Más por presión social que por reconocer una afectación económica en el país con la aplicación de la Reforma Fiscal, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, anunció que en febrero se firmará un Acuerdo de Certidumbre Tributaria, en el marco del Foro Económico Mundial 2014 en Davos, Suiza. Por supuesto que no especificó hora ni día. En un principio, el funcionario aseguró que el pacto buscará dar reglas estables y fomentar el consumo, pero después, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a través del subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher, advirtió que el acuerdo no contempla disminución en impuestos, ni modificaciones en las reglas de deducibilidad existentes. Así pues, el compromiso será mantener el esquema fiscal actual hasta 2016. Messmacher abundó que el acuerdo fiscal no obedece a la percepción de que la Reforma Hacendaria genere problemas. Ante tal escenario, el Consejo Coordinador Empresarial nacional, consideró que Hacienda debe revisar el esquema tributario y determinar si hay impuestos que no funcionan, y se cambien con o sin pacto. Ignacio Ochoa, socio del despacho De Hoyos Avilés, especialista en temas fiscales, expuso a ZETA: “El hecho de que las autoridades ofrezcan firmar el citado pacto fiscal, reconoce que estiman necesario dar tranquilidad a la población, mediante una suspensión al alza de impuestos durante tres años. Sin embargo, si hacemos una interpretación a la inversa, significa que por tres años no habrá modificaciones a las leyes fiscales, y por lo tanto, se elimina la posibilidad de que se haga una reducción de impuestos en los próximos tres años”. Es decir, si el aumento de gravámenes se suspende por tres años, en realidad no hay mucho beneficio, pues ello también significa que no los van a bajar. “Lo anterior es una lástima, ya que con la inflación que tenemos y con el poco crecimiento económico, el actual régimen fiscal perjudica enormemente a la ciudadanía. Lo ideal hubiera sido un pacto, pero para que al final de 2014 se haga una revisión integral de los efectos buenos o malos de la Reforma Fiscal, y que en caso de que fueren dañinos, se comprometieran para hacer los cambios necesarios”, sentenció. Cabe recordar que la Reforma Hacendaria tiene una nueva Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR), con la cual baja las deducibilidades, aplica tasas graduales a contribuyentes con ingresos anuales más altos, 16 por ciento del IVA en frontera, y tributos a comida con alto contenido calórico y bebidas azucaradas.