La violencia en Tierra Caliente decreció en algunos grados la última semana. En algunos municipios reiniciaron, y después, suspendieron de nuevo las clases. Los comercios, fieles a su naturaleza, tuvieron que abrir sus puertas para subsistir. En las calles y caminos hay agentes federales, militares y autodefensas, pero paradójicamente, nadie se siente seguro. Desde el viernes 17 de enero a la fecha, el panorama cambia, pero no mejora. Los Caballeros Templarios abandonaron sus posiciones en las ciudades para ocultarse en los montes. Las autodefensas se niegan a deponer sus armas y dejar de usurpar funciones que competen al Estado. Las autoridades, en este caso políticas, policiales y militares, intentan preservar los avances de paz aparente y detienen a algunos esbirros de los narcotraficantes más buscados.