Inseguridad desbordada

La captura de Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo”, y la constante mención de los miembros del cártel de Sinaloa en Baja California, en expedientes judiciales, boletines y medios, hace suponer a la autoridad un reajuste criminal en la entidad por parte del hoy cabeza de esa organización criminal Ismael “El Mayo” Zambada. Lo que en los últimos días se ha observado con más ejecuciones con mayor nivel de violencia. Mientras los muertos siguen engrosando la estadística –los últimos por cierto, ahorcados o desmembrados–, agentes del área de análisis del Estado refieren que han detectado versiones que indican la remoción de criminales de la zona. A la obligada pregunta de quiénes serían los removidos, el investigador dijo a ZETA: “Los Arzate. Alfonso ´El Aquiles´ hace rato que no está en el estado, pero igual la versión es que le darán ocupaciones diferentes y se llevarán a René Arzate ´La Rana´; porque ya están muy vistos”. De Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio Flores Pacho “El Checo”, agregó: “No hemos sabido nada de su remoción. Él entra y sale de Mexicali, no se ha podido detener, pero es sabido que no ha dejado de tener presencia física en el estado”, admitió el funcionario de seguridad. Pero con los señalados criminales en las calles, y sin aprehensiones de importancia, las ejecuciones van en aumento. Y se encuentran, otra vez, casos de cuerpos mutilados. Tijuana: Ahora los ahorcados Con 105 homicidios en 64 días, Tijuana casi duplicó loas muertes violentas ocurridas en los dos años anteriores: en 2012 ocurrieron 61 entre enero y febrero, y en 2013 fueron 77. Esta situación es la que el comisionado nacional de seguridad, Manuel Mondragón y Kalb describió como “…una incidencia delictiva…pero muy controlada, con mucho empeño de todos los funcionarios en mejorar” en su visita el 4 de marzo. Cinco horas antes de su llegada dos hombres descuartizados habían sido localizado en un paraje de la zona conocida como Cuero de Venado en el este de la ciudad, y el cuerpo de una mujer asesinada con arma de fuego había sido levantado por el Servicio Médico Forense en el pluvial de la colonia Horóscopo. En cuanto al supuesto “empeño de los funcionarios” aclaró que el motivo de su visita era precisamente generar la coordinación, que evidentemente no se ha concretado, de nuevo, con un ejército replegado asignado únicamente a brindar apoyo y seguridad perimetral en los operativos del resto de las corporaciones, precisamente porque el gobierno federal no confía en su institución, como ha quedado evidenciado en el resto del país, dado que en los operativos contra altos capos, solo usan a la Marina. La presencia de Mondragón también vino a refrendar la participación de la Comisión Nacional de Seguridad en el combate al crimen organizado en el estado, la cual apenas inició el presente año, y al momento solo se ha visto reflejada en cuatro cateos; los primeros tres realizados el 17 de febrero teniendo como resultado la captura de seis delincuentes con drogas y armas, ligados al cártel de Archivaldo Guzmán Loera: y otro el 2 de marzo, en el fraccionamiento Guaycura de Tijuana donde fue asegurado otro arsenal. Hasta ahí. En cuanto la guerrilla interna de narcos en Tijuana, funcionarios del Consejo Estatal de Seguridad refirieron de nuevo como presuntos responsables a los matones al servicio de Alfonso Lira “El Atlante” y sus hermanos, Dalia Guadalupe Rodelo “La Prima”, su jefe de sicarios Alfonso López Rodríguez “El Chino” y Raúl Miranda “El 300”. También advirtieron que los asesinatos están tomando nuevos giros en cuanto al modus operandi y los homicidas que participan. “…todo indica que están bajando órdenes de aminorar el escándalo público y por eso el número de muertes por estrangulamiento o asfixia se está incrementando, estos muertos son menos llamativos mediáticamente, además que evidentemente limita el seguimiento del rastro del arma. Sin embargo son víctimas de la misma pugna interna. “…aunque no usen armas de fuego, en las indagatorias está quedando