Bloqueo de calles, reuniones de emergencia entre directivos de secundarias, cierre de escuelas primarias y la amenaza de padres de familia de afectar el tránsito sobre las carreteras Número 1 Tijuana-Ensenada, y la Número 3 Tecate-El Sauzal, son las primeras reacciones ante la falta de maestros, que el Sistema Educativo Estatal (SEE) simplemente no ha podido resolver en el puerto. El daño es generalizado. Los alumnos de prácticamente todas las escuelas públicas de nivel básico en el municipio, que representan el 90 por ciento del total de las 421 instituciones educativas registradas, han tenido problemas derivados de la ausencia de sus profesores, de los abruptos cambios de personal docente a otros planteles, y de soluciones superficiales por parte del SEE, que intenta apagar fuegos, solamente después de que los padres de familia, maestros, o ambas partes, realizan algún acto de protesta público. Ésa es la única vía que los padres de familia han visto que funciona. Por ejemplo, en la escuela primaria en la delegación de La Misión, luego de que la semana anterior, los padres de familia amagaron con cerrar la carretera libre Tijuana-Ensenada, porque no les resolvían la falta de profesores, las autoridades educativas enviaron de inmediato a personal interino. Mismo caso ocurrió la mañana del miércoles 15 de enero de 2014, cuando en una manifestación con pancartas, y el cierre de la vialidad principal que atraviesa la delegación Francisco Zarco, frente a la Escuela Primaria “Enrique C. Rebsamen”, los padres de familia cuyos hijos no habían tenido clases un solo día del año, fueron atendidos por el SEE, prometiéndoles tres maestros interinos para el siguiente día. Los padres de familia de este plantel estaban particularmente molestos no solo porque la mitad de la escuela permanecía sin clases, sino porque durante una llamada que habían realizado días antes a las oficinas del SEE en Ensenada, fueron insultados por personal del Estado. Una madre de familia narró a ZETA: “Hablamos (a las oficinas del SEE) y les pedimos información sobre lo que estaba pasando en esta escuela, me contestó una persona y escuché que gritó ‘¡llaman de una primaria del Valle de Guadalupe que porque no hay maestros, ¿quién quiere tomar la llamada?’. Luego, alguien le contestó de lejos: ‘¿Otra vez del Valle de Guadalupe? ¡Ah, cómo chingan!’. Entonces yo les dije que los había escuchado cuando dijeron eso, porque no se dieron cuenta que escuchaba lo que estaban platicando, como que dejaron el altavoz; les pedí sus nombres y no me quisieron decir nada, les pedí que me dijeran con quién estaba yo hablando y no quisieron decir”. A las siete de la mañana del miércoles 15 de enero, la sociedad de padres de familia del plantel, junto con los niños, se apostaron frente a la puerta principal de la escuela “Enrique C. Rebsamen”, pegando cartulinas con peticiones para que sus hijos pudieran tener clases. Llegadas las ocho de la mañana, procedieron a levantar las pancartas y a cerrar la calle principal de Francisco Zarco. La clase para los niños ese día no fue en las aulas, sino en la calle, gritando consignas hacia las autoridades educativas. “¡Queremos maestros! ¡Queremos maestros!”, gritaban los infantes de segundo grado, mientras comenzaban a marchar en círculos con las cartulinas levantadas al frente. “TENEMOS DERECHO A LA EDUCACIÓN”; “QUEREMOS SOLUCIONES NO CONFLICTOS”; “LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO DE NUESTROS HIJOS”; “QUEREMOS MAESTROS, ¿ASÍ QUIEREN BUENOS RESULTADOS ENLACE?”, se leía en las pancartas. Segundo, tercero y quinto grado grado han permanecido sin clases en ese plantel. De no haber solución ese día, los padres estaban dispuestos a bloquear el paso en la carretera libre Tecate-Ensenada. Los automovilistas que intentaban circular por enfrente de la escuela no tenían más remedio que buscar otra ruta, y la única era bordeando el arroyo de Guadalupe. Policías municipales acudieron al sitio, y las filas de vehículos comenzaron a tomar las rutas alternas. El problema se resolvió en 45 minutos, cuando el director de la escuela recibió una llamada de las oficinas del SEE, asegurándole que al día siguiente ya estarían los tres profesores que faltaban, y les enviarían a maestros de preescolar para la primaria. Llegaron los aplausos de los padres y algunas expresiones como “¡¿No que no?!” y “Solución a medias porque no queremos interinos, queremos maestros de base y de primaria”. Además de las escuelas primarias de La Misión y Francisco Zarco, la escuela primaria rural de la delegación de San Antonio de Las Minas, fue cerrada el martes 14 de enero, también por los padres de familia y bajo la misma dinámica. A ello se le suma la escasez de maestros en las escuelas secundarias. En entrevista con ZETA, los directores de las secundarias Número.1, 5, 8, 4 y 7, manifestaron su preocupación por lo que está ocurriendo en las aulas, donde simplemente no llegan los profesores, y los alumnos cada vez retrasan más su ciclo escolar. Parte del problema, explicaron, proviene de una orden directa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que prohibió a sus agremiados cubrir vacantes en