Un amigo le dice al otro: — Pues mi novia me regaló un rompecabezas que sólo traía las letras T, E, A, M y O. No sabes cómo me enchilé. “¿Por qué te enojaste, compa? — ¡¿Acaso tú sabes quién demonios es Mateo?! *** — ¡Doctor, doctor!, no sé pronunciar Federico. “¿Cómo que no?, si lo hace usted muy bien”. — ¿Seguro? “Completamente, ande, váyase”. Llega el hombre a su casa… — ¡Maríaaa! Déjate de tonterías y tráeme una cerveza del Federico, que el médico dice que no tengo ningún problema. *** Un vecino a otro: — Oye, que lástima, la gente cada vez lee menos. “¿Y tú como lo sabes?”. — Lo acabo de oír en la radio. Autor: Anónimo del SEE.