el país que los vio nacer, han tocado en teatros y clubes pequeños para una experiencia íntima de 160 decibeles. Hace apenas tres semanas, Manowar lanzó “Kings of Metal MMXIV”, una reinterpretación del álbum de 1988, algo similar a lo que hicieron con “Battle Hymns MMXI”, la versión actualizada del disco debut de 1982. Con Joey DeMaio y Eric Adams aproximándose a los sesenta años de edad, el número de seguidores de Manowar continúa creciendo, muestra de ello es la adición de naciones en “Blood of the Kings” y la convocatoria a pesar del costo del boleto, unos 90 dólares en promedio. “Éste no es un grupo de veinte dólares, ustedes pagan su dinero y reciben a cambio el mejor sistema de sonido y un show de calidad, no nos importa si tronamos nuestras bocinas, tenemos de repuesto”, anunció el bajista DeMaio, “no nos querían en Estados Unidos, estamos aquí y vamos a volver”, prometió.
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