Sucede con narcotraficantes de infantería y “poquiteros”. Son enamorados por naturaleza, dinero fácil y poder. Les apasiona lucir mujeres encantadoras. Las visten elegantes. Otros con mal gusto hasta resbalan en extravagancia. Pero entre los capos es distinto. No confían mucho en amores fuera del matrimonio o su pareja. Temen indiscreciones del “segundo frente”. Saben cómo a las mujeres les encanta presumir tener lo nunca soñado. Muy en secreto pronunciarán el nombre del amado. “Me regala joyas, ropa, auto y hasta casa”. Si no, los vecinos la maliciarán. Conociéndola desde chiquita dirán “…mira nada más. Imagínate de dónde sacó tanto. Ahora hasta 'guarura' tiene día y noche. No. Para mí segurito que un narco anda con ella”. Y así abren la puerta al peligro de captura. Lo mismo si por una se abandona a otra. Entonces utilizan desde la brujería y caen hasta el despecho. Osiel Cárdenas Guillén era el patrón del cártel golfero. Cuando estaba libre se parecía al Gabino Barrera del corrido famoso: “…con amores por donde quiera”. Pero encarcelado le resultó más caro el caldo que las albóndigas. Tres damas pelean su amor y dinero. Tanto así hasta convertir la rivalidad en espectáculo público. Que conste. Nunca sucedió esto con otros grandes capos luego de capturados. Los que están prisioneros normalmente dieron y dan lugar a las esposas. “El Chapo” es una joyita. Tuvo tantas amantes como años pasó en prisión. Pero en su momento no dejó resentidas ni asuntos pendientes. El arte para la separación sin pleitos. Celia Salinas Aguilar es la esposa legítima de Osiel. Ya tiene buen rato encorajinada. Sabía muchas diabluras pasionales de su marido antes de ser detenido. Lejos de celos y sentirse traicionada, le punza hasta el alma haberle sido fiel. Hasta se metió en sus cochinos negocios. Cuando menos esperaba quedó embarrada en el delito. Ahorita es oficialmente prófuga. Está comprobadito cómo participó en “lavado de dinero”. Supe de fuerzas federales anti-drogas: la tienen ubicada. “No te extrañe si la detenemos pronto”. También es conocida como la única que de veras ama a Osiel. Por eso se casó y tuvieron hijos. Pero el capo la desaira. Hasta los amigotes de Cárdenas Guillén son indiferentes. No le ayudan. Y Celia está molesta por el menosprecio a sus hijos. Por eso es un peligro. Ya le contaron y lo gritó: Osiel tiene intención de pedirle divorcio. Y ella quiere hablarle pero no puede. Si fuera a la prisión no saldría. La mujer está desesperada. Ninguneada, perseguida y cargando con la prole. Todos los ingredientes para hacer bueno aquel refrán “…no hay peor enemigo para el hombre que una mujer despechada”. Osiel Cárdenas Guillén prefiere el amor de Hilda Flores. Todo mundo sabe de ella en Matamoros y Reynosa. Bien conocida como “La Güerita”. Alguna vez escribí sobre este romance. No tanto por meterme en la vida privada. El capo la hizo pública. Pero ahora la dama de pelo oxigenado ya dejó el norte. Vive en el Distrito Federal. Cerquita de “su osito” como le dice a Osiel. Ella sí recibe atención y dinero de la mafia. Aparte el capo está endiosado. Y lo más importante para Hilda: tiene libertad y ningún delito encima. En eso lleva ventaja a la señora De Cárdenas. Como si fuera telenovela hay otra dama en todo esto. Se llama Ana Amelia Román Goytia. Contrario a Celia y “La Güerita” no pretende las caricias de Osiel. Es más inteligente y por eso práctica. Quiere dinero y poder. El capo golfero la conoce muy bien. Pidió inscribirla en “La Palma” como “persona de confianza” para que pudiera verlo. Pero nada de visitas conyugales. Puro negocio. Sábese bien. Ana Amelia es enlace entre Cárdenas Guillén y abogados. Aparte maneja informantes gobernícolas o particulares. Les paga mensual y puntualmente. Por eso la ven bien “Los Zetas”, peligrosos matones de Osiel. El problema será si esta mujer se enamora. Su pareja puede desencaminarla o caer en la indiscreción. A ese drama se le suma la guerra. A morir y por controlar Nuevo Laredo ante la ausencia de Osiel. El sinaloense Joaquín “Chapo” Guzmán ya empezó. Tiene en la frontera a sus mejores pistoleros. Los maneja desde Tampico, Veracruz o Puebla. Le interesa mucho traficar en Ciudad Miguel Alemán. Tiene apoyo de Carrillo Fuentes. También de “El Mayo” Zambada. Y la sociedad con “El Güero” Palma. Son muchos pistoleros de Joaquín. Tantos como para enfrentar a “Los Zetas”. También a equipos de Arturo Beltrán Leyva y Jorge Eduardo Costilla Sánchez “El Coss”. Por eso en lo que va del año la contabilidad es terrible: 97 ejecuciones hasta el sábado 25. El doble a la misma fecha del año pasado. Y 13 más que en 2002. Achacan casi todas las ejecuciones a “Los Zetas”. Pero no. Más cometidas por hombres de “El Chapo” y “El Coss”. La fama de unos es su desventaja. Nada más a ellos los persiguen. El desconocimiento o “desconocimiento” sobre los otros les quitan atención. Lo malo: la policía sale perdiendo. Desde septiembre del 2001 han matado a trece. Como en ningún otro Estado. El ministerial Armando René Sosa fue primero. También ajusticiaron hombres de rango. Los comandantes Juan Antonio Treviño Magallanes y de la Agencia Federal de Investigación, Adolfo Ruiz Ibarra. La más reciente tragedia: María Lourdes Preciado. 32 años. Terminó el diario trabajo a las cuatro de la tarde. Con su hijo fue a las oficinas policíacas municipales. Esperó al esposo Ovidio Chávez Rodríguez del Grupo Operativo. Terminó a las cinco. Se reunieron. Empistolados bajaron de Suburban y Expedition. Asesinaron a la pareja hiriendo al pequeño. Hay cuatro hechos notables en Nuevo Laredo: 1.- La mafia ya no respeta. Mata a los familiares cuando antes ni los tocaban. Rompieron la ley no escrita. 2.- Ejecutan a policías inocentes y sus familias solamente para provocar la persecución, captura o muerte de “Los Zetas” 3.- “El Chapo” y “El Mayo” Zambada cambiaron sus intenciones: no pelear el terreno a los Arellano Félix en Baja California. Después de tantos intentos perdieron a muchos enviados. No saben a quiénes se enfrentan porque los hermanos utilizan “maquiladores” del crimen. Y 4.- Por estar buscando a mata-mujeres de Juárez, los federales descuidaron Nuevo Laredo. Nunca antes estos episodios en una ciudad: pleito mortal por la plaza. Asesinato sin freno de policías y pelea de amor o dinero por un hombre encarcelado. La hipótesis es simple: Osiel perderá terreno, esposa, hijos y enamoradas. “Los Zetas” se aliarán con “El Chapo” Guzmán. Crecerá el poder sinaloense. Se afianzarán los Arellano Félix. Nada más. Texto tomado de la colección Dobleplana y publicado el 29 de julio de 2003.