1. Hace treinta años, el 18 de octubre de 1983, salió a la luz la primera edición de La CIA en México, el libro de Manuel Buendía que publicó Océano bajo la dirección editorial de Carmen Gaitán. Lo interesante es que este libro es ahora otro libro, si se lee a la luz de la acusación hecha recientemente por unos espías de que el periodista fue asesinado por la Agencia Central de Inteligencia el 30 de mayo de 1984, en el contexto de la operación Irán-Contras. 2. La CIA en México recoge una selección de sus columnas publicadas en El Día, El Sol, El Universal, Excélsior, entre 1973 y 1983, sobre la que por lo menos durante esos años -en México, no en Moscú ni en Berlín- era la mayor estación de la CIA fuera de Estados Unidos. Destacan los crímenes que la CIA perpetró en México cuando estuvo dirigida por George Bush y la identidad de cuatro jefes de la “estación” y de varios de sus agentes “operativos” que tenían sus cubículos en la propia embajada de Estados Unidos. 3. Según Buendía “el futuro vicepresidente George Bush encarna la capacidad para la intriga y la acción violenta hasta los extremos de una matanza”. Durante la gestión de Bush la CÍA perpetró sus crímenes y acciones punitivas más importantes. “Parte de esos crímenes tuvieron su origen o destino en México.” El libro abunda en nombres, anécdotas y detalles y subraya el interés de la CIA en “nuestras reservas petroleras”. 4. Exactamente treinta años después de publicado el libro de Buendía, las revelaciones del ex agente de la CIA Héctor Berrellez (en Proceso y en Fox News, entre el 10 y el 20 de octubre) implican a la CIA en el asesinato de Enrique Camarena y en el del periodista: “Cuando pregunté quién era Manuel Buendía me dijeron que se trataba de un periodista mexicano asesinado por la CÍA y por la Dirección Federal de Seguridad (DFS) de México”. 5. En “Pierre Menard autor del Quijote” Jorge Luis Borges elabora la hipótesis de que un libro es distinto cuando se lee muchos años después de la época en que fue escrito. Coincide con la teoría de la lectura de René Girard. Así, La CIA en México de Manuel Buendía admite ahora otra lectura y dice otras cosas, en el contexto de las intrigas de la CÍA y la DFS en relación a las drogas, las armas y la conspiración desde Washington contra el gobierno sandinista de Nicaragua en 1984. 6. Por su situación geográfica, México sigue siendo un punto crucial para el espionaje de las “grandes potencias”. Cuando fallan los puentes de la diplomacia hay que usar los túneles de los servicios secretos. Es un principio de realidad desde los tiempos de las guerras napoleónicas y los heroicos momentos del Pimpinela Escarlata en la España de 1808. O habría que hablar mejor del principio de poder: para conseguirlo o conservarlo -según la sapiencia de un literato: Nicolás Maquiavelo en El Príncipe, opúsculo que, por cierto, este año cumple 500 años- todo se vale. 7. Habría que revisar -en el contexto de que lo eliminó la CIA- todos y cada uno de los artículos que Manuel Buendía publicó entre la fecha de la publicación de su libro, el 18 de octubre de 1983, y la tarde en que a la vista de todo el mundo un gatillero le disparó a quemarropa el 30 de mayo de 1984. Carmen Gaitán, esposa de Federico Campbell, informó a ZETA que el escritor sigue “gravísimo”, internado en terapia intensiva desde el jueves 30 de enero en el Hospital Mocel de la Ciudad de México. Asimismo, agradeció las continuas muestras de solidaridad hacia el intelectual y su familia.