Tan seguros estaban los homicidas de que ni la Policía Municipal de Tijuana, ni la Estatal Preventiva los encontrarían, que cometieron -por lo menos- dos asesinatos en menos de seis horas, entre la tarde del 18 y la madrugada del 19 de febrero, con la misma arma. En 24 horas, cinco hombres fueron asesinados en la vía pública de Tijuana, sin que ningún responsable haya sido detenido hasta el momento. Maniatados, torturados y envueltos en cinta gris, “asesinan a uno, y dos horas después, los mismos homicidas van a balacear al siguiente”, expuso uno de los investigadores. Incluso una de las víctimas fue arrollada, pero como seguía vivo, lo mataron a balazos. Las corporaciones policiacas, de investigación y preventivas, que integran el Consejo de Seguridad Pública del Estado, sin grabadora ni micrófono de por medio, lo reconocen: “Andamos por encima del promedio”, cuando la cuota mortal “normal” en Tijuana es de uno o dos homicidios al día. Entre el 1 de enero y el 19 de febrero, 126 personas han sido ejecutadas en Baja California: * 83 en Tijuana. * 17 en Mexicali. * 12 en Ensenada. * 7 en Tecate. * 7 en Rosarito. Funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) han manifestado que se trata de pleitos entre células dedicadas a la venta de droga al menudeo. Advierten que familiares, testigos y detenidos han expuesto la labor criminal de las víctimas y delatan pleitos internos en el narcotráfico local. La versión en la calle -recolectada por áreas de inteligencia- indica que se trata de una pugna interna entre grupos que pertenecen a la célula de Alfonso Lira “El Atlante”, sin embargo, los investigadores no han encontrado a nadie dispuesto a declararlo formalmente, y no existe orden de aprehensión contra este cabecilla delictivo, acaso algunos datos relacionados con la indagatoria del homicidio cometido en contra de Víctor Reyes en la Zona Norte, el 12 de febrero. Pero los asesinatos son prácticamente en todo Tijuana, incluso en Rosarito. — ¿Lira controla todo ese territorio criminal? ¿Qué pasa con Alfonso y René Arzate, los representantes del Cártel de Sinaloa?, cuestiona ZETA a uno de los investigadores del Estado. “No hay indicios de que Lira se haya escindido de los Arzate, lo que se ha focalizado es que se trata de una división interna del ‘Atlante’, una célula que se está debilitando, tratan de independizarse y peleando los espacios entre ellos, además, ya está todo cubierto y quieren seguirse metiendo”. — ¿Se puede responsabilizar a un solo grupo de todos los muertos? ¿Nadie pone orden? “Efectivamente, van de un extremo a otro de la ciudad, y eso no cuadra con lo tradicional, pero no hemos encontrado indicios de que otros grupos estén implicados”. Gran parte del descontrol y la falta de efectividad del Consejo Estatal de Seguridad, radica en la ausencia de coordinación, falta de información y la no definición de líneas de acción. Cada semana, las corporaciones e instituciones se reúnen para acordar operativos, pero poco o nada coordinan, mientras las juntas encabezadas por el gobernador -de hecho solo una ha tomado lugar-, las utilizan para compartir cifras alegres de incidencia delictiva, en lugar de coordinar acciones y estrategias. Cuando ocurre un incidente, cada Policía operativa anda por su lado y el Ejército no se mete, a menos que le llamen, y únicamente en calidad de respaldo. La falta de información es tan grave que tanto las corporaciones estatales como las municipales, iniciaron apenas los trabajos para redefinir el mapeo delictivo del estado, porque no los tienen, o son muy viejos y en desuso. De manera anónima, jefes policiacos y medios de comunicación han vuelto a escuchar la denuncia: “Los policías están bien puestos con la maña”, incluso señalan específicamente a municipales y estatales, dan nombres y apodos de sus contactos en el mundo criminal, los describen. Los uniformados son implicados como “cobradores de piso”, “bajadores de droga”, incluso “homicidas”. Pero ni son investigados, ni remitidos a realizar nuevos exámenes de confianza. En las delegaciones, ni los jefes de distrito ni sus policías detienen a los cabecillas. La Municipal llena boletines de las capturas de pequeños distribuidores de droga que son liberados en poco tiempo, esto, porque los uniformados -estatales y municipales- regresaron a la vieja costumbre de entregar partes policiacos mal redactados que solo sirven para ordenar la liberación de los delincuentes. A través de sus líderes, los sectores empresariales reclaman públicamente el desborde de la inseguridad, la falta de estrategia y un Ejército echado para atrás. En sus declaraciones oficiales, el alcalde de Tijuana, Jorge Astiazarán, no se reconoce desbordado, pero manifiesta que si su secretario de seguridad no cumple con las expectativas, deberá