Federico Campbell luchó por su vida hasta el último momento. Lamentablemente, el organismo del intelectual tijuanense no resistió a las letales secuelas de la influenza AH1N1. “Mi papá falleció a las 4:20 (pm) a causa de un derrame cerebral por la mañana (del sábado 15 de febrero)”, explicó a Semanario ZETA su hijo Federico Campbell Peña. Anunció también que los servicios funerarios se ofrecerán a partir de la noche de hoy sábado 15 de febrero: “Vamos a estar en la funeraria del Panteón Francés de San Joaquín”, invitó a amigos que quieran acompañar a Federico Campbell. Federico Campbell permaneció en terapia intensiva durante dos semanas en el Hospital Mocel de la Ciudad de México, después de ingresar a terapia intensiva en ese nosocomio desde el jueves 30 de enero por una neumonía que luego los análisis clínicos arrojaran que se trataba de influenza AH1N1. Aunque la influenza fue eliminada por el tratamiento implementado por el doctor Jorge Salas, el virus dejó a su paso por el cuerpo de Federico Campbell consecuencias fatales como insuficiencia renal, arritmia, espasmos bronquiales, paro cardiaco y un debilitamiento general que desembocó en la lamentable noticia. En los últimos días, Federico Campbell luchó por su vida, se le practicaron varias diálisis, permanecía entubado, con oxígeno, sedado e inconsciente, pero finalmente el organismo del escritor no resistió. Novelista, ensayista, periodista y traductor, Federico Campbell (Tijuana, 1941) dejó un acervo importante que incluye, entre otros títulos, obras como “Todo lo de las focas” (Joaquín Mortiz, 1983), “La memoria de Sciascia” (FCE, 1989), “Post scriptum triste” (Ediciones del Equilibrista, 1994), “La invención del poder” (Aguilar, 1994), “Máscara negra” (Joaquín Mortiz, 1995), “Transpeninsular” (Joaquín Mortiz, 2000), “La clave Morse” (2001) y “Padre y memoria” (Ediciones sin Nombre, 2009). El intelectual tijuanense dejó terminado el ensayo “La era de la criminalidad” para su publicación en Océano, título que concluirá la serie de ensayos sobre el poder y la decadencia del Estado en México iniciada con “La invención del poder” y “Máscara negra”. En Semanario ZETA lamentamos profundamente el fallecimiento de nuestro amigo, colega, maestro y colaborador de este Semanario. Asimismo, a su esposa Carmen Gaitán, su hermana Silvia, su hijo Federico Campbell Peña, sus sobrinos Jesús y Eduardo, y a toda la familia Campbell deseamos resignación ante tan sentida pérdida. En paz descanse el gran Federico Campbell.