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lunes, septiembre 30, 2024
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Teatro nacional, en reto constante

“El teatro se hace a pesar de quien sea y en contra de lo que sea; el teatro siempre se hace”, afirmó a ZETA la actriz Mariana Treviño (“Mentiras: El Musical”). Sin embargo, aunque éste siga presente como una opción de esparcimiento, no representa la prioridad de los mexicanos, ya que del total de la población, solo el 31.1 por ciento ha asistido alguna vez a una obra, según la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Correspondiente al global de 2010, cuando se llevó a cabo por primera ocasión un análisis nacional, el reporte coloca al teatro incluso por debajo del interés por la danza (32.7%) y confirma al cine como el máximo atrayente de público con un 75.2%. Ante ello, el productor teatral Carlos Carrera detalló a ZETA cuáles son, a su parecer, los motivos: “Hay  muchas más distracciones y muchas opciones para el público. Antes iban (al teatro) más porque hacías eso, o ibas al cine, o veías en la televisión lo que había y en la noche ya no había gran cosa que ver. Ahora, al paso de los años, con la oferta que hay en cable, con el DVD, video on demand y el internet, la cantidad de espectáculos que se presentan es más. Hay mucha más cantidad de propuestas de entretenimiento y es más difícil (mantenerte) porque tienes más competencia”. Al frente de obras como “Amor, Dolor y lo que Traía Puesto” y “El Curioso Incidente del Perro a Medianoche”, Carrera es uno de los productores con trayectoria más sólida en el país, trabajando de la mano de Tina Galindo y OCESA. Pero aunque para él “una buena experiencia teatral es una noche única y mágica que si estuviste ahí, sentado en esa función,  te la llevas para toda la vida”, la realidad es que pocas personas tienen acceso a la experiencia, debido al elevado costo de los boletos, que en su mayoría oscila entre los 300 pesos y mil 200 pesos, dependiendo la obra. En la encuesta realizada por CONACULTA, del 67% de la población que no ha ido al teatro, 14% argumentó que es porque “no tiene dinero”. Ese motivo representa el tercero de catorce contemplados, donde el primer y segundo puesto queda en una combinación de falta de tiempo y dinero (20%) y solo falta de tiempo (17%), respectivamente. El índice contextualiza más las cifras de la Encuesta Nacional de Gastos (ENGASTO) en México, que en su levantamiento 2012-2013, colocó a la recreación y cultura en el séptimo peldaño de doce, llevándose el 3.8% del consumo en los hogares. Para contrarrestar ese panorama, en el primer trimestre del año pasado, la Secretaría de Cultura del Distrito Federal implementó una iniciativa para llevar el teatro a las plazas públicas. No obstante, lo que pareció ser un buen proyecto, terminó en un intento fallido al usar pantallas para la difusión de las obras y no actuaciones presenciales. La dinámica fue puesta en duda por los propios teatreros y actores que, señalaron, se perdía la esencia del quehacer con esa estructura. En entrevista con ZETA, Gustavo Rojo, actor que se inició en el teatro con “La Noche de Epifanía” en 1940, compartió cuáles elementos le dan vida digna al rubro y por qué  reprueban salirse del esquema: “El teatro es muy íntimo, personal, muy humano. El actor debe estar en contacto con el público, porque cada vez que hacemos una función, sentimos esa retroalimentación con ellos. Hacemos la obra, inclusive, un poco en función del público que está ahí. Se ríen, y si no, intentamos que se rían, para darles el mensaje de la manera más amena posible. Eso no lo puedes hacer cuando ya grabaste  algo, no puedes mejorar si estás lejos”. Con más de 70 años de trayectoria, Rojo fue parte del elenco de “12 Hombres en Pugna” en su última gira, visitando Baja California en octubre de 2013 junto a actores como Héctor Suárez, Darío Ripoll, Juan Ignacio Aranda,  Dario T. Pie y Roberto Blandón. Éste último externó al Semanario su opinión sobre iniciativas como las del Gobierno del Distrito Federal: “Es una maravilla. A mí ya me tocó llevar teatro a delegaciones, asilos de ancianos y reclusorios, cuando empecé mi carrera, y creo que es hacerlo a la antigua. Los trashumantes iban de pueblo en pueblo a llevar teatro y comedia. A nivel histórico se sigue haciendo lo mismo. Si por posibilidades económicas la gente no puede pagar un boleto de teatro, pues hay que llevárselo”. A medio año de iniciado el proyecto por acercar a la gente a las obras teatrales, y tras los señalamientos negativos del gremio, su evolución paralela y mejoría resultó en “Teatro en Plaza Públicas. Teatro en tu Barrio”. El nuevo esquema que sí respetó las actuaciones en vivo, se logró gracias a la unión de 16 compañías de teatro y el apoyo de las diferentes delegaciones del Distrito Federal. Y, usando los fines de semana, tuvo como plan de trabajo llevar puestas en escena a lugares abiertos -espacio correspondiente al 6% de los sitios más frecuentados para ver teatro- de mediados de octubre al 1 de diciembre de 2013.   