Si de producción en un espectáculo musical se trata, cada año el medio tiempo del Super Bowl pone estándares altos. Para la edición XLVIII, disputada hoy entre los Broncos de Denver y Seattle Seahawks, el estadio MetLife de New Jersey recibió a Bruno Mars y los Red Hot Chili Peppers. Un coro de niños tomados de las manos, fue el encargado de darle la bienvenida al escenario a Mars, quien apareció ante una batería por los primeros minutos. Luces en gran medida, rayos láser y fuegos artificiales, decoraron visualmente el templete, en el que una banda de metales le hizo compañía al cantante. Entre gritos de los asistentes y sus característicos pasos de baile, “Locked Out Of Heaven” y “Treasure”, se dejaron escuchar. Pero la parte final de “Runaway Baby”, empalmó su sonido con “Give It Away” de Red Hot Chili Peppers. La acción dio pauta a que los californianos se fueran apropiando rápidamente del escenario. Pese a su anuncio previo, no cumplieron con interpretar el cover de “Dazed and Confused” como homenaje a Led Zeppelin. Mensajes de miembros de la US. Army, antecedieron el retorno de Bruno Mars para cerrar con “Just The Way You Are” y concluir los poco más de doce minutos de espectáculo.