Ensenada cuenta, desde el 28 de diciembre del 2013, con un atractivo turístico más: el hundimiento de un tramo de unos, más o menos 300 metros de la carretera escénica Tijuana-Ensenada, con una profundidad de unos 60 metros, según la prensa local. ¿Cómo es posible que las autoridades encargadas de la carretera, ahora sí se pongan muy celosas en el cumplimiento de su deber? Lo más probable es que, por tierra, de momento, no dejen pasar al turismo local y al foráneo; pero sí se pueden organizar viajes por mar, en alguno de los barcos turísticos que llevan a los visitantes a La Bufadora y a la pesca deportiva. Por ejemplo: salen de Ensenada, recorren por mar los kilómetros que nos separan del km 93. Llegan al lugar, anclan el barco, si las condiciones del tiempo lo permiten. Permanecen un rato mirando el desplome de la carretera, hacen sus comentarios, toman sus fotos, sus videos, películas. Se beben algunos tragos, a otros les dará por comer y… por supuesto uno que otro mareado. Después de un rato, regreso a Ensenada. Tiempo aproximado del recorrido, unas horas. Costo del viaje, por persona. Aquí va a ser necesario que los dueños de los barcos hagan sus cuentas. Podría ser un buen negocio, mientras no se organicen excursiones a pie, en bicicleta, en automóvil, en microbús, al ahora famoso y posible punto turístico: el km 93. Saludos y un abrazo. Ezequiel Hernández Méndez Correo: ezequielhmendez@hotmail.com