salir, pero aclara no se trata de un ultimátum. Mientras, asegura que el Ejército redoblará sus patrullajes, vigilancia militar que los tijuanenses no ven desde el 2 de enero de 2013, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto cambió los mandos y retiró el apoyo castrense a Baja California. Muertos al mayoreo por narcomenudeo Alrededor de las 6:50 pm del día 18 de febrero, según el reporte del C4, por lo menos dos sujetos persiguieron sobre la Avenida Las Palmas del fraccionamiento con el mismo nombre, en la delegación La Mesa, a Emilio Daniel López Gutiérrez, de 32 años de edad. Testigos escucharon que uno de sus agresores le preguntó en repetidas ocasiones a gritos: “¿Te quieres morir, hijo de la chingada?” mientras lo perseguía por la calle ascendente de norte a sur y le disparaba la carga de un subfusil Uzi, dejando un rastro de 19 casquillos, de los cuales solo acertó tres, en tórax, hombro y cabeza, suficientes para quitarle la vida. El desaseo de la víctima, al igual que lo usado de su ropa, hizo presumir a la autoridad inicialmente que se trataba de un ladrón que robó a la persona equivocada. Después se dieron cuenta que además de tener documentos que lo acreditaban como residente de San Diego, California, tenía consigo una dirección en Las Palmas, y más tarde, que había sido víctima de unos homicidas en serie. Alrededor de las 7:20 pm, media hora después del reporte de este asesinato, agentes de la PEP que buscaban a los matones en la zona, recibieron la orden de abandonar el operativo, para entonces ya habían ubicado dos carros que “aparentemente” habían participado en los hechos, y aunque no tenían nada concreto, abandonaron la coordinación que traían con los municipales. Los policías de Tijuana tampoco detuvieron a alguien, pero el secretario de Seguridad Pública Municipal, Alejandro Lares, consideró buena idea emitir un boletín para justificar su falta de resultados en el caso específico. Aunque no era real, aseguró que la búsqueda de los presuntos responsables continuaba en forma coordinada, y tras informar que ellos decomisan armas diariamente y “han sumado detenciones importantes”, reconoció la impunidad de “muchas personas que se encuentran armadas, y resuelven sus diferencias de manera violenta y en la vía pública, cuidando precisamente las zonas donde creen tener las condiciones para cometer sus delitos”, como la delegación La Mesa. Pero después del adelantado comunicado, los asesinatos continuaron. A las 22:13 pm, la Policía encontró el cuerpo de un hombre de entre 35 y 40 años, a quien tiraron en la calle Mazatlán de la colonia Las Torres. Lo ataron de pies y manos, y lo mataron a golpes. A las 11:00 pm, en Calle Acapulco y Pacífico, del Parque Industrial Pacífico, se encontró el cadáver de otro hombre, también alrededor de los 40 años, atado de pies y manos. Los rastros indicaron que fue ultimado en plena vía pública. El homicida lanzó cuatro disparos con una pistola calibre .380, tres acertaron en la cabeza de la víctima. Apenas pasaba la media noche del miércoles 19 de febrero, cuando los homicidas que seis horas antes actuaron en el fraccionamiento Las Palmas, volvieron a las andadas. La misma Uzi calibre .19 volvió a retumbar en el Callejón Tamayo, a la altura del número 18 de la colonia Mineral de Santa Fe, previo al abandono del cadáver con dos tiros en la cabeza cubierta con tape gris. Estos homicidas múltiples habían tenido el tiempo y la tranquilidad de, previamente, privar de la libertad y maniatar a su víctima. Parecía que la jornada sangrienta había cerrado a las diez de la mañana de ese miércoles, cuando un reporte llevó a las fuerzas del orden a recoger el cuerpo de otro hombre de entre 35 y 40 años, localizado en la colonia Internacional. Estaba en el interior de una bolsa. En el Servicio Médico Forense indicaron que presentaba heridas de arma punzocortante en todo el cuerpo, pero está entero; inicialmente el informe era de “un descuartizado”. El jueves 20 de febrero, otro hombre de entre 35 y 40 años, asesinado con objeto punzo cortante y calcinado en un 80 por ciento, fue localizado en un lote baldío de la colonia Granjas Familiares. Antes, entre el 9 y el 16 de febrero, la PGJE había reconocido que Tijuana vivió su semana más violenta de 2014, con 13 asesinatos en una semana, y de nuevo, a través del análisis balístico, identificaron a unos homicidas muy activos y una pistola muy usada. Con estos datos, el Ministerio Público ya tiene un sospechoso: su cómplice, autora intelectual y pareja del muerto, Itzel Escobedo, quien fue detenida; lo mismo que María Inés Núñez, quien le presentó al matón. Se trata del hombre que asesinó al mueblero de Rosarito, Luis Alberto Zacarías Barajas, la madrugada del jueves 13 de febrero en el Bulevar 2000, en las inmediaciones