En la invasión “Caribe Bajo” de Cabo San Lucas, todo sigue igual. La mayoría de las casas de madera, lámina, cartón y hasta plástico, todavía resisten la embestida del viento invernal, como los moradores aguantan cansados de esperar la llegada de la publicitada “Cruzada Nacional contra el Hambre”. Los pobladores de la colonia desde donde la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, presentó el 11 de febrero números y “cuentas alegres”, no comparten la visión y alegría, porque a decir de la señora Aureliana Molina, “no vemos ni palpamos ningún beneficio, únicamente vienen y preguntan, anotan tus datos, toman fotos de tu casa, y hasta la fecha seguimos sin recibir nada”. La mujer de 37 años y madre de cuatro hijos, dijo que en el evento pasado “solo nos usaron para la foto”, y terminando la presentación de la llamada “Tarjeta sin Hambre”, todos se fueron y “aquí seguimos esperando”. Durante su primera gira de trabajo por Baja California Sur, y teniendo como escenario la populosa colonia, la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) se quejó que “cuando escogimos Los Cabos fuimos cuestionados, nos dijeron que estábamos actuando en función de criterios que no eran los del hambre ni la pobreza. Les dijimos que qué mal conocían la realidad del país y la condición de ciudades y lugares tan prósperos como Los Cabos, al mismo tiempo tan contrastante, con tanta desigualdad y pobreza. Por eso, Los Cabos está en la ‘Cruzada contra el Hambre’”. La “buena noticia” fue que para los más pobres del estado “entrará al esquema de ‘Tarjeta sin Hambre’ y a los comedores comunitarios no solo en Los Cabos, también en los demás municipios del estado vamos a trabajar con estos programas”, externó Robles. Pero el anuncio no entusiasmó a nadie, ni siquiera a Doña Aureliana Molina, ya que desde su punto de vista, “si el beneficio no ha llegado a Los Cabos, menos va a llegar a otras partes del estado”. La habitante de la invasión “Caribe Bajo” expuso que a más de un año del lanzamiento de la Cruzada por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, y oficializada el 21 de enero de 2013, “todo es un fracaso”. Durante un recorrido por la colonia, otra de los habitantes, de nombre Isa Hernández, cuestionó duramente la tarjeta que, de acuerdo con Rosario Robles, “permitirá comprar mensualmente 13 productos básicos avalados por nutriólogos para garantizar la alimentación de cada familia”. A decir por la consultada, “lo que trae no nos dura ni una semana, sobre todo a las familias que somos de cuatro o más integrantes”. La polémica tarjeta de 338 pesos no fue muy bien aceptada en esta zona marginada, a razón de que “el dinero que trae, es lo que algunas ganamos en una sola jornada de trabajo en un restaurante u hotel, y algunas más acomodadas ganan hasta más”, expuso la señora Isa. Madre soltera, Hernández agregó que “son chingaderas” que el gobierno piense que “vamos a vivir con ese dinero”, cuando desde el Presidente hasta gobernadores y alcaldes ganan “un billetón”, sin preocuparles “si uno come o no”. Los colonos de “Caribe Bajo” consideran que lo más lamentable es que “todos los habitantes no fueron tomados en cuenta en el rubro de vivienda, que es lo que realmente más les interesa, porque supuestamente viven en una zona irregular, y por lo tanto, no podrán ser beneficiados ni con servicios, ni con una vivienda digna”. Según el catálogo de acciones de impacto de carencias sociales de la pobreza extrema elaborado por SEDESOL, las personas en situación de pobreza extrema que vivan en asentamientos irregulares como invasiones y zonas de alto riesgo, no podrán acceder a lo siguiente: * Construir piso, techo o muro firme. * Edificar un cuarto adicional que evite el hacinamiento. * Construir pies de casa. * Introducir red de agua potable. * Construir red de drenaje. * Instalar celdas solares que permitan dotar de energía la vivienda. No obstante, la titular de SEDESOL apuntó durante la gira: “El día de hoy estamos aquí para supervisar los trabajos que hemos emprendido en la ‘Cruzada Nacional contra el Hambre’ y otros programas prioritarios para el Presidente Enrique