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martes, octubre 1, 2024
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A Ensenada solo por la libre

De entre la serie de temas planteados esta semana al gobernador del Estado, Francisco Arturo Vega de Lamadrid, por funcionarios de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), solo dos cosas quedaron claras: la Carretera Escénica seguirá bordeando la costa, y la mayor parte del año, posiblemente todo 2014, quien viaje a Ensenada deberá irse por la libre. Hubo poca claridad en el resto de los asuntos abordados con Kiko Vega, al menos los que se hicieron públicos tras la reunión a puerta cerrada que sostuvo el mandatario estatal con funcionarios federales. Entre las dudas, están los reportes técnicos y/o logísticos que respalden sus explicaciones sobre el hundimiento, aunado al impacto social y económico, derivado de la incapacidad de los funcionarios federales para resolver el problema que tenían perfectamente identificado desde casi una década antes, y que terminó en el hundimiento a 30 metros de profundidad de un tramo de aproximadamente 300 metros de largo de la Carretera Escénica Tijuana-Ensenada, al tiempo que circulaban automóviles y tractocamiones sobre el Kilómetro 93, durante la noche del 27 y la madrugada del 28 de diciembre de 2013. Y es que los organismos empresariales que integran el Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE), manifestaron el lunes 13 de enero de 2014 que hubo una clara negligencia por parte de SCT-CAPUFE en el incidente, y solicitaron deslindar responsabilidades entre los funcionarios que tuvieron la posibilidad de evitar poner en riesgo la vida de las personas, como ocurrió. En rueda de prensa efectuada el martes 14 de enero, Raúl Murrieta Cummings, subsecretario de infraestructura de la SCT, quien tiene una maestría en Administración y es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México  (ITAM), no quiso estimar el costo de la reparación del tramo afectado, aunque dijo que de 500 millones sí pasaba. Su argumento: la falta de un estudio técnico en la zona, aunque desde el 26 de diciembre de 2010, CAPUFE ya había desembolsado 10 millones 900 mil 306.74 pesos con la empresa Geomax, S.A. de C.V. justamente para eso. Según la SCT y CAPUFE, tomará entre tres y cuatro meses realizar un nuevo estudio técnico integral, con análisis hidrológicos, geológicos, topográficos, geotécnicos, hidráulicos, sondeos de exploración, pruebas de campo, de bombeo y de laboratorio. Asimismo, se determinó que en un plazo de cinco meses tendrían terminada la obra, aunque no saben exactamente de qué tipo; puente, vado o relleno. Desconocen qué es lo que harán exactamente, y tampoco tienen idea de cuánto costará. Bajo esas dos indefiniciones, los funcionarios tienen la certeza de que “en el último trimestre de 2014” estarán reactivando el tramo carretero, que dicho sea de paso, además de los problemas de hundimientos en el Kilómetro 93, tiene al menos seis puntos activos más en el tramo entre Salsipuedes y San Miguel, esto es, zonas con problemas y amenaza de hundimientos similares, de acuerdo con estudios del año 2006 elaborados por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), a petición de CAPUFE. La hipótesis del sifón Según el director de Infraestructura de Caminos y Puentes Federales, Mauricio Sánchez Swoordworth, en la zona del hundimiento existirá “una restitución de materiales ligeros”, por lo cual se crearán “galerías filtrantes”, pues consideran que el problema que aceleró el hundimiento está relacionado con “agua que se encuentra en el subsuelo”. En su explicación, cuando llueve, el agua se infiltra y se acumula en el fondo, eso genera un manto freático y flujo hacia el mar, “y cuando esta agua topa con algún tipo de falla geológica, reconoce esa falla geológica y se genera un tipo de sifón o túnel que hace que las fallas se aceleren, y es lo que ha sucedido”. Cuando ZETA preguntó a Sánchez Swoordworth en qué basó su explicación del sifón y si hay un documento técnico que lo respalde, el funcionario, en conjunto con Murrieta, solo atinaron a decir que aún no cuentan con el estudio. Mientras tanto en la libre… El intenso tráfico que se generó