Y obscuridad de su casa. Sí, con estas palabras califico por este medio que es ZETA, la obra o carta de presentación que en su momento hizo el ex presidente (con pe chica, pues no merece la mayúscula) al donar un millón de dólares, en una de sus tantas giras inservibles e inútiles al lejano continente europeo. Donar por quedar bien con los homólogos gobernantes, eso es una estupidez, bruta, obscena y sin dejar de recalcar que está mal. Mientras que aquí en nuestra frágil patria aún hay secuelas de años, carestía: Lluvias 2013, Chihuahua 2007 (rarámuris), Oaxaca 2006, Acteal 1997, Chiapas 1994. Pobreza, San Quintín; desempleo, Los Santorales; B. C. Desigualdad gubernamental, etcétera, etcétera. El Ejecutivo carita ayudó al prójimo y se olvidó de su casa. Pero hay más necesidad en casa, lo vio y lo supo y no actuó. Y saber que apenas se fue un nefasto año de gobierno e ingobernabilidad del Señor presidente (con pe chica otra vez) Enrique Peña Nieto. Por eso mi título, “Candil de la calle” (“y obscuridad de su casa”). Esa nota del millón de dólares donados la leí en un diario, qué pena y retraso, junto con vergüenza, haber tenido un presidente así, que no actuó, no hizo nada más que atrasar más a sus gobernados. Salud millonaria y en dólares, no me despido. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.