del fraccionamiento Residencial del Bosque. El arma usada con él, también se empleó un día antes para matar a Víctor Reyes mientras conducía una Jeep Cherokee en la calle Primera de la Zona Norte; y de Ricardo Mondragón Valencia el 15 de febrero, en el estacionamiento localizado en la Avenida Ruta Mariano Matamoros, donde usaron dos armas, una .45 y otra calibre .40, que era la que repetía. La misma que se usó en el homicidio de otro hombre en el Grupo México, pero la autoridad no precisó fecha. “Los Atlantes”, objetivo policiaco Aun sin haber probado y judicializado la actividad criminal de Alfonso Lira y su familia, las autoridades los responsabilizan por la violencia detonada actualmente en Tijuana y Rosarito, por lo que han implementado operativos con la intención de capturar a los principales miembros de la célula en flagrancia. Las versiones de las áreas de inteligencia: Lira ya se les “escapó” dos veces, entre noviembre de 2013 y enero 2014. Algunos de sus cómplices detenidos lo ubicaron primero con la Policía Estatal Preventiva, y después, ante una patrulla coordinada con municipales, estatales y federales, informaron en cuál dirección (en el Este de Tijuana) se encontraba, pero extraña y oportunamente, en ambas ocasiones el presunto delincuente ha sido notificado del arribo de los policías con la debida antelación. Ningún oficial ha sido investigado como posible “soplón”. Como parte del seguimiento a los recientes actos criminales, la noche del miércoles 19 de febrero, la PEP capturó en posesión de un arsenal, chalecos antibalas, droga y dinero, a tres jóvenes que aseguraron ser operadores de Javier Lira Sotelo “El Carnicero”, hermano de “El Atlante”. “El Carnicero” fue detenido el 9 de abril de 2012 en posesión de 857.7 kilos de marihuana, 29 kilos de la droga conocida como cristal y 7.262 kilos de heroína, así como 15 armas largas nuevas, un arma corta, 200 cartuchos y 24 cargadores. Se le consignó por posesión y fue liberado nueve días después, el 19 del mismo mes. Ahora sus presuntos cómplices, Fernando Montoya Reyna, Ricardo Ortega González y Horacio Eduardo Villalpando Serna, fueron capturados con un arma calibre .223; un arma larga calibre 7.62 por 39; tres cargadores de disco calibre .223; tres cargadores de disco calibre 7.62 por 39; 17 cargadores para AR-15 de diferentes capacidades, calibre .223; 13 cargadores para arma calibre 9 mm; 30 cargadores de diferentes calibres y capacidades; 16 cargadores para AK-47, calibre 7.62 por 39; 64 cartuchos útiles calibre 5.7; otros 325 cartuchos útiles calibre .45; 1005 cartuchos útiles calibre .223; 368 cartuchos útiles calibre 7.62 por 39; 170 cartuchos útiles de diferentes calibres. Asimismo, diez paquetes de marihuana con un peso aproximado de 19 kilogramos, cuatro chalecos balísticos y una prensa hidráulica. Habrá que esperar cuanto tiempo permanecen presos, o siquiera llegan a ser consignados. Reunión El jueves 20 de febrero hubo indicios de una aparente reacción del Estado ante el baño de sangre. De inicio, la información pública respecto a las muertes dejó de fluir. La procuradora estatal, Perla del Socorro Ibarra Leyva, llegó a Tijuana después del mediodía a una reunión en el tercer piso del Centro de Gobierno en la Zona Río. Al cónclave también fueron citados el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa Anaya; el comisionado de la PEP; el nuevo director de la Policía Estatal Preventiva, entre muy pocos otros. En sigilo, quienes trabajan con ellos e informaron de la junta, consideraron que se abordaría la escalada de violencia en la ciudad durante los últimos días. El tema de la inseguridad en Baja California, particularmente en Tijuana, ya está confrontando a niveles de gobierno y separando gabinetes. El miércoles 19 de febrero, muchos fueron testigos de cómo el alcalde Jorge Astiazarán le reclamó exaltado a Daniel de la Rosa, titular de Seguridad en la entidad, la falta de coordinación y la ausencia de un combate estatal en el municipio. Pero mientas las autoridades no se coordinan, las células del narcotráfico en Tijuana se han reordenado y armado, para iniciar una nueva guerra de criminales, que en lo que va del año, suma ya 83 ejecutados en esta ciudad. Cae gente de “El Mayo” Zambada Desde el 17 de febrero, agentes federales y elementos de la Marina Armada de México realizan un operativo de seguridad en Culiacán, Sinaloa, a fin de capturar a Ismael “El Mayo Zambada”. Ese día se informó de la aprehensión de diez presuntos miembros de la organización criminal, entre ellos, Joel Enrique Sandoval Romero, apodado “El 19”, supuesto jefe de sicarios. En ese mismo operativo se detuvo a Apolonio Sandoval Romero “El 30”; Cristo Omar Sandoval Romero “El Cristo”; Jesús Andrés Corrales “El Bimbo”; y Marco Pérez Urrea “El Pitahaya”. De