“El Rey”, José Alfredo Jiménez Sandoval, quien falleciera a los 47 años de edad, dejó un legado musical, artístico y cultural que difícilmente será borrado de la memoria y corazón de los mexicanos, y de todos aquellos que han adoptado sus letras para reinterpretarlas a través de los tiempos, épocas, ritmos y experiencias; desde Plácido Domingo, hasta la Banda El Recodo de Don Cruz Lizárraga. A cuatro décadas de su muerte, el compositor de “El Jinete”, “Tú y las Nubes”, “Sigo Siendo el Rey”, “Si Nos Dejan” y “Paloma Querida”, ha sido homenajeado en infinitas ocasiones, sobre todo en discos como “Tributo a José Alfredo Jiménez XXX”, en el que participaron Joaquín Sabina, Saúl Hernández, Maná, El Tri, Miguel Mateos y Moenia; además de “3 Grandes de la Banda”, con reinterpretaciones de “El Coyote”, Julio Preciado y Valentín Elizalde. Por su parte, la disquera Sony Music editó el libro “Y Sigo Siendo el Rey”, publicación que compila una serie de artículos sobre la vida del cantante guanajuatense, además de tres discos con sus canciones y un DVD, aunado a un festival dedicado a su memoria, efectuado desde hace cuatro años en Dolores Hidalgo, su ciudad natal; y a la conferencia “Y Sigo Siendo el Rey, Vivir para Cantarla”, ofertada por el Centro Cultural Tijuana (CECUT), en voz de los propios hijos de Jiménez Sandoval. Serán Paloma y José Alfredo Jiménez Jr., los encargados de dar vida al concepto “México a través de la Cultura” el próximo jueves 6 de febrero a las 7:00 pm, en la Sala de Usos Múltiples del CECUT, donde abordarán temas autobiográficos, analizarán la obra desde una perspectiva literaria, y los porqués de la vigencia de su padre 40 años después. “Mi hermano mencionará cómo es que la obra de mi padre ha podido mantenerse durante tanto tiempo vigente y experiencias autobiográficas; por mi parte, abordaré el tema del sujeto lírico y la cosmovisión en sus letras. Para simplificarlo, mi padre aparece en su obra, en sus poemas, y a veces es muy evidente. En las canciones muchas veces así lo es, por ejemplo, cuando se dice ‘Me siento poeta y vengo a cantarte mis poemas de amor’, ahí hay un yo lírico, como lo que es, poeta. Simplemente cuando canta ‘Canto al pie de tu ventana’, o ‘Deja que las estrellitas me llenen de inspiración’, ahí vemos la presencia del yo lírico; y por otra parte, generalmente un autor muestra su cosmovisión dentro de lo que él escribe. En el caso de mi padre hay varias muestras, pero hay una que es más palpable: ‘No vale nada la vida, la vida no vale nada. Comienza siempre llorando, y así llorando se acaba. Por eso es que en este mundo la vida no vale nada’”, describió Paloma Jiménez en entrevista con ZETA. Doctorada en Letras Modernas, Paloma abordará en la conferencia los aspectos autobiográficos que se muestran dentro de las creaciones de José Alfredo Jiménez, como una manera de mostrar cómo las canciones son también parte de la literatura: “A lo mejor la literatura empezó así, con las narraciones de la gente, tal vez, cuando el cazador regresaba de su jornada y le comentaba alrededor de la fogata, lo que había vivido. Era la narración, y creo que las canciones son parte de esa vida literaria, y desde luego son un género más de la literatura, no debemos menospreciarla, porque en esta época en que la gente dedica poco tiempo a la lectura, las canciones se nos van quedando”. De igual manera, explicó cómo en el género del corrido de su padre existe una narrativa, y por otro lado, el gran romance, como el que comenzó a desarrollarse en el Siglo XII, cuando el hombre quiso conquistar a la mujer en los balcones y cantarle en la lengua vulgar, dejando de lado el lenguaje clásico. “El hombre quiso que la mujer entendiera lo que decía la canción, aunque no