Peña Nieto, y verificar que estos apoyos lleguen verdaderamente a quienes más lo necesitan”. La secretaria se refería a la entrega de 9 mil 684 seguros de vida para jefas de familia que, en caso de faltar, sus hijos y familiares puedan cobrar 14 mil 018 pesos con 39 centavos, según la póliza. Además, ahí están los 603 paquetes de alimentación repartidos en los llamados Comedores Comunitarios. La exclusión Si Los Cabos, que oficialmente es el único municipio del estado dentro de la “Cruzada Nacional contra el Hambre”, no ha tenido resultados, en La Paz la situación es mucho más caótica. Completamente excluida de la estrategia nacional -además de Comondú, Loreto y Mulegé-, los habitantes de colonias como Manuel Márquez de León viven a diario una terrible realidad. — ¿Cuándo fue la última vez que recibieron la visita del gobierno en su casa?, preguntó ZETA a la señora Maximina Rubí de Molina. “Uta, ya tiene rato. Tienen mucho que no vienen”. — ¿Desde cuándo? “Ya tiene rato. Mmm… ya tiene como un año”. — ¿Como un año que no viene el gobernador y la presidenta municipal de La Paz? “Sí, fácil, y desde entonces no llega ni el apoyo que nos daban con despensas, incluso la última vez que anduvieron por aquí, andaban por las casas, pero de repente ya no volvieron a venir”. “No volvieron ni por el cambio”, interrumpe y remata una amiga de nombre Manuela de Jesús Vega. Las habitantes de esa colonia, considerada una de las más marginadas de La Paz, recordaron que “antes venían y entregaban despensas cada mes y muy frecuente”, pero ahora “nadie se para por aquí”. Las madres de familia de ese populoso sector, que carece de agua, drenaje y luz, dijeron “estar olvidados por el gobierno” y viven en casas de madera, cartón y plástico en condiciones deplorables. La señora Maximina Rubí de Molina invitó a ZETA a pasar a su casa para que “vean en qué condiciones estamos viviendo”, y digan si es o no una vergüenza que “el gobierno no vea por nosotros, y todos los que vivimos de esta manera, que no somos tres y cuatro, también verifiquen que eso de la ‘Cruzada contra el Hambre’ es puro cuento, porque después de tanta cantaleta, por lo menos aquí nadie se ha visto beneficiado”. Efectivamente, la vivienda de la madre de familia está en condiciones de hacinamiento, es una construcción de madera de siete metros de largo por cuatro de ancho, tiene dos cuartos separados por un tablón, su cocina, comedor y justo a un costado, el baño. La vivienda carece de refrigerador, televisión, radio, comedor y sala, únicamente tiene dos camas, una pequeña estufa de dos quemadores y una alacena para los alimentos. De base, la estufa tiene un rollo de madera de cable de la Comisión Federal de Electricidad y el piso es de tierra. En esa casa vive la madre y tres hijos, una de jovencita de 13 años, un niño de 10 y otro de 6. Las cifras ZETA solicitó una entrevista con la delegada de SEDESOL, Aracely Domínguez, pero no fue posible por encontrarse fuera de la ciudad. No obstante, envió el informe de resultados de 2013, donde se detallan los números de 13 programas federales, entre los que destacan: * La entrega de 17 mil 900 pensiones para adultos mayores, distribuidas de la siguiente manera: 3 mil 560 en Los Cabos, 7 mil 899 en La Paz, 3 mil 389 en Comondú, 533 en Loreto, y 2 mil 519 en Mulegé. * La creación de mil 346 empleos temporales: 778 en Comondú, 307 en Loreto, 195 en Los Cabos, y 65 en La Paz. * El reparto de 3 mil 246 alimentos a niños jornaleros. * La construcción y mejora de vivienda en 3 mil 744 acciones en Los Cabos, entre éstas, 468 pisos firmes, 201 baños dignos, 2 mil techos firmes, y mil 074 equipos fotovoltaicos. * La instauración de 260 comités comunitarios en Los Cabos, participando 3 mil 120 personas, responsables de promover e impulsar la “Cruzada Nacional contra el Hambre”. La directora de Desarrollo Social del Ayuntamiento de La Paz, Susana Aguilar Acevedo, informó que actualmente trabajan con base en los indicadores federales, que son vivienda, alimentación, salud y educación, con los cuales estarán midiendo resultados a partir de este año, cuando la “Cruzada Nacional contra el