igual manera, se aseguraron 91 armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, cartuchos de diversos calibres, cuatro vehículos y 286 mil pesos en efectivo. Mientras que en acciones… Un día después, en Tijuana, fueron aprehendidos un sujeto apodado “El Compa Omar” junto a sus cómplices, quienes tenían en su poder una granada de fragmentación, dos armas de fuego y tres vehículos acondicionados para el trasiego de drogas. Se conoció que Omar Guillermo Cuen Lugo es el encargado del transporte de enervantes desde Culiacán hacia los Estados Unidos, pasando por Baja California, para la organización de “El Mayo” Zambada. Tras una operación especial implementada por elementos de la Secretaría de Marina (SEMAR) en Culiacán, el jueves 20 de febrero fue capturado Jesús Peña “El 20” o “El Compa Peña”, presuntamente uno de los sicarios de alto rango al servicio del Cártel de Sinaloa. Autoridades de la Armada de México peinaron la zona de Colinas de San Miguel, apostados en una residencia ubicada por la calle Cerro de Las 7 Gotas. En los últimos meses, la facción que lidera Ismael Zambada ha sufrido varias bajas, entre las que se encuentran Serafín, hijo de Zambada García, en Arizona; Gonzalo Inzunza Inzunza “El Macho Prieto”, principal lugarteniente de “El Mayo” abatido en Sonora; y José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, líder de una de las células del Cártel de Sinaloa. Tras escándalo, declina director de Policía Municipal de Mexicali El titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Mexicali, José Ramírez Cardoso, dimitió a su función luego de que se diera a conocer que fue consignado por los delitos de abuso de autoridad y acoso sexual en 1997, cuando ostentaba el cargo de Coronel. Ramírez Cardoso citó a conferencia de prensa el viernes 14 de febrero en las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, donde reconoció los cargos que se le imputaban en el fuero militar, pero desestimó las acusaciones al señalar que era “algo común en las fuerzas castrenses”. Ese mismo día, al menos 13 elementos del Valle de Mexicali se manifestaron en las instalaciones municipales para denunciar que fueron cambiados de la zona Valle a diversos puntos de la capital, por lo que requerían apoyos económicos para llegar a las nuevas adscripciones. En ese contexto, fue asesinada la agente Sandra Carrillo Moreno, de 31 años de edad, luego de un enfrentamiento con dos hombres armados, quienes robaron un aproximado a 700 mil pesos en el Valle de Mexicali. El sábado 15 de febrero, durante los funerales de la agente, el alcalde de Mexicali, Jaime Díaz Ochoa, ratificó la confianza hacia el General en retiro, pero aceptó desconocer los cargos que le imputaron. El propio presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, Jonathan Díaz Castro, no quiso polemizar en el asunto, aunque reconoció que existe un hueco en cuanto a los exámenes de Control y Confianza, ya que los militares no informan de manera oportuna sobre los antecedentes penales cuando son nombrados en cargos civiles. Señaló que la decisión estaba en el alcalde de Mexicali quien definiría, ante la información surgida desde el portal de la Asociación de Periodistas Universitario (APU), si Ramírez continuaba en el cargo o no. De igual manera, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, a través de un boletín que por “solicitud del XXI Ayuntamiento de Mexicali se procedió a realizar la evaluación de Control de Confianza al General José Ramírez Cardoso, el Centro de Evaluación y Control de Confianza (C3) procedió a practicar las pruebas pertinentes, que constan de los exámenes, psicométricos, de investigación socioeconómico, polígrafo, médico y toxicológico”, lo cual fue aprobado por la institución. Por su parte, la Fracción Parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Cabildo mexicalense, retiró el voto de confianza al General en retiro, toda vez que “en ningún momento los regidores tuvimos conocimiento que él mismo había sido sentenciado por un tribunal militar por la comisión de los delitos de abuso de confianza y hostigamiento sexual”, señalaron mediante un comunicado. “Es una pena y una vergüenza que el General haya omitido informar esta situación hoy pública por todos, ya que deja en entredicho que otras acciones han sido omitidas, y más en el cargo tan importante que ostenta”, concluye el escrito. Fue hasta las cuatro de la tarde del jueves 20 de febrero que el General Ramírez Cardoso presentó al alcalde Díaz su renuncia al cargo. Aduciendo razones personales y de manera irrevocable, agradeció “el apoyo y confianza que tuvo al invitarlo a formar parte del XXI Ayuntamiento”. En su lugar, de manera temporal se comisionó al ingeniero Jesús Alberto Ruíz Terán, subdirector de la corporación. Cristian Torres Cruz