eran canciones como la conocemos hoy en día. Llegaban con los músicos a cantarla, llegaban con una lira que ilustraba los versos de aquel enamorado en la ventana, y esa parte está implícita en la obra de mi padre”, señaló Jiménez, quien se dijo agradecida por todos los artistas que han interpretado las canciones de su progenitor. “Han sido diferentes épocas, ritmos, respeto y cariño tan diferente los que nos han abrazado con tantas interpretaciones. La misma canción nos dice cosas tan diferentes, eso me dice a mí que el autor da para mucho, y que se puede adaptar a cualquier género”. Sobre si José Alfredo Jiménez componía pensando en ser interpretado, Paloma Jiménez dijo a ZETA que no, pero tenía idea de la dimensión de su obra: “Nunca escribió para que lo interpretaran, pero tenía idea de la dimensión de lo que estaba haciendo, porque un día me dijo: ‘No tendrás nada de qué preocuparte, de mis regalías van a vivir mis nietos’, exageró un poco, porque con la piratería que a él no le tocó vivir, pues no es posible, pero lo siguen escuchando, que es lo más importante. Se sigue grabando, los jóvenes siguen admirando las letras, hay una identificación en cuanto a las emociones, y para mí eso es lo más valioso, que deje o no deje económicamente es lo de menos, lo que importa es que la gente lo siga escuchando”. Referente a cómo revive a su padre a través del estudio de sus letras, Paloma explicó al Semanario que muchas veces tiene que guardar a la hija en un cajón para poder estudiarlo desde la literatura, pero por otra parte, se permite la autoridad que tiene como testigo participante de la historia. “Lo veo como creador, de una manera muy distinta a como lo veo como padre, como creador creo que fue genial, y como padre todos tenemos fallas, pero los hijos no tenemos el derecho de juzgar a los padres, pero es el que me tocó y estoy muy contenta”, indicó la ex trabajadora de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), para después abundar sobre la protección de la obra: “Me parece que la obra de mi padre está protegida hasta 75 años después de su muerte, antes eran 30, pero es algo por lo cual debemos seguir luchando, porque un pintor, muere y hereda sus pinturas a la familia, éstas no pasan al dominio público, el gobierno no se lo lleva, entonces por qué se llevan una obra creativa. Los escritores y compositores están en esa lucha, porque también los escritores publican sus libros, se siguen vendiendo, pero una vez que le quitan a uno el derecho hereditario, pues es para el gobierno. Cualquiera lo puede utilizar, pero lo que se recauda es para el gobierno”. Concerniente a la vigencia de la obra de José Alfredo Jiménez, Paloma considera que se debe a que mantiene un lenguaje actual: “Los jóvenes se siguen identificando, si no, ya no se podría escuchar nada de él, pero lo entienden porque el lenguaje de mi padre es muy sencillo, no es rebuscado, no busca recovecos en las palabras, es bastante abierto, amplio, pero le habla de tú a tú a la gente. Es lo que siente un ser enamorado, un ser traicionado, o lo que le cantaría a la mujer que quiere conquistar. Es un lenguaje sencillo, coloquial, y a veces se vuelve metáfora aunque sea un lugar común. La conferencia “Y Sigo Siendo el Rey, Vivir para Cantarla”, es parte de los festejos del 40 Aniversario luctuoso del cantautor, llevados a cabo recientemente en Dolores Hidalgo, Guanajuato. Ahí participaron Elena Durán con un concierto clásico de flauta, Eugenia León, Francisco Céspedes y parte del elenco de la telenovela “Qué Bonito Amor”; además, se realizó un concurso de epitafios para estimular la cerámica originaria de esa ciudad, y la pronta develación de un busto de José Alfredo Jiménez en un parque de Cancún, Quintana Roo.