Aunque no siempre son populares y con el riesgo de eliminar la esencia original de cada deporte, los cambios de reglas son inevitables. Cuando se trata de la seguridad de los participantes, esos cambios son obligatorios. Aun así, hay algunas modificaciones polémicas, algunos aficionados llegan a considerar a esos deportes como juegos infantiles para adultos. Hasta los comentaristas de las transmisiones, sobre todo cuando se trata de ex deportistas, se quejan con afirmaciones como “pues de una vez pónganle falda al mariscal de campo”, o cuestionan la “hombría” de los participantes. Guste o no, los cambios llegaron para quedarse. Cabeza protegida La mayoría de los deportes de contacto involucran vulnerabilidad en la cabeza. Beisbol, Futbol Americano y Automovilismo requieren cascos. Al igual que en las obras de construcción, pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. En julio de 2007, Mike Coolbaugh daba instrucciones desde la caja de primera base en un partido de clase AA en San Antonio, Texas. El ex pelotero se llevó una línea en la cabeza y falleció. Coolbaugh se convirtió en el primer instructor de base en morir sobre el terreno de juego. A partir de la temporada 2008, todos los instructores de base usan, de manera obligatoria, cascos similares a los de bateo. La medida se tomó tanto en Grandes Ligas como en todas las ligas en el índice de Minor League Baseball (MiLB), entre ellas, la Liga Mexicana de Beisbol. Juan de Dios Chávez fungía como instructor de base de Potros de Tijuana cuando se adoptó la medida. “En mis 17 años de ‘coach’ nunca pensé que alguien fuera a morir de esta forma. La medida es bastante atinada y creo que brindará mayor seguridad para uno mismo, para que no se vuelva a repetir otra desgracia”, comentó Chávez en 2008. De manera cada vez más constante, los lanzadores han sido víctimas de pelotazos, algunos de ellos a la cabeza. En 2002, Kazuhisa Ishii lanzaba para los Dodgers en un partido dominical diurno, no vio la trayectoria de la pelota que salía de las sombras a la luz y terminó con una fractura en el cráneo. Requirió cirugía para remover fragmentos óseos de conducto nasal y sufrió una conmoción cerebral. Brandon McCarthy en 2012 y J.A. Happ en 2013, sufrieron fracturas en el cráneo con líneas dirigidas a la cabeza. Su única protección era la gorra, y esa no es su función. En las Mayores contemplan el uso de una protección cómoda para portar dentro de la gorra, similar a las cubiertas utilizadas por fuerzas armadas y corporaciones policiacas. Unequal Technologies presenta una cubierta para gorra y otra para cascos, sin embargo, la compañía fabricante se lava las manos y no garantiza seguridad, esta advertencia aparece en su portal. “Ninguna cubierta de casco puede prevenir o eliminar el riesgo de conmociones u otras lesiones severas de la cabeza al practicar deportes. Los científicos no han llegado a una conclusión sobre los resultados de pruebas de absorción de impactos en relación con las conmociones. No debe hacerse ninguna conclusión sobre la reducción de severidad o lesión con base en las pruebas de absorción de impacto”. Por su parte, EvoShield presentó un prototipo, pero se limita al área de la gorra, dejando parte de la cabeza completamente descubierta. Mike Mussina sufrió una fractura nasal con una línea a la loma, ninguna cubierta en la gorra podría evitarla. Por el tipo de lanzamientos y las condiciones climatológicas en verano, un casco puede ser incómodo y hasta acumular más calor que una gorra. Parece estar lejos una solución efectiva. Los bateadores son quienes están en el riesgo más constante. La velocidad promedio de un lanzamiento de Grandes Ligas supera las noventa millas por hora. Mike Piazza, Sammy Sosa, David Wright y Edgar González, son algunas de las víctimas de lanzamientos a la cabeza. Los cascos de bateo han cambiado con el paso de las décadas, ya es obligatorio usar casco con al menos una orejera, y Rawlings diseñó un casco resistente a lanzamientos de hasta cien millas por hora. El modelo era más grande y pesado que los cascos convencionales, ahora el S100 Pro Comp es más ligero y de menor tamaño que el modelo anterior. Con toda esa protección y una especie de armadura con coderas y espinilleras, se crea el círculo vicioso. Los bateadores entran a la caja de bateo sin miedo a ser golpeados, y tienen más posibilidades de alcanzar lanzamientos que potencialmente pueden convertirse en líneas al centro del diamante. Un riesgo para los lanzadores. Hubo