Este 2014 se conmemorará el centenario del natalicio del poeta mexicano Octavio Paz. La importancia que aun tiene Paz en el panteón intelectual mexicano es indiscutible, al ser el único mexicano en ostentar un Premio Nobel de Literatura, obtenido en 1990 por “…una apasionada escritura con amplios horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integridad humanística”. El Nobel fue para Paz la cereza del pastel, ya que se trata de uno de nuestros escritores más laureados. Poeta, ensayista, diplomático y promotor cultural, así como director de distintas publicaciones culturales. El Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) coordinarán esfuerzos para que la ocasión no pase desapercibida, con nuevas ediciones de sus obras completas y eventos que reúnan a artistas de todas las disciplinas para recordar a Paz. Se habla incluso de que el Banco de México se una a la celebración y ¿Por qué no? Si Juana de Asbaje así como la pareja conformada por Diego y Frida pueden verse en billetes, a pesar del carácter laico del gobierno y de que los segundos fueron miembros activos del que fuera el clandestino Partido Comunista. Por su parte, Octavio Paz también protagonizó su propia polémica, al renunciar al servicio diplomático y lograr que muchos más se le unieran para ejercer presión sobre el Presidente Díaz Ordaz. Sería también Octavio Paz quien encabezaría la campaña contra los regímenes socialistas, peleándose con la izquierda establecida en México, llegando incluso a boicotear encuentros organizados por aquellos intelectuales con los que no comulgaba. Paz, quien defendió a Salinas de Gortari en todo momento. Ese es el papel del intelectual, lo que lo hace diferente del simple artista: el definir su ideología al plasmarla en su obra y al ejercer un activismo político. Lo que debe recordarse de Octavio Paz es su calidad artística, más allá de su manejo como intelectual, que puede no agradar a todos. Lo cierto es que yo no digiero con facilidad la poesía y es poco lo que poseo en mi biblioteca respecto a este género. Si algo he de admirarle a Octavio Paz es su capacidad como ensayista, al desarrollar libros fundamentales como El laberinto de la soledad (un tratado sobre la mexicanidad) y Tiempo nublado donde analiza ambos lados de la trinchera de la llamada Guerra Fría y el lugar que ocupa Latinoamérica y demás naciones en el conflicto. Me parece que el 2014 es un buen año para conocer la obra de Paz o bien, releerla. Héctor Ortiz es Estudiante de Derecho UABC Correo: cygnus9304@hotmail.com