Hambre” pueda entrar a La Paz. Aunque “todavía no tienen la fecha de inicio”, anticipó que el gobierno municipal destinará 27 millones 275 mil 731 pesos con 92 centavos al Fondo de Aportación de Infraestructura Social (FIMS), que este año pretende dar un impacto directo a la pobreza extrema. Según el último informe anual sobre la situación de pobreza y regazo social del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), tan solo en La Paz, el 30.1 por ciento de los aproximadamente 211 mil habitantes de la ciudad se encuentran en condiciones de pobreza, de los cuales 185 mil presentan pobreza moderada y 25 mil viven en pobreza extrema. Las cifras sobre la pobreza y pobreza extrema -según CONEVAL- se distribuye de la siguiente manera: * 61 mil 535 personas en pobreza y 12 mil 152 en pobreza extrema en Los Cabos. * 34 mil 062 en pobreza y 4 mil 603 en pobreza extrema en Comondú. * 9 mil 653 en pobreza y mil 828 en pobreza extrema en Loreto. * 21 mil 659 en pobreza y 2 mil 877 en pobreza extrema en Mulegé. Las repercusiones del IVA Por si esto fuera poco, el alza del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 11 al 16 por ciento en la zona fronteriza, vino a repercutir y dar el tiro de gracia a las familias más pobres del estado. La homologación, aprobada por los senadores priistas Ricardo Barroso Agramont e Isaías González Cuevas, a iniciativa del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, lesiona seriamente la economía familiar de la mayoría de la población, como Maximina Rubí de Molina, habitante de la colonia Manuel Márquez de León, en La Paz, y madre de tres hijos, quien lamenta: “Ahora que aprobaron lo del IVA, el dinero me rinde menos”. Como empleada de limpieza en un cine, la señora gana mil 800 pesos quincenales, de los cuales gasta 450 pesos solo en transporte, quedando mil 350 pesos disponibles para la alimentación de sus hijos. “Antes el dinero que yo ganaba, me alcanzaba para comprar alimento para las dos semanas, el día de raya era comer carne segura y después frijol, huevo y algo de carnes frías. Hoy, la verdad todo subió y ya no me alcanza más que para comer una semana, y máxime porque todo está muy caro”, argumentó. En diciembre de 2013 -antes de entrar en vigor la homologación al IVA-, ZETA hizo la compra de diversos productos para hacer una comparación de los incrementos, y tras adquirir los mismos artículos en enero de este año, detectó una repercusión en el alza de precios del 8 por ciento al 60% en la misma cadena comercial. Los productos y costos fueron analizados en los tickets de compra y se obtuvo la siguiente información: * El 8 de diciembre de 2013 se compraron 40 productos en alimentación seca, lácteos, alimentos procesados, abarrotes, aves, cárnicos, salchichería y productos refrigerados, por los que se pagaron mil 067 pesos con 82 centavos. * El 26 de enero de 2014, se compraron exactamente los mismos productos, pero el precio total fue de mil 500 pesos. En pesos, el alza fue de 433 pesos, cuya repercusión en una familia en condiciones de pobreza como la señora Maximina Rubí de Molina, representa una cuarta parte de su sueldo total, o lo que cada quincena gasta en el transporte de su casa al trabajo y viceversa. La titular de la Comisión de la Familia y Asistencia Pública del Congreso del Estado, Dora Oropeza Villalejo, consideró que “el alza es solo una pequeña parte de lo que se empieza a sentir, tras haber entrado en vigor la homologación del IVA”. Las repercusiones del IVA Producto Precio 2013 Precio 2014 Aumento en Pesos Porcentaje Lata de elote de 220 gramos $6.00 $6.60 $.60 10 por ciento Pechuga de pollo entera $68.13 $98.98 $30.85 45% Carne molida de res $77.00 $86.90 $9.90 13% Manzana Golden $16.90 $25.10 $8.20 50% Brócoli a granel $20.50 $22.10 $1.60 8% </tr> Rollo de espinacas $5.50 $10.10 $4.60 40% Plátano Roatan $11.60 $14.20 $2.60 20% Tomate Saladette $9.90 $17.40 $7.50 80% Limón Colima $13.20 $14.90 $1.70 15% Papa blanca $20.00 $28.90 $8.90 60% Papaya Maradol $25.36 $40.99 $15.63 60% Leche romana $9.90 $10.30 $1.60 15% Jamón Virginia de pavo $30.40 $31.20 $0.80 2.5% Fuente: Recibos de compra de ZETA