A la Primera Sesión Ordinaria 2014 del Consejo Estatal de Seguridad Pública, encabezada por el Gobernador Francisco Arturo Vega de Lamadrid, no acudió el Comandante de la II Región Militar, General Moisés Augusto García Ochoa. Es la primera ocasión que un Comandante de la Región desdeña el tema de la seguridad y al Ejecutivo del Estado en la instalación del Consejo Estatal de Seguridad. Cuando el modelo –que ha dado base a la teoría del mando único en el País– surgió en Baja California, era el Gobierno de José Guadalupe Osuna Millán, y la Comandancia en la II Región, del General Sergio Aponte Polito. El gobernador le cedió la responsabilidad de la coordinación primero al General Aponte, y después al General Alfonso Duarte Mújica. Así, en colaboración autoridades federales, estatales y municipales, lograron sofocar la violencia extrema que azotó la región entre 2007 y 2010. Entonces las sesiones del Consejo Estatal de Seguridad Pública se hicieron importantes y obligatorias. Las encabezaba el Gobernador y en su ausencia el Secretario de Gobierno. Ni Aponte ni Duarte, de hecho ni los Generales Sergio Magaña Mier, ni Rubén Venzor Arellano (en el ínter) faltaron a su responsabilidad, tampoco el anterior inmediato Gilberto Hernández Abreu; cada uno en su momento como Comandante de la II Región Militar cumplieron al Gobernador. Se celebraban en el Aguaje de la Tuna. Por eso llamó la atención que a la primera sesión del año 2014 y de las iniciales del gobernador del Estado, el recién nombrado General Moisés García Ochoa, haya desairado tanto al Ejecutivo como al tema de la inseguridad. Sin la cabeza de la II Región, la reunión, a la que acudió el Gobernado y los miembros de su gabinete, se realizó en el cuartel Morelos, sede de la II Zona Militar que encabeza el General Gabriel García Rincón. A excepción de Gilberto Hirata Chico y Jaime Díaz, presidentes municipales de Ensenada y Mexicali, respectivamente –quienes enviaron a sus representantes–, los primeros ediles de Baja California, presentaron la situación de sus municipios. Por ejemplo, César Moreno, alcalde de Tecate, relacionó los homicidios cometidos en las últimas semanas con la llegada de migrantes en su intento de cruzar hacia Estados Unidos. Mientras que Silvano Abarca, presidente municipal de Playas de Rosarito, no abordó los móviles de los asesinatos en su ciudad, pero enfatizó la necesidad del “trabajo coordinado” para evitar un repunte. Por su parte, Rubén Campos, delegado del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en Baja California ofreció un diagnóstico sobre la incidencia delictiva en 2013. Entre los focos rojos a atender, el incremento de homicidios y robos en Tijuana y de privaciones de la libertad en Ensenada. En la reunión, el Observatorio Ciudadano de Seguridad Pública presentó una evaluación de programas de Seguridad Pública. Tanto la procuradora de Justicia en el Estado, Perla Del Socorro Ibarra y el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa, presentaron sus estrategias de trabajo para este año. Autoridades destacaron la firma de un acuerdo para la creación e instalación de la Comisión Intersectorial de Prevención del Delito. Entre las propuestas del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública (CCSP), la creación de una Corte o Tribunal especializado en delitos relacionados con drogas, la elaboración de un diagnóstico sobre violencia y adicciones, el impulso al programa “Vecino Vigilante” para combatir los robos, puesto que en colonias de Mexicali y Rosarito, donde se encuentra funcionando, se han registrado hasta 80 por ciento menos robos. Además de la inversión en tecnología como la instalación de un registro biométrico que guarde la información de cada policía adscrito a las diferentes corporaciones. En Tijuana y Rosarito aumentan homicidios y robos; en Ensenada, secuestros El CCSP compartió la incidencia delictiva registrada en 2013. A nivel estatal, hubo un incremento en el robo a comercios, de 6 mil 469 registrados en 2012 a 6 mil 588. Lo mismo ocurrió con los homicidios, de 645 contabilizados en 2012 a 838 en 2013, tan solo en diciembre, el organismo reportó 74 asesinatos. Con 3 secuestros más reportados ante la PGJE en 2013 que en 2012, la cifra llegó a los 33, aunque se reportaron 451 privaciones de la libertad en el año. En lo específico, los robos a casa habitación en Tijuana pasaron de 5 mil 38 en 2012 a 5 mil 475 en 2013. En esta ciudad, se registraron 536 homicidios en 2013, 196 más que en 2012. La cifra escala en diciembre, cuando del 71 por ciento de los asesinatos en Baja California, se concentraron en Tijuana. Y en privaciones de la libertad, se registraron, 221, casi la mitad de las acontecidas en la entidad. En la capital del estado, también hubo un aumento de robos con violencia, de mil 409 en 2012 a mil 512 en 2013. Mientras que los secuestros se incrementaron de uno a cuatro, en el mismo periodo. En Ensenada, se triplicaron los secuestros, además del repunte en robo a comercio, de 400 a 420. En el último año, Tecate vio tres delitos en incremento: el robo a casa habitación de 676 a 885, el robo a comercio de 131 a 159 y en homicidios, de 22 a 39. Pero fue Playas de Rosarito la ciudad que registró aumento en un mayor número de mayor número de delitos. Tan solo, la incidencia en homicidios subió el 74 por ciento para situarse en los 54 asesinatos. En robos de vehículos como a casa habitación y a comercios, este último se incrementó en un 67 por ciento. Mientras que aquellos cometidos con violencia aumentaron de 120 a 137.
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