Hay efectos físicos y psicológicos provenientes del uso indiscriminado tanto del teléfono celular como de los demás dispositivos electrónicos que hoy están invadiendo la vida de muchísimos niños y adolescentes. No sólo me refiero al sobrepeso por la falta de ejercicio, o a la irritabilidad mostrada por la importante cantidad de horas expuesto a esta actividad. El iPod, las consolas de videojuegos con sistema live, las tablets, y las laptop, son ahora el “centro de reunión” o lugar para “socializar” y divertirse. Esta nueva forma de “relacionarse” socialmente, está afectando el proceso normal de desarrollo psicosocial de niños y adolescentes, por eso hoy en día el tímido es más tímido, el antisocial no ha dejado de serlo, etc., en nada han cambiado para bien las cosas socialmente hablando. También se les conocen como TIC’s, o tecnologías de la información y la comunicación, y de la mano con el internet, han ocupado un importantísimo lugar en la vida del ser humano en sólo unos pocos años. ¿Estamos en verdad frente a nuevas adicciones? Mi opinión profesional es que sí, hay un problema de “luces rojas” que no queremos voltear a ver o que de plano, no podemos ver porque estamos inmersos en él, formando parte de este problema. Para casi nadie es extraño ver a niños pequeños manipular teléfonos inteligentes o Smartphone, parecen ET cuando con el dedo índice apuntan la pantalla del dispositivo para cambiar de acción, el colmo es ver comúnmente a familias completas sentadas en la mesa del restaurante, literalmente todos ocupados en sus dispositivos electrónicos, los más chicos en los videojuegos, y los demás atendiendo su red social, ya sea para informar detalles sobre lo que andan haciendo, o para lamentar que nadie les ha comentado o etiquetado alguna situación, creando con ello una dependencia terrible, dejando ver que es mucho más importante para ellos “estar conectados” que estar presentes. Ya hay una marcada necesidad hacia los dispositivos electrónicos y todo lo que conlleva una de estas maravillas de la modernidad. Aparatos que se han convertido en una demanda creciente gracias a lo accesible del costo, fácil manejo y miles de aplicaciones para hacer la vida más simple. Desde escuchar música, hasta saber cuándo tendrás tu próximo periodo menstrual, pasando por la opción de echarle un vistazo a tu casa desde tu teléfono o tablet, son algunas de las razones por las que hoy en día nos estamos haciendo tan dependientes de estos aparatos. ¿Qué podemos hacer para disminuir los riesgos de una posible adicción electrónica? Si me permites, a continuación te propongo algunas acciones prácticas. No caigas en la cultura del consumismo electrónico. Comprar por comprar, o comprar porque “todos ya lo tienen” es un comportamiento enfermo. Me decía una mamá hace unos días, “estoy preocupada porque qué le voy a regalar a mi hijo en su cumpleaños”, creí que se trataba de dinero el problema pero cuando me dijo, “ya tiene tablet, tiene iPod, tiene consola de videojuegos, tiene laptop…” entonces concluyo que este es un típico caso de consumismo electrónico. Saquen del cajón los juegos de mesa y organicen una velada divertida, competencia entre hermanos y padres, dentro de un ambiente de cordialidad y afecto. Lucha por restablecer la convivencia familiar real. La convivencia física se extraña, es necesaria para fortalecer los vínculos familiares, claro que ahora es más fácil y rápido que nos comuniquemos por face o mensajes de texto aun estando dentro de la misma casa, pero nada de esto podrá suplir los beneficios psicológicos de abrazarlos, besarlos, y decirles cuán importante son tus hijos para ti. Ésta es una práctica que se debe retomar comprometidamente. Invita a los amigos de tu hijo a jugar pelota en el patio o en el parque, no en la pantalla. Hace poco me comentaba el padre de un adolescente: “mi hijo se la pasa todo el día hable y hable con sus amigos”, esto es muy bueno si lo hacen en persona, pero no era el caso, este joven hablaba con sus amigos por micrófono online, y efectivamente se pasaba horas sentado frente a la consola de videojuegos “platicando” con sus amigos en red, viviendo un impresionante y peligroso sedentarismo, postergando su madurez, y prolongando su estadio fantasioso dado que a este joven le encantaban los mundos virtuales. Decreta el día de estar desconectados. Puede ser a la mitad de la semana, elige el día y durante veinticuatro horas no tocar estos aparatos ni conectarse a la red. El propósito es que aprendan o recuerden que también se pueden divertir corriendo, sudando, brincando, gritando, no sólo aplastando botones y mirando fijamente la pantalla, que el día de estar desconectados incluya los dispositivos portátiles, será una forma de oxigenar el cerebro. Y por último, establece como regla para tus hijos, desconectarse del internet y apagar los dispositivos a las diez de la noche, que por lo menos puedan acostarse sin la ansiedad producida por el uso indiscriminado del internet, videojuegos o redes sociales, el cuerpo necesita por lo menos siete horas de descanso para reponerse y estar listo para las actividades del día siguiente. Te invito a que me visites en www.gabrielbello.com y asistas a alguno de los programas de capacitación que ofrecemos para padres de adolescentes. Psic. Gabriel Bello / especialista en adolescentes Correo: gabriel@gabrielbello.com Tel. 664.608.0095