En otra entrevista marcada por un optimismo que nada se justifica con la realidad económica de México, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le dijo al periodista Carlos Mota que en el país todo va viento en popa en materia fiscal, que aún es muy pronto para hacer un ajuste a la perspectiva de crecimiento que el Gobierno Federal mantiene en 3.9, entre otros argumentos poco sustentados. Quizás, el momento más destacado de dicha conversación fue cuando Mota le hizo la siguiente pregunta al funcionario federal: ¿Cómo devolver la confianza al consumidor? “Hay que destacar que en febrero hubo un repunte de confianza del consumidor con respecto a enero, lo cual es consistente con el hecho de que parte del impacto de la confianza del consumidor, tuvo que ver con la entrada de las medidas tributarias de la Reforma Fiscal del año pasado”, fue la respuesta. Sin embargo, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en enero del año en curso, el ICC se ubicó en 84.5 puntos, lo que equivale a una baja anual de 15.5% respecto a enero de 2013, y de un 6.2% en relación a diciembre del año pasado. Estos números equivalen al nivel más bajo que se había tenido en cuanto a la confianza de los consumidores mexicanos, desde abril de 2010, cuando la recesión aún estaba en marcha. También vale la pena destacar que los datos del INEGI se basan en cinco indicadores, y que coinciden con la información del Banco de México. Más adelante, en ese mismo diálogo entre Mota y Videgaray, surge el siguiente tema: ¿El Presidente siempre le hace caso al secretario de Hacienda? “No siempre me escucha. Para mí es un privilegio trabajar con EPN. Ya llevo varios años trabajando con él. Tengo el privilegio de que me escuchan, el Presidente toma las decisiones y no siempre me da la razón. Hay veces que me dice: ‘No, no estoy de acuerdo’. Por supuesto, se hace lo que dice el Presidente, no lo que dice el SH”. Al menos, en base a lo ahí dicho, ya sabemos quién es el responsable de una economía cuyos signos de alarma los ve el sector empresarial y los consumidores mexicanos, pero no el Presidente Enrique Peña Nieto, ni su secretario de Hacienda.
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