Empezó como una acción apresurada para dar albergue a los migrantes que dormían en las banquetas del centro de la ciudad, hace cuatro años, en plena helada invernal. Después consiguieron un enorme edificio que había fungido como hotel de paso -ubicado arriba de lo que era la zona de bares-, el cual no contaba con servicios básicos como agua o electricidad, y requería de una urgente reparación. A la fecha, el llamado Hotel Migrante ha recibido más de 250 mil visitantes, entre deportados y aspirantes a cruzar hacia Estados Unidos. Ese cuarto aniversario fue el motivo para que el iniciador del proyecto, Sergio Tamai Quintero, convocara a autoridades, legisladores, organizaciones sociales de éste y el otro lado de la frontera, para celebrar el “cumpleaños” del proyecto social. “Tenemos un promedio de 200 a 300 personas diariamente, llegamos a tener hasta 400 diarias”, explica Tamai en alusión a la cantidad de migrantes que han acudido al hotel, catalogándolo como “algo milagroso”. “Un 15 de enero de 2010, hacía mucho frío, sabiendo que estaban deportando a altas horas de la madrugada, el licenciado Sigala, junto con Maná y Betania, trataban de hacer algo, pero no podían. Nosotros nos dimos a la tarea de rentar un hotel abandonado aquí cerca de la Línea, y empezó así un viacrucis, un milagro que sucedió”, refiere el activista momentos antes de empezar oficialmente la ceremonia del festejo. “No teníamos luz, no teníamos agua, y después de cuatro años ya hasta el gobierno llegó y nos recompuso aquí”. Tamai Quintero asegura que el ambiente para los migrantes ha cambiado en Mexicali, convirtiéndola en la primera ciudad donde la Policía, en lugar de ser un azote, se convirtió en un ejemplo en cuanto al trato hacia los migrantes. Por último, adelantó que sigue vigente el proyecto de instaurar un hotel para migrantes en Tijuana.