claro que tanto las víctimas como los victimarios están involucrados en venta de droga al menudeo”, explicó el funcionario. Entre enero y febrero de 2014, un total de 14 personas fallecieron por traumas que le fueron ocasionados intencionalmente en el cuello, dos ahorcados más aparecieron el 4 de marzo. Los cuerpos de estas víctima, han sido abandonados la mayoría en la zona este de Tijuana,  11 estrangulados en el área criminal que presuntamente controlan los Uriarte y con presencia permanente de Jose Soto “El Tigre”, donde Alfonso Lira “El Atlante” tiene casas de seguridad. El fraccionamiento Los Lobos, Parque Industrial Valle Sur, Parajes del valle  Jardín Dorado, Tercera Etapa del Río, Fraccionamiento Villas del Álamo, un cadáver incluso fue dejado sobre una tumba en el panteón monte de los Olivos el 12 de febrero, otro de los ahorcados además fue calcinado el 1 de enero y uno más apreció enterrado el 10 de enero. Sin embargo esté modus operandi no ha estado limitado a la zona este de la ciudad. En la delegación de Playas de Tijuana encabezada por “Los Aquiles” y los grupos que siguen operando con el trasiego de droga al mayoreo a Estados Unidos del Cártel Arellano. También aparecieron tres estrangulados, los cuerpos fueron localizados el 11 y 31 de enero, y el 2 de febrero. También en las inmediaciones, pero en la delegación San Antonio de los Buenos, los dos últimos ahorcados, metidos en dos maletas,  del 3 de marzo. “Entrevistados los parientes –cuando son identificados– no han reportado secuestros o levantamientos previos, lo que hace suponer, las víctimas fueron citados y atendieron a reuniones con sus victimarios porque los conocían y eran parte del mismo grupo. “Algunos cuerpos incluso evidencia rastros de tortura, y son localizado aun maniatados, con bolsas en la cabeza o enteipados. Con estos antecedentes la línea de investigación principal es que se trata de negocios que salieron mal entre integrantes del mismo grupo o gente que se quiere cambiar de célula criminal, o grupos que llegan a invadir reclutando a gente de la zona”. En cuanto Ensenada, aunque el número de homicidios no ha incrementado en relación al primer bimestre del año anterior (10 en 2014, doce en 2013 y dos en 2012), los grupos de inteligencia del Consejo de Seguridad, sí tienen detectada una embestida de las Células de “Los Aquiles”, que aún no genera un recrudecimiento de la violencia. Rosarito como botín En 2012 los dos primeros meses del año en Rosarito se registraron 4 homicidios, al año siguiente el bimestre inicial contabilizó 6 asesinatos, en este 2014, al 3 de marzo sumaban ya 15 muertes violentas, como reflejo de la renovada inseguridad. Las corporaciones policiacas estatales y municipales destacan dos hechos, el homicidio del ejidatario Pablo Francisco Arce Mayoral el 25 de febrero y la privación de la libertad del michoacano recién llegado al municipio de Playa, Francisco Parra el 10 de febrero, no porque unas víctimas sean más  importantes que otras, sino por las circunstancias que rodean los delitos antes mencionados. Con el “secuestro” de Parra, que terminó extrañamente consignado únicamente como “intento de robo con violencia”, fuerzas municipales y estatales ejemplifican la invasión de territorios, cobros de piso y ajustes de cuentas. “A ese señor, Estados Unidos lo tiene identificado como pasador de droga, y la procuraduría fue informada”. La versión de las áreas de inteligencia, es, “que no tenía mucho viviendo en Baja California y estaba pasando droga sin pagar cuota, por eso mandaron gente de Tijuana a ´apretarles las tuercas´, no le convenía tener más problemas, por eso cuando declaró dijo que trataban de robarle el carro y que le dispararon porque se negó a entregarles las llaves del auto”. Pero la PGJE sabía que no era verdad, porque el amigo de la víctima que denunció el secuestro, declaró que los criminales lo amagaron primero a él en el estacionamiento de la casa mientras movía, llave en mano, el carro, que presuntamente querían robar. Si los victimarios querían el carro no tenían que entrar a la casa con el dueño; no había motivo para dispararle en una pierna; y tampoco había necesidad de privarlo de la libertad, porque eso fue lo que sucedió cuando sacaron al hombre a punta de pistola de su casa, lo esposaron, lo subieron a un auto y lo trasladaban contra su voluntad rumbo a Tijuana antes de ser detenidos, sin embargo fue un delito que la procuraduría prefirió obviar con impunidad.   “Además un 60 por ciento de los muertos en Rosarito no son de este municipio, eso también da una idea”, informó una autoridad local, quien aseguró que además de los grupos de “Los Uriarte”, y los de José Soto “El Tigre” está identificada la actividad criminal de “Los Aquiles”, que usualmente operan en Tijuana. Otro funcionario de seguridad estatal advirtió también del ingreso al municipio de playa de la célula de narcomenudistas homicidas de “La Prima”. Y agregó: “Es sabido de las lanchas que llegan a Popotla y las avionetas que aterrizan en tierras de los ejidos con droga, aunque los ejidatarios no quieren hablar sabemos que han sido advertidos por algunos grupos quienes les han dicho que hagan de cuenta que esas tierras usadas por el narco están perdidas”. Y en este punto entra el tema del ejidatario asesinado, cuyo homicidio atendido por la subprocuraduría contra la delincuencia organizada atribuye a matones integrados a células dedicadas al narcomenudeo en la zona. Pero ni los identifican, ni precisan cuál es el grupo responsable, tampoco han podido definir un móvil, porque los ejidatarios que se quejan de la inseguridad se niegan a reconocer ministerial o públicamente, que están siendo víctimas del cobro de piso. Reacomodo en Mexicali Al referirse a los incrementos de homicidios en el valle mexicalense –22 muertos en el municipio hasta el 1 de marzo– un  funcionario estatal habló de los dichos de detenidos: “Mencionan que las células que controlan la zona han incrementado las cuotas por cruzar la droga en esos caminos, razón por la cual algunos grupos del cártel de Sinaloa se la están jugando e ingresan sin pagar piso y son sorprendidos”. En medio de la disputa de las células del cártel de la droga en el Valle de Mexicali, se encuentran los agentes municipales de la capital bajacaliforniana, sin equipo, mal preparados, con poca capacidad de respuesta sobre todo en las zonas más aisladas del Valle de Mexicali. Sin el armamento y con las filtraciones del narco, los municipales se han replegado, poco intervienen en las balaceras cada vez más frecuentes en la zona oriente del municipio. Durante febrero 2014 se presentaron 4 ataques contra agentes municipales con saldo de una uniformada  muerta, mientras las amenazas continúan. Los investigadores de los grupos de inteligencia entrevistados por ZETA, señalan que detrás de la presente ola delictiva, está reacomodo del “Cártel de Sinaloa”. Para el grupo de coordinación de Seguridad Pública del Estado, los ataques a los agentes municipales tienen en común que: las víctimas son personal de un pequeño sector del Valle; se utilizaron los mismos calibres;  y se presume que hasta los mismos vehículos. Además, que la principal línea de investigación es el presunto robo de droga por parte de los agentes y el enojo de los narcotraficantes. — ¿Se trata de un baje de droga?, se le pregunta a uno de los investigadores del caso. “Todo parece indicar que sí, no podemos precisar…pero todo parece indicar que se trata de un robo de droga, las personas del Valle son muy dadas a trabajar en un grupo muy cerrado, te puedo decir que los últimos homicidios que se han presentado son por grandes baje de droga, ya no se están metiendo con cuestiones de narcomenudeo”, pero no ofreció detalles de los cargamentos robados. Durante sus pocos días al frente de la corporación policiaca municipal de Mexicali, el General en retiro José Ramírez Cardoso se percató de la situación, por ello, pasando el mes en el cargo decidió hacer un reacomodo de agentes municipales, muchos de ellos fueron reubicados a la ciudad, lejos de su zona de confort. Incluso un día antes que renunciara –presionado por los cargos por abuso de autoridad y acoso sexual que tuvo durante su carrera militar– una docena de agentes se manifestaron en las propias instalaciones de la Comandancia por estos cambios. Pedían regresar a su zona o apoyos económicos para poder llegar a su lugar de trabajo, aunque la intención principal era ejercer presión para evitar más cambios. Entre las pocas palabas que pronunció antes de irse el General Ramírez Cardoso sobre el tema, fue precisamente la inseguridad que tenía sobre sus agentes e incluso no descartó corrupción de los mismos adscritos al Valle de Mexicali principalmente. Los ataques</h2> El 5 de febrero se presentó el primero de los ataques contra el supervisor de la policía municipal, Gerardo Torres Hernández, comisionado al ejido Los Algodones al Sur del Valle de Mexicali, los hechos se presentaron en su domicilio ubicado en Ciudad Morelos donde varios sujetos dispararon a la fachada de la vivienda, huyendo un Honda Civic. Nadie resultó herido, fue una amenaza nada más. Torres Hernández había sido acusado de corrupción durante la pasada administración luego de que se diera a conocer un video en donde el agente contaba un fajo de billetes con su uniforme y patrulla, durante la investigación el entonces jefe de la policía municipal, Marco Antonio Carrillo señaló que el video era viejo, por lo que quedó exento de sanción. El jueves 6 de febrero se presentó otro atentado, en esta ocasión fue en la colonia Sol del poblado Guadalupe Victoria, donde se reportó que fue atacada a balazos una vivienda, en la casa vivía una hermana de un agente de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, aunque no se reveló el nombre por la autoridad. En ambos atentados se señala por los testigos la participación de una Cherokee y un Honda de color verde oscuro, también en el homicidio de la agente Sandra se habla de los mismos vehículos, ese mismo día se encontró un Honda quemado en media parcela. 13 de febrero, en el caso del homicidio de la oficial Sandra Carrillo Moreno hay dudas en cuanto a la violación en los protocolos de operatividad, porque por lo regular las parejas en estos operativos son hombre y mujer, en este caso fueron 2 agentes femeninos, Carrillo y su compañera María Luisa Moyrón Gómez. Los agresores llegaron en una Cherokee y bloquearon directamente el carro de los agentes municipales, con guantes y encapuchados bajaron del vehículo y se enfrentaron a los agentes que poco pudieron hacer para repeler la agresión, logrando un botín cercano a los 700 mil pesos Dentro de la investigación no se descarta la participación de los propios empleados de la Secretaría de Desarrollo Social que ese día en particular, entregarían apoyos en efectivo a adultos mayores bajo el programa 65 años o más. “En el evento donde fallece la agente, los homicidas de acuerdo a los testimoniales y en los videos que se tienen portaban guantes y capuchas lo cual complica la investigación, por las armas utilizadas no guardan relación con otros eventos, vuelve a aparecer un calibre .40 y un .09 milímetros, lo que hace presumir que por lo menos fueron 2 tiradores”, relata un investigador. En este atentado, los agentes municipales se apresuraron a señalar a 2 presuntos responsables, José Luis Hernández “El Ojón” y a otra persona de apodo “El Kalucha” además de otras 2 personas y una mujer, incluso hicieron llegar a los agentes retratos de estas 2 personas, aunque según datos de la PGJE hay pocos elementos para consignarlos como responsables. El 18 de febrero de 2014, la Policía Estatal Preventiva detuvo en posesión de droga, a uno de los presuntos distribuidores en el Valle de Mexicali, Alfredo Martínez Bareño “El Chichí”, en el poblado Guadalupe Victoria, al ser entrevistado  por los agentes reconoció ser compadre de Alberto Solano Gastélun. Según las indagatorias ministeriales, “El Kalucha” era precisamente contra quien estaba dirigido el ataque del 6 de febrero, la balacera contra la casa habitada por la hermana de un agente municipal. Apenas se celebraron los honores a la agente