Con la entrada en vigor de la Reforma Hacendaria En 2014, el sector restaurantero de Ensenada podría ser uno de los más afectados luego de la Reforma Hacendaria que entró en vigor el 1 de enero. Así lo advirtió en una de las últimas reuniones del Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE), el presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), Luis Alonso Tirado Fernández. La homologación del Impuesto al Valor Agregado en la zona fronteriza al 16 por ciento, es uno de los principales factores del temor del líder de los restauranteros. A ello se suma el alza en los precios en general de productos básicos para la operación de los restaurantes, lo que abarca gastos de materia prima, gas, luz, teléfono, nóminas, rentas, gasolina, papelería y mantenimiento. La CANIRAC a nivel nacional ya había manifestado su inconformidad por las modificaciones que se veían venir en el ejercicio de 2014, por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Una de las principales preocupaciones de los restauranteros, era la propuesta del Ejecutivo federal para eliminar por completo la posibilidad de que los consumidores pudieran deducir el 12.5 por ciento de su gasto en los restaurantes, como estaba permitido hasta 2013. “Esta deducción ha permitido que el sector restaurantero y aquellos que venden insumos se formalicen, debido a la obligación de emitir la factura correspondiente, se ha implementado en forma indirecta la utilización de la tarjeta de crédito, que es un elemento adicional de control para la autoridad fiscal”, refería el sector en cartas enviadas a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. La CANIRAC consideraba que eliminar esta deducción, “mermaría los controles fiscales que hoy existen a grupos que ya se encontraban incorporados a la formalidad, con la obligación de emitir factura (por ejemplo en las centrales de abasto), y se provocaría aún más la proliferación de la economía informal en el sector alimenticio, así como reduciría la cadena de consumo”. Y es que las ventajas que ofrece el comercio informal de alimentos en las conocidas carretas de comida, es visto por restauranteros establecidos formalmente en Ensenada, como una alternativa viable de supervivencia ante lo complicado del mercado, en una ciudad donde la apertura de restaurantes no tiene un orden que distribuya adecuadamente la competencia. La petición de los empresarios rindió fruto, ya que tras la aprobación de las reformas fiscales, la Secretaría de Hacienda dio a conocer que en lo que respecta a consumo en restaurantes, el porcentaje de gastos que se pueden deducir por consumo quedó en 8.5% y no en cero, con el requisito de que se realice el pago mediante tarjeta de crédito, de débito o de servicios, o a través de monederos electrónicos que al efecto autorice el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Distintos propietarios de restaurantes en la localidad, pidiendo reservar de sus nombres, aseguran que de no mejorar la situación económica en los primeros meses de 2014, se verán forzados a cerrar sus puertas. Algunos restaurantes reconocidos en la ciudad ya lo han hecho. En 2013, el que fuera uno de los más conocidos restaurantes en la ciudad, Pueblo Café (que sigue apareciendo en los puntos turísticos recomendados por la Secretaría de Turismo del Estado), ubicado en la zona de Avenida Ruiz y Calle Primera y con más de una década en el lugar, dejó de operar. Otros restauranteros se debaten entre reducir o cambiar el contenido de sus productos, o mantener la calidad y precio de sus alimentos. Al mes de diciembre de ese año, CANIRAC había registrado el cierre de 14 negocios en el puerto, entre restaurantes de comida corrida, cafés, restaurantes bar y otros giros. Por otro lado, 28 nuevos comercios iniciaron actividades, 13 de éstos, en la región del Valle de Guadalupe. Tirado Fernández prefiere reservar su pronóstico sobre el impacto de las reformas en la entidad, hasta contar con los datos del primer trimestre de 2014, cuando hagan una especie de recuento de daños de la Reforma Hacendaria. En especial, porque el mes de diciembre es generalmente el mejor mes para los restauranteros, y las cifras podrían cambiar en el año entrante. “2014, todo indica difícil, pero hasta marzo o abril daremos un pre-resultado con los afiliados en el tema de la homologación del IVA, puede ser un decrecimiento entre un 8 y 10 por ciento, pero eso lo veremos en esas fechas”, comentó. El titular del CCEE agregó que algunos de los afiliados a CANIRAC le comentaron que absorberían los incrementos en las tarifas, mientras que otros, simplemente cargarán los costos al cliente. Es ahí donde deviene el problema, refiere Luis Alonso Tirado Fernández, porque el sector restaurantero resulta muy vulnerable a ser abandonado por clientes, a diferencia de otros gremios que ofrecen servicios o productos imprescindibles para las personas. En cuestión de comida, dice, las personas simplemente pueden acudir menos o dejar de ir. “El año 2014 será un reto para la supervivencia de los restauranteros”, advirtió. En ese punto coinciden declaraciones de propietarios y administradores de restaurantes en la mancha urbana de la ciudad y la zona norte en el Valle de Guadalupe. “Estamos a la expectativa y viendo alternativas para afrontar lo que podría ser una retracción del mercado que viene de manera natural”, expuso la administradora del restaurante de un conocido hotel turístico y de convenciones. Mismos comentarios hechos por otros restauranteros en la mancha urbana y en El Sauzal. La única variante, es que la sensación de riesgo entre los propietarios de restaurantes más pequeños es mayor, y no descartan pasar del local establecido, a la carreta móvil.