Sin seguir los procedimientos administrativos de rigor y sin dar cuenta al propio alcalde, el director Inspección y Verificación de Tijuana, José Antonio Olivas Heredia, despidió a siete trabajadores sindicalizados, dos de ellos en periodo vacacional, aduciendo “pérdida de confianza” porque los empleados saludaban y eran amables con quienes acudían a realizar trámites a la dependencia. Desde que asumió el cargo, el funcionario hacía vigilar a algunos trabajadores “hasta en el baño”, expuso Sara Aguilar, empleada de base con una antigüedad de 18 años en la administración municipal. Fue el viernes 7 de febrero cuando Olivas Heredia advirtió a éstos colaboradores “que ya no se presentaran a laborar el lunes próximo, porque habían sido dados de baja por pérdida de confianza”, informó Alma Ramos, Auxiliar de Trabajo y Conflictos del Sindicato de Burócratas de Tijuana. Los empleados de base no acataron la arbitraria orden y el lunes 10 de febrero acudieron a sus labores pero el acceso a la oficina les fue negado, “por instrucción del director”. La representante sindical hoy se reunió con Bernardo Padilla, Secretario general de Gobierno, quién dijo desconocer los hechos, pero se comprometió a dar parte al alcalde Jorge Astiazarán y a investigar el asunto. Los despedidos demandan se aclaren los señalamientos de que fueron objeto, como “ladrones”, externados por Olivas Heredia, además que “se investigue y se limpien nuestros nombres”, planteó Jesica Espinoza.