una época sin cascos en el Hockey. Quien los usaba, era delicado. Después de descubrir los efectos de golpes a la cabeza, los jugadores comenzaron a usar casco hasta que se convirtió en norma, después vino el plástico transparente para proteger los ojos. Pero si de cascos se trata, el Automovilismo se lleva el premio al diseño más minucioso para proteger a sus pilotos. Imperceptible a primera vista, el casco de la actualidad es muy distinto al de antaño. Acorde al portal oficial de Fórmula 1, “un casco típico de 1985 pesaba alrededor de dos kilogramos, esa cantidad aumentaba dramáticamente en las esquinas o en la desaceleración, aumentando el riesgo de lesiones tipo ‘latigazo’. Traumatismo al cuello o la cabeza han sido identificados como riesgos mayores para los pilotos, los fabricantes hacen mayor énfasis en reducir la masa del casco e incrementar su fuerza y resistencia los impactos”. Proveedores de cascos, como Hanjin y Honda, han llevado a la pista diseños resistentes al fuego, visores de plástico, formas aerodinámicas, pequeñas hendiduras y filtros para evitar el ingreso de residuos pequeños. Lo que se convirtió en un requisito indispensable, es el apoyo para cabeza y cuello (obligatorios también en competencias de NASCAR). Las fatalidades ocurren cuando la cabeza del piloto choca contra una superficie sólida, como el muro de contención, o su cuello sufre un daño tan grave que fallece al instante. La idea es que la protección de cabeza y cuello evite el movimiento brusco. Parece ir tan bien encaminado el avance en los cascos, que la mayor preocupación de F1 es el constante cambio de colores que impide reconocer al piloto por su casco. En la NFL, el concepto de los golpes duros permitidos ha confundido a jugadores defensivos, muchos no se atreven a golpear a receptores para desbaratar pases, otros lo hacen de manera desmedida, con la intención de lastimar al contrario. Los Santos de Nueva Orleans hasta tenían un programa de recompensas y, por la manera en que Rafael Bush se dedicó a golpear a Percy Harvin en la cabeza hasta obligarlo a salir del playoff divisional de la Conferencia Nacional con una conmoción, parece que esas prácticas siguen vigentes. Los golpes casco contra casco están prohibidos y sujetos a multas. Esa regla es enfatizada cuando se trata de un “jugador indefenso”, como un receptor en pleno salto, un pateador o un mariscal de campo después de lanzar un pase interceptado. La Liga estableció como instrucción el tacleo “sin aventarse, sin impacto en la cabeza o el cuello. Técnica apropiada que minimiza el riesgo de lesión al oponente, es lo que pedimos”, solicitó el entonces vicepresidente ejecutivo de Operaciones, Ray Anderson. Los lanzadores de pases también tienen preferencia en cuanto a contacto con la cabeza, ni siquiera se permite un contacto accidental con el casco sin una sanción de quince yardas. Claro, con énfasis especial en jugadores estrella, Andy Dalton casi fue decapitado por la defensa de San Diego y nadie marcó nada. A pesar de que el golpe al área del cuello con el antebrazo o el hombro amerita una sanción económica, el partido por el título de la Conferencia Nacional estuvo plagado de ese tipo de golpes, sobre todo en equipos especiales. Apenas unas semanas antes, Drew Brees fue golpeado alrededor del cuello, principalmente por su baja estatura en relación a los demás jugadores. Esa marcación mantuvo viva la serie y resultó en victoria para Nueva Orleans. Una vez más, el nombre pesa. Una regla polémica para la temporada en curso fue la posición de la cabeza por parte de los corredores. Acorde a la resolución del Comité de Competencias de la NFL, el portador del ovoide no puede bajar la cabeza y utilizar el casco como arma para abrir camino. Esa regla no fue marcada. Mike Tolbert, corredor de Panteras, bajó la cabeza y chocó cascos con Eric Reid, profundo de San Francisco en partido de la semana 10. Reid terminó mal herido en el suelo y no hubo castigo para Tolbert. Una de las imágenes clásicas en la historia de la Liga, es Earl Campbell colocando su casco en el pecho de un defensivo de Carneros para derribarlo. Pese a la polémica regla, sigue siendo una práctica común. Para tratar de evitar lesiones recurrentes, la NFL ha puesto especial atención a los cascos. Cuando un jugador sufre una conmoción, debe utilizar un casco más grande y acolchonado, como el que usó Wes Welker en su regreso al emparrillado en el campeonato de la Conferencia Americana. Los partidos con