Carrillo Moreno cuando se confirmaba otro ataque hacia agentes municipales, aunque en esta ocasión se trataba de un hecho ocurrido al poniente de la ciudad, específicamente en la colonia Mayos. Era la madrugada del 15 de febrero cuando al menos 2 personas arrojaron bombas molotov, una en un vehículo particular supuestamente de uno de los agentes municipales, la otra contra las instalaciones de la caseta de policías la cual se ubica en la calle Oaxaca de la colonia Mayos, los agentes tuvieron que utilizar extintores para evitar que el fuego se propagara. En esta ocasión se utilizó un radio con la frecuencia de la policía municipal para amenazar a los policías, aunque el mensaje no se dio a conocer trascendió que pudiera tener relación directa con los atentados ocurridos en el Valle de Mexicali. “Un agente de apellido Soto recibe las amenazas, no se descarta que tenga relación porque antes de estar en la colonia Mayos estaba comisionado al Valle, fue amenaza directa contra el agente, el cual ya había recibido amenazas desde que estaba comisionado al Valle”, afirma el investigador. Crimen Organizado En el aumento de la violencia y homicidios en el Valle de Mexicali, el Grupo Coordinación no descarta el envío de grupos directamente de Sinaloa para “limpiar la plaza” y realizar los ajustes con el personal de la zona. Durante el 2013 se presentaron 150 homicidios en todo el municipio, en cuanto a los homicidios violentos en donde se presume relación con el crimen organizado el 60 por ciento fueron cometidos en el Valle de Mexicali. También en esta zona se presentaron alrededor de 14 asesinatos contra mujeres, aunque en este caso la mayoría representan crímenes pasionales, otro tanto pudieran estar relacionadas al narcotráfico luego de que se encuentran en las zonas de conflicto. “Los homicidios violentos nos han repuntado en el Valle, curiosamente han sido homicidios que están relacionadas con diversas bandas delictivas e incluso entre sí, que da el mismo calibre, mismo rayado de armas, me dan los mismos nombres”, informa el agente. También descarta que las ejecuciones guardan una mayor relación entre sí además de que son grupos mucho más preparados quienes comenten los crímenes. “Los homicidios en el Valle han sido ´más profesionales´, están encapuchados, con guantes por lo que es más difícil investigar un homicidio, me tengo que ir por la cuestión del rayado, si es que hay casquillos, ya es muy común que si hacen alguna ejecución levantan casquillo para no dejar evidencia”. <p>“Gran parte de los homicidios están relacionadas más que con narcomenudeo, con delincuencia organizada, por el tipo de arma que utilizan, el calibre, el tipo de antecedente, tipo de ejecución, se están dando situaciones que antes no se habían dado”, expresa el investigador. El 2 de febrero cuando se maximiza la violencia en el Valle de Mexicali se presentó una balacera entre grupos rivales de gran despliegue táctico. Luego de una serie de enfrentamientos por distintos ejidos –todos los ataques a policías en lugares cercanos– fue asesinado Norman Domínguez Elizondo a quienes las autoridades conocían muy bien porque apenas unas semanas antes había salido de prisión donde estuvo preso por un robo en San Luis Río Colorado. Entre la extrañeza de los investigadores, dentro de los operativos “delictivos” las bandas usaron vehículos robados relacionados con distintos homicidios, uno de ellos en diciembre del 2013 en donde fallecieron 2 personas en Tecate, otro más en San Felipe. De igual manera utilizaron frecuencias de la policía municipal, incluso en uno de los vehículos se encontró el equipo. Otro dato resalta rápidamente en la investigación, varias armas resultaron tener registro de su uso en delitos cometidos en el pasado que se remonta hasta 2008, pero desde entonces no se habían utilizado, por lo menos en Baja California. “Tenemos reportes en el rayado de las armas coinciden con casos del 2008 y 2009 donde el grupo de ´Los Garibay´ estuvo muy fuerte, fueron armas guardadas que no habían sido utilizadas, largas y cortas”.