C. Adela Navarro Bello C. Cesar Rene Blanco Villalón Codirectores del Semanario ZETA Presente. — Es peligroso para el País que políticos analfabetos tomen las riendas en las administraciones públicas y privadas, así como que asuman la dirección de partidos políticos, organizaciones obreras, industriales, cámaras comerciales, patronales, muchos por su falta de capacidad y creatividad, acuden a las ocurrencias atreviéndose a hacerlas públicas. Cómo puede ser posible que un sector comercial culpe al tipo de cambio que está favoreciendo al peso Mexicano, de que este fenómeno sea la causa de la fuga de compradores hacia Estados Unidos de América, dicen que se fugan 100 mil millones de dólares. Tal aseveración es producto de la incapacidad y desesperación que tiene el comercio organizado local, por no tener la inteligencia y estrategia ni el dinamismo, para retener a los miles y miles de compradores que se fugan al vecino país, es lamentable que para cubrir su incapacidad comercial, quieran encontrar culpables de algo que los únicos responsables son ellos y están en Baja California, y son gran parte de todo el comercio: Restaurantes, abarrotes, centros comerciales. Todos hacen un común denominador del abuso en los precios de sus productos, como son muebles, electrodomésticos, alimentos y prestación de servicios profesionales, la mayoría quiere hacerse millonario a corto plazo, estos comportamientos han sido la causa de la huida de los compradores nacionales y el abandono del sector turismo en Baja California. Por ejemplo en los comparativos de precios en los centros comerciales, hay productos alimenticios, que de un lugar a otro hay diferencias hasta de un 30%, a un 45%, de incremento en su precio. Nadie vigila la voracidad del comercio, Profeco es letra muerta para estos grandes comercios nacionales, que están haciendo grandes Negocios en todo el País. En Baja California están creciendo al 1000% anual, todo gracias a las gigantescas utilidades por año que obtienen, se vale que progresen, que hagan más centros comerciales para promover el empleo, pero no en la proporción como están creciendo, en estas épocas de difícil economía que bajen los precios y le paguen mejor a sus trabajadores, así nuestro País sería más competitivo en el sector interno, los consumidores no tendrían que ir a hacer colas para cruzar a EUA de hasta 3 horas a pie y en automóvil, para adquirir productos alimenticios, ropa, zapatos y otros. Hay un ejemplo claro de la voracidad de los que se dedican a vender alimentos en la calle, que también le entran al quite con los grandes consorcios. Esas personas sin escrúpulos, los tacos de pescado los venden a 14 pesos, sodas de botella a 14 pesos, siendo que el precio justo del taco debería ser 10 pesos, la soda a ellos les cuesta 4 pesos, otros vivales y malos mexicanos en las mañanas se ponen a vender caldos de pescado en vasos de 8 onzas, o sea 236 mililitros, en 45 pesos, estos señores con 3 vasos de pescado que venden sacan la inversión, lo demás es pura utilidad. De estos abusos la culpa es de los compradores y las Autoridades, que no tienen ningún control sanitario ni de precios para estos changarros. Pero dice el dicho que “la culpa no la tiene el indio si no quien lo hace compadre”. Y luego nos quejamos. Ramón Rosendo Otáñez Sánchez otanez@live.com.mx Tijuana, B.C.