uniformes retro parecen haber llegado a su fin, al menos si implica un cambio radical en el color, pues la NFL no permite utilizar un cambio distinto al que se utiliza el resto de la temporada. Por la falta de seguridad de los cascos, la NFL ya contempla cambiar de marca. Riddell se llevará la culpa de jugadores que no saben taclear y entrenadores que no instruyen a sus jugadores a utilizar el hombro o envolver al corredor, sólo se dedican a golpear. Jugadores de antaño, como el liniero ofensivo Steve Wallace y el profundo Mark Kelso, utilizaron cubiertas sobre los cascos. Se burlaron de ellos por su extraña apariencia y lograron poner colores y logotipos a las cubiertas para no estar fuera de uniforme. Con el tema de las lesiones a las rodillas, existe la posibilidad del uso obligatorio de rodilleras. Jermichael Finley, ala cerrada de Green Bay, atrapó un pase en el centro del campo y vio cómo se acercaban dos profundos. Por la diferencia de tamaños, la única opción para los defensivos es atacar las piernas. Finley quiso proteger las rodillas y se encorvó, se llevó un golpe a la cabeza y terminó en el quirófano para corregir un problema de la espina dorsal, con la intención de reanudar su carrera. Con los jugadores cada vez más grandes, fuertes, rápidos y algunos con la ayuda de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento, una protección de plástico parece ser insuficiente. El Futbol Americano seguirá siendo una carnicería y continuarán las demandas de jugadores retirados. Eso no lo podrá corregir ninguna regla. Impactos brutales El Boxeo, uno de los deportes más crueles, ha adoptado cambios para evitar desgracias. Primero fue la reducción de quince rounds a doce en peleas de campeonato y súper estelares sin cinturón en juego. Basta un solo golpe para dejar en malas condiciones a un púgil, evitar tres rounds de castigo en las peleas que se van al límite, reducen la cantidad de castigo en una misma noche y prolonga la carrera del peleador. Este cambio lo puso en marcha el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en 1983. Dos años después, la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) también eliminó el último tercio de asaltos. La Federación Internacional de Boxeo (FIB) continuó haciendo peleas de quince rounds hasta 1988. La Organización Mundial de Boxeo (OMB) nació en 1989, cuando la norma era que las peleas no pasaran de doce giros. La parte más expuesta al momento de pelear es la mano, razón por la cual los boxeadores utilizan guantes. Aun con vendaje y la tecnología de la fabricación de guantes, un pugilista puede quebrarse la mano o lastimarse con un golpe conectado contra un hueso, como el codo. Los guantes vienen en varias medidas, en peleas profesionales se utilizan de ocho y diez onzas. Además, el pulgar está adherido para evitar pulgares quebrados y piquetes de ojos con la extremidad suelta. El pulgar adherido trae más estabilidad al puño, permite golpes sólidos y reduce la posibilidad de fracturas e dedos y nudillos. El tema de los guantes también fue estudiado por el CMB, curiosamente, uno de los organismos más sanguinarios del Boxeo profesional. El mayor acierto para seguridad del boxeador es la realización de la ceremonia del pesaje de 24 a treinta horas antes de la función. Los peladores subían a la báscula el mismo día del pleito y solían llegar en mal estado y deshidratados para cumplir con el peso pactado. Ahora pueden rehidratarse, comer y descansar antes de subir al cuadrilátero, aunque no garantiza la falta de negligencia por parte de peleadores, entrenadores o personal médico. Solo la FIB fijó un límite de peso para el día de la pelea aunque haya cumplido con la báscula el día previo. La Asociación de Comisiones de Boxeo también estandarizó que el peleador no puede ser salvado por la campana en caso de una caída. Por no completar la cuenta de diez, un boxeador noqueado podía continuar peleando al comienzo del siguiente round, incrementando el riesgo de sufrir daño por golpes a la cabeza. Sin la campana como obstáculo, el noqueado no continúa. La creación de divisiones intermedias (crucero, súper medio, súper gallo, súper mosca, mini mosca y paja) se presta para polémica por la cantidad de campeones que corona, sin embargo, evita desgaste innecesario para mantenerse en una categoría y evita saltos prematuros a una división más grande con golpes más duros. En el Beisbol, los receptores son vulnerables a golpes únicos. Machucones de foul, y golpes a la cabeza