las escuelas de nivel básico, hasta que el Gobierno del Estado pagara los salarios que adeuda a cientos de profesores; algunos no han recibido pagos durante dos o tres años. La falta de acuerdos entre el SNTE y el Ejecutivo Estatal, no ha permitido que los espacios se cubran en tiempo y forma en la mayoría de los planteles, y al no ceder ninguna de las partes, los afectados finales son las escuelas y los alumnos. Clases de ciencias básicas, laboratorios, inglés, deportes… toda la gama de actividades ha sido afectada, el retraso es real y masivo, confirmaron los directivos. Los reclamos de los padres de familia son constantes, los alumnos deambulan por los patios escolares sin clases, distrayendo de paso a sus compañeros que tuvieron la fortuna de que su profesor sí llegara. La indisciplina se hace evidente y los directores distraen sus actividades para acarrear a los muchachos hacia las aulas y ponerlos a estudiar, en lo que puedan. En el caso de la Secundaria Número 5, la falta de un profesor de educación física lleva todo el ciclo escolar, cuando un maestro que debió ser transferido de Eréndira, simplemente nunca se presentó, por lo que los alumnos no han recibido clase desde 2013. “Póngale a todos los alumnos 10, o a todos 5, y ya resuelve el problema”, es lo que la directora de este plantel recibió como consejo del SEE, ante la ausencia del profesor de educación física. “¿De qué se trata? ¿Cómo me dicen eso?”, increpó. A la ausencia de los interinos bloqueados por el SNTE, se suman las enfermedades de los maestros de base, que cuando solicitan alguna incapacidad, agravan el problema insostenible en los planteles. Los directivos simplemente ya no toleran tanto problema, y reclaman al SEE que no puede resolver. Mientras que en la Secundaria Número 4, ubicada en El Sauzal, la misma que tuvo una revuelta de estudiantes semanas atrás, también existen problemas con los orientadores y trabajadores sociales, que no están de tiempo completo en el plantel por la desorganización que impera en el sector educativo. Para los mil 124 alumnos en la Secundaria Número 1 “Héctor A. Migoni”, el servicio de un trabajador social, un psicólogo, un orientador y un médico, no llega, ni juntándolos a todos, a diez horas por semana. El señalamiento generalizado de los directivos es que hay una completa ineficiencia del SEE. La Secundaria Número 8 está en las mismas condiciones, 250 alumnos afectados ante la ausencia de seis maestros, al menos hasta el 9 de enero de 2014. “El problema no es simple, va a tronar”, es la advertencia del director de la Secundaria Número 7 en Maneadero, cuyo plantel formó un grupo adicional de primer grado, el primero “F”, avalado por el SEE, ante una gran demanda en esa escuela y que luego de los cambios en el personal académico, ya no tendrá quién dé clases en segundo grado. Se quedarán, dijo, “como una burbuja”, flotando. — ¿Cuántos alumnos son en este grupo?, se le preguntó. “Alrededor de 37”. Por otra parte, la Secundaria Número 7, con 12 grupos, solo tiene un conserje para todo el plantel, no hay laboratorios, no hay talleres y tampoco tienen oficinas adecuadas. “¿Y las reformas? ¿Y la escuela de calidad dónde queda?”, cuestionó el director, quien experimentaba problemas con siete ausencias de maestros la semana pasada. En el mismo lapso, la Secundaria “Migoni” no tenía 10 profesores, a la del Sauzal faltaron dos, y la Número 5 no contaba con seis maestros. Cuatro asignaturas no se estaban impartiendo en este último plantel. Para el 10 de enero de 2014, el Sistema Educativo Estatal en Ensenada envió un comunicado de prensa refiriendo que el problema ya se resolvería, y que el lunes 13, todos los maestros interinos estarían acomodados y dando clases. La realidad fue otra: vinieron los cierres de escuelas por los padres de familia inconformes. De acuerdo con el SEE, el motivo del retraso se debió a jubilaciones de fin de año. La delegada en Ensenada, Adela Lozano López, afirmaría por escrito: “Estamos comprometidos con la educación de los niños y jóvenes, trabajando en coordinación con las autoridades sindicales para llegar a acuerdos inmediatos que den pronta solución a las situaciones presentadas”. La mayoría de los directivos y personal docente de los planteles donde han protestado los padres de familia en Ensenada, respaldan los plantones: “Están en su derecho de manifestarse, y qué bueno que lo ejercen”. Por último, según personal del Sindicato en Ensenada, el SNTE -a través de su Comité Ejecutivo Seccional- mantiene reuniones con el SEE, aunque el problema persiste. En el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación aseguran que las medidas tomadas por órdenes de su secretario general, Rogelio Gudiño Valenzuela, son “en defensa de los intereses” de los mismos maestros, para detener los interinatos hasta que se pague de acuerdo a derecho. Las consecuencias, esas se viven en cada plantel. Desde el inicio de esta semana, ZETA intentó localizar a la delegada del SEE en Ensenada, Adela Lozano, para que ofreciera una versión de la situación en las escuelas; sin embargo, pese a haber solicitado la cita en persona, la funcionaria no atendió la petición.