Existen en nuestra tierra familias que por su cuna, clase y formación, sustentan la historia de lo que somos y a lo que pertenecemos, conscientes de que en sus apellidos está cimentada la serie de valores que nos dan sustento y que nos obsequiaron origen, identidad y pertenencia. En estas raíces se generó la rica personalidad de Doña Aurora Elsa Arnaiz Rosas. Amiga desde la infancia de mi adorada Madre, con quien compartió colegio, en todas las ocasiones en que la fortuna me regala un encuentro con ella, la remembranza se presenta en nuestra conversación, donde de forma permanente, la antigua Tijuana, sus fundadores, nuestros abuelos y padres resultan por antonomasia el referente más socorrido, el recuerdo más evocado, la anécdota más añeja. Con los años y gracias a la excepcional tradición heredada, Doña Elsa se ha convertido en la representación más prolífica de nuestros fundadores, puesto que sus progenitores el General Don Ramón Benjamín Arnaiz, originario de Lampazos, Nuevo León y Doña Aurora Rosas Amparán, nacida en Parral, Chihuahua, resultaron a la postre y por derecho propio tijuanenses adoptivos de sepa pura, que construyeron las carreteras por donde se transitó hacia el futuro, abriendo las puertas hacia la prosperidad, así como la conectividad territorial que convirtieron a este rincón de la Patria en la frontera más activa a nivel universal. La permanencia, vigencia, calidad, calidez, educación y desarrollo constante son los dones que más destacan en su discreta y sonriente figura. Está permanentemente aquí, ligada a las causas más nobles, promotora constante de la cultura en su máxima expresión y al más alto nivel, consciente de que, el estudio, la historia, la pintura, la escultura y sobre todo la lectura nutren el corazón y el alma. Desde muy joven tuvo la enorme oportunidad de recorrer el mundo, visitando los 5 continentes, desafiando los tiempos y los espacios, buscando y generando las metas más elevadas por el mayor conocimiento, la interpretación, el arte, su más grande aspiración lograda, soñada, alcanzada. En su exitosa vida empresarial, además de servidora pública, así como en su papel de dama de sociedad, Doña Elsa destaca por su trayectoria ejemplar, la infinidad de sus reconocidos méritos incluyen presencias en la totalidad de las instituciones que promueven y actúan en las más altas ligas de la promoción intelectual, ahí está, activamente presente, aportando, brindando, regalando y sobre todo actuando de la forma más clásica, sería y elegante. Junto con su apreciado Hermano Don Raymundo y acompañada de sus hijos, Ramón y Rafael, que desde el cielo, todos los días le envía bendiciones; han desarrollado en beneficio de la comunidad inversiones trascendentes que generan empleo y riqueza que resaltan en la Ciudad que les dio origen y sustento, como bien les inculcaron sus añorados ancestros. Esta semana tuve el privilegio de respetuosamente saludarla y abrazarla en uno de los comederos más concurridos del pueblo, ahí en compañía de queridos amigos y parientes, pude constatar que el mayor privilegio que tenemos los nacidos aquí, es seguirnos reencontrando, disfrutando y recordando los lazos que tan fraternalmente nos unen a través del tiempo, las familias y las generaciones. La Señora Licenciada Doña Aurora Elsa Arnaiz Rosas, ha dedicado la totalidad de su vida a representar a nuestra entidad, en todas las instancias donde se busca resaltar la nobleza, la elegancia y la bonhomía seguramente el porvenir le tiene reservado un lugar de privilegio a quien sigue derramando su generosidad, buscando incondicionalmente la oportunidad de servir como felizmente aprendió desde su más tierna infancia. Hasta siempre, buen fin. Carlos Mora Álvarez, es orgullosamente tijuanense. Ha sido servidor público y dirigente empresarial. Actualmente es Presidente Ejecutivo del Consejo Estatal de Atención al Migrante. Comentarios y sugerencias: carlos.mora.alvarez@gmail.com