con el bat, han llevado a algunos “catchers” a utilizar cascos y caretas de portero de Hockey. Los guardianes del pentágono podrían evitar lesiones en caso de aprobarse una regla para prohibir colisiones en el plato. Como es costumbre, se trata de proteger a jugadores estrella. Buster Posey, novato del año 2010, campeón de bateo y Jugador Más Valioso de 2012, se perdió el grueso de la campaña 2011 después de sufrir una lesión en el tobillo. En jugada de pisa y corre en la duodécima entrada, Scott Cousins chocó con Posey para evitar el out, lo hizo, pero la temporada terminó para el receptor de San Francisco. Bruce Bochy, manejador de Gigantes y ex receptor en sus días como jugador, fue una de las principales voces a favor de eliminar ese tipo de jugadas. Mike Matheny, quien fuera receptor y ahora timonel de Cardenales, también ha insistido mucho en la prohibición. Curiosamente, el jugador estrella de los “pájaros rojos” es un receptor, Yadier Molina. Aún falta la aprobación por parte de la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas antes de incluir la prohibición en el reglamento. Con modificaciones anuales, la NFL es la Liga campeona en cuanto a cambios de reglas con el tema de seguridad para los participantes. Demandas multimillonarias por parte de ex jugadores con problemas neuronales llevarán a cualquier Liga a adoptar medidas. El Futbol Americano profesional no se parece al de los años sesenta y setenta, casi cualquier golpe era permitido, Deacon Jones se hizo famoso por su golpe a la cabeza con el antebrazo, y en las patadas de salida el equipo receptor formaba una barrera humana, mientras el equipo de cobertura delegaba a unos jugadores la única función de romper esa barrera con sus cuerpos. Actitudes vetadas por la Liga. También era común en las patadas cortas la repetición cuando había castigo. Los equipos especiales ya no sufren tanto desgaste, pues si ocurre una infracción en la patada corta, no habrá repetición de la misma. Además, ya no se permite amontonar a jugadores de un solo lado, deben estar cinco por costado y el pateador en medio. A propósito de las patadas de salida, en 1994 se pateaba desde la yarda 30 y no la 35, esto para propiciar más regresos de patadas para anotaciones. A partir de 2012, la NFL regresó al punto original, la yarda 35, para reducir el número de devoluciones. El resultado común es el “touchback”. Siendo la NFL una Liga con favoritismo hacia sus estrellas, sobre todo mariscales de campo, cada vez que uno termina lesionado parece haber una modificación al reglamento. Tom Brady estaba en su primer año como titular cuando salió lastimado en el partido de campeonato de la Conferencia Americana. Siete años más tarde, Bernard Pollard lo golpeó en la rodilla durante el partido inicial de la campaña y se perdió toda la temporada. A partir de entonces, quedó prohibido golpear a los mariscales de campo debajo de la cintura en la bolsa de protección. Carson Palmer no tuvo el peso estelar para obligar esa regla, el entonces mariscal de campo de Bengalíes sufrió una lesión de rodilla a manos del liniero defensivo de Pittsburgh, Kimo Von Oelhoffen, quien golpeó a Palmer a ras del suelo. La aplicación de la regla tampoco tiene mucha constancia, pues a Brady no lo pueden golpear bajo, pero Russell Wilson se llevó bastantes golpes bajos en partido de temporada regular contra Atlanta, y Philip Rivers también ha sido víctima de tacleos bajos. Una declaración de Terrell Suggs, Defensivo del Año 2011 y linebacker de Baltimore, fue reproducida en gran cantidad de medios: “A (Ben) Roethlisberger le podemos hacer lo que queramos, pero a 12 (refiriéndose a Brady) no lo podemos tocar”. La lesión de otro jugador estelar también provocó un cambio de regla. Priest Holmes era el mejor corredor de la Liga, hasta que un jalón de la hombrera lo dejó fuera de comisión y prácticamente terminó con su carrera. A raíz de lesiones como esa, no se permite jalar de la hombrera para derribar al portador del ovoide. Futbol y calor En México hubo una innovación en 2011, pausas para hidratación en los minutos 25 y 70 en partidos con condiciones calurosas. Desafortunadamente, hubo mal uso de una regla bien intencionada, una pausa en un partido sin calor fue aprovechado por la televisora para hacer un corte comercial. La FIFA no fue consultada para hacer la interrupción, pero el órgano regidor del Futbol decidió implementar la medida para el Mundial de 2014, por las condiciones de calor y humedad en Brasil.