Falta de espacios En noviembre de 2013, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) actualizó el número de teatros por entidad federativa, dando a conocer una cifra total de 615 recintos en todo el país. De tres en Tlaxcala y Nayarit, a 138 en la Ciudad de México, la creación de éstos se dispara de forma dispareja. En el caso de Baja California, 19 son los teatros que acogen a las obras y público, pero el número se queda corto a la demanda. Como ejemplo específico está nuestra ciudad, que encuentra en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana (CECUT), a su principal recinto. Sin embargo, pese a su capacidad para 995 personas, el espacio creado en 1985 no es suficiente para abastecer la cantidad de eventos en la región, ya que no solo alberga obras de teatro, sino que es un recinto multiusos que se adecua a danza, ópera, conciertos y otras actividades culturales que con frecuencia se empatan en agenda con la oferta foránea. Con 35 años de experiencia como promotor de espectáculos mediante Servieventos, José Luis Torre habló con ZETA de la problemática que enfrenta ante dicha situación: “Te voy a poner un mal ejemplo: ahorita me han botado unas seis, siete obras buenas a consecuencia de que está ocupado el teatro con John Milton, el hipnotizador. Él está en la mejor época que hay para giras en el país, que es febrero y marzo. Hay obras a las que les estoy dando las gracias. O sea, se regresan porque no tenemos fechas. Terminando la gira de John Milton empiezan otros eventos de importancia en el CECUT, como ‘Cuerpos en Tránsito’, y luego sigue Semana Santa. Este año sí nos han rebotado muchas obras de teatro, hemos estado rechazando por falta de venues, por falta de lugar”. Valerse del espacio que tiene la Casa de la Cultura, fue la forma como el empresario logró rescatar la fecha en Tijuana para “La Señora Presidenta”, en la que actúa Gonzalo Vega y que llegará a la ciudad el 1 de marzo. Sin saber si la misma suerte se puede impregnar en “Las Obras Completas de William Shakespeare (Abreviadas)”, que ya consiguió fecha en Mexicali pero no en Tijuana, Torre aclara: “Cada año se da… no es culpa del CECUT. Yo tengo una relación muy buena con el CECUT, pero tenemos un solo teatro ahorita. Tenemos que acoplarnos a trabajar lo que haya libre. Lo que pasa es que muchas veces no coinciden las obras, y eso no es culpa local. Faltan recintos, el más importante es el CECUT, y como importante, tiene que cubrir todas las necesidades”. Adecuar El Foro o el Grand Hotel Tijuana, han sido alternativas para otros promotores. Lo cierto es que ninguno de los dos se adapta para ofrecer un espectáculo que respete cada una de las características de calidad, pues su distribución y estructura no es la adecuada para eventos del tipo. Mala visión desde los asientos y pésimo audio, son los principales factores negativos que poseen. Por otra parte, están el teatro de la Universidad de Autónoma de Baja California (UABC) pero por su carácter escolar no recibe obras comerciales, enfocándose a los actos académicos y los proyectos creados por alumnos. Mientras que el espacio del Instituto Cultural de Baja California (ICBC) dirige su agenda al teatro local. “Estamos en un buen récord de espectáculos, mas no tenemos los medios suficientes. Si hubiera una iniciativa de hacer unos dos teatros… ya viene uno, el Zaragoza, ya está al 80 por ciento terminado y está el Cine Roble, que va a ser de la iniciativa privada de Las Pulgas. El Zaragoza sí se va a usar para obras de teatro  y está quedando muy bonito, pero le falta algo, un empujón económico para que se termine”, apuntó José Luis Torre, quien en el último año trajo a la ciudad “La Dama de Negro” y “Los Monólogos de la Vagina”.   