El joven -anda en los cuarentas- Oficial Mayor del Poder Judicial, Héctor Ávila Niebla, cayó en el hospital, asombrando a sus compañeros y amigos. El sábado 28 de diciembre de 2013 fue atendido en el Hospital Ángeles. El diagnóstico fue sorprendente: embolia, se recuperó y ya está en su casa. Quienes lo conocen, atribuyen la falta de salud de este panista a las presiones laborales ejercidas en su contra por la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Esther Rentería, quien lo quiere correr desde que llegó, en octubre de 2010, acompañando al entonces consejero impuesto por el Gobierno del Estado, Gilberto González Solís. “Lo trae jodido, lo manda con los magistrados y luego le reclama por haberse entrevistado con ellos, procura no usarlo y bloquearlo”, refieren testigos. Rentería no confía en él, y le pidió la renuncia en 2012. De nuevo sugirió su salida en noviembre, cuando Solís dejó el Consejo de la Judicatura. Hoy sus compañeros esperan que la presidenta del Tribunal Superior de Justicia no aproveche la debilitada salud del empleado para lograr sus propósitos tan anunciados.