Fraudes, punto en contra De “Perfume de Gardenia” a “Locos de Amor” y “¡Qué Rico Mambo!”, Baja California no se ha escapado de estafas con obras de teatro, debido a promotores que incumplen el contrato con el elenco. La lamentable tendencia se incrementó tras casos similares en conciertos, principalmente. El antecedente en fraudes sin importar el tipo de espectáculo, es algo que ya conocen los visitantes: “Sí hay empresarios y artistas que somos responsables, cumplimos y respetamos al público, y que hacemos las cosas bien. Este tipo de situaciones de empresarios que no cumplen, de fraude, nos afecta a los que estamos haciendo bien el trabajo, porque la gente desconfía en general. Ya no sabe quién va a cumplir y quién no. A ese tipo de personas no les deberían permitir seguir. Si fallan y no presentan el espectáculo, ya no les deberían rentar el teatro, que los periódicos no los dejen anunciarse, que a los que fallen, los bloqueen los mismos teatros y medios, porque no se vale que estén afectando a una industria de la que mucha gente vivimos, y de la que muchas familias dependen”, declaró Claudio Carrera. La sugerencia del productor que en nómina de “Amor, Dolor y lo que Traía Puesto”, manejó el sueldo de 40 personas, entre técnicos y actrices como Silvia Pinal, comparte similitudes con la de José Luis Torre, quien desde su perspectiva local considera que “como en otras partes del país, (los promotores deben) ser reconocidos por el gobierno”, y añade: “Como si fuéramos presidiarios, que nos pongan un numerito en el pecho, un folio, una señal, un código de que se nos reconoce como empresarios de trayectoria, serios o establecidos…que nos reconozcan a los que nos queramos registrar honestamente. Que nos pidan lo que quieran de garantía por nuestra credibilidad”. Pese al reembolso al consumidor y las denuncias hechas ante la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), la cancelación de obras justo en el momento previo a iniciar las funciones, no repara el que la gente se lleve una mala experiencia, y en muchas ocasiones pierda el interés por eventos parecidos, convirtiéndose en un elemento en contra para que el teatro no tome mayor auge.   Historias para todos En México la comedia es el género predilecto para los asistentes al teatro, abarcando un 47% de la población que va a funciones, seguido del drama, el musical y la tragedia. Aunque en la diversificación las propuestas que representan a cada apartado, no son del todo las que los propios actores consideran correctas. Tal es el caso de Luis Fernando Peña, que en 2011 participó en “Clash” y recientemente en “12 Hombres en Pugna”: “Yo lo que creo es que se ha bastardeado mucho el término teatro. Ahora es muy fácil hacer teatro, hechas diez comediantes, unos textos, cuatro bailarinas, una banda de música, los licúas y tienes un éxito. Un madrazo. Yo no comulgo con ese tipo de teatro, habrá gente que lo respete. Sabemos que es un éxito, pero no sabes con qué chamboneada te van a salir, y creo que eso tiene mucho que ver el por qué la gente ya no se acerca al teatro”, apuntó. Considerando a “los grandes musicales mexicanos” parte de esa dinámica, el actor tiene una postura más tajante a la de su colega, Mariana Treviño, quien declaró al Semanario: “Hay momentos en que (el teatro) se vuelve más comercial y momentos históricos donde es más experimental, porque ese instante y con quien lo está gestando son de un sector diferente”. Partícipe en “Tercera Llamada”, película que en 2013 ayudó a retratar el caos que implica levantar una obra, la actriz considera que pese a los altibajos en el rubro, el teatro sobrevive a la tecnología y los diferentes lenguajes que surgen en el entretenimiento, porque la gente paga para verse representada en otras personas. Y precisa: “Hay que volver a revalorar el teatro dentro de la sociedad. Siento que la atención es pendular, y es bueno porque cuando pasa, se empieza a escribir la historia del país y se hace un acervo cultural”. Neutralizar costos de entradas, repartir con mayor precisión los fondos existentes, trabajar en la formación de públicos y crear nuevos recintos, son las cuatro cuestiones que actores, promotores y productores consideran cruciales a trabajar para que las puestas en escena se mantengan y el quehacer fluya sin tantos problemas. Porque, como afirma Roberto Blandón, sus eternos conflictos no paran, pero tampoco su existencia: “Desde que yo estudié teatro decían que el teatro estaba en crisis, sin embargo, aquí estamos, seguimos haciéndolo treinta años después y seguiremos haciéndolo”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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