en los primeros días luego del hundimiento en la Escénica, tuvo un cambio radical cuando la SCT prohibió el tránsito de autotransporte de carga sobre la carretera libre Tijuana-Ensenada, oficialmente, la Carretera Federal Número 1. Sobre esta ruta, ahora solo se permiten autobuses y vehículos ligeros, y el recorrido entre los municipios de Tijuana, Playas de Rosarito y Ensenada es más sencillo. La delegación de La Misión eliminó los topes que atravesaban la carretera, con el objetivo de agilizar el tránsito. Además, se colocaron señales de alto en el entronque entre la carretera de cuota y la carretera libre, a la altura de La Fonda, donde policías federales y algunos estatales hacen guardias. Los Ángeles Verdes mantienen unidades y personal de apoyo las 24 horas del día, en caso de accidentes o descomposturas de vehículos. Están apostados en dos puntos del tramo obligado que va de La Misión hasta San Miguel. Uno casi en el entronque entre la carretera libre y la carretera a El Tigre, y otro aproximadamente en el Kilómetro 77. Las condiciones del camino son otra historia. Tramos en reparación, falta de acotamientos, carriles angostos y una pobre señalética, se cuentan entre las principales quejas de usuarios de la carretera, principalmente por los que circulan de noche. Por otro lado, mientras el Colegio de Ingenieros de Ensenada planteaba semanas atrás al alcalde de Ensenada, Gilberto Antonio Hirata Chico, la alternativa de un camino de terracería que uniera el Puente Jatay, a la altura de Bajamar con la carretera libre, también mencionaron las malas condiciones del puente de La Misión. Los ingenieros refirieron que de no disminuir el flujo de carga pesada por ese puente, podría tener problemas debido a que, a su consideración, se encontraba en malas condiciones. En un recorrido por dicho puente, ZETA documentó que al centro del cauce del Arroyo La Misión, los pilares que lo sostienen están socavados, y presentan una serie de fracturas en la carpeta asfáltica. Otro tipo de afectaciones que se hicieron evidentes tras el hundimiento, fueron los comercios en la zona. Los comerciantes instalados en la playa de La Misión, tuvieron que buscar alternativas para sobrevivir, luego del desvío del tránsito un par de kilómetros antes. Sin flujo de clientes, salvo algunos residentes locales, vendedores de fruta, alimentos y bebidas, quienes durante años han trabajado junto a la Escénica, se distribuyeron a lo largo de los primeros kilómetros de la carretera libre Tijuana-Ensenada. Un par cruzando el puente La Misión, otros más adelante, otros en el centro del poblado y otros más kilómetros arriba, el más lejano en el Kilómetro 71, un puesto de cocos y frutas de nombre “La Playita”, cuyo local se aprecia vacío en la playa de La Misión. La propietaria del negocio, la señora Juanita Chávez, tenía dos opciones: quedarse o moverse. Algunos de los comerciantes optaron por la primera, y permanecieron en la playa con prácticamente nada de clientes. Pero la señora Chávez, pese a haber estado 20 años en la playa, optó por instalarse junto a una recta de la carretera y con la indicación de que mientras no dejara basura, no se le iba a molestar. Comenzó a vender mangos enchilados, cocteles de fruta, agua de coco en bolsas y otros alimentos naturales. “¡Y me está yendo mucho mejor!”, dijo a ZETA la mujer, mientras atendía a dos familias que habían hecho escala para comprarle algo. “Nosotros éramos clientes de ellos ahí en la playa”, indicó por su parte uno de los señores que aguardaba a que le entregaran un producto. Otros pequeños comercios en distintos puntos de la carretera tienen letreros junto al camino. En un lugar venden queso, miel y birria. En otro, “Tostilocos”. Otro sitio ofrece huevos de rancho, aseguran que son de gallo-gallina. Y en el poblado de La Misión comienzan a proliferar otros vendedores, algunos ofreciendo molcajetes de piedra. El incremento en el tránsito al menos parece traer buenas noticias para estos comercios, y si los cálculos de la SCT son atinados, así se mantendrá hasta octubre. El gobernador Vega destacó el martes 14 de enero el hecho de que SCT y CAPUFE decidieran mantener el tramo carretero cercano al mar: “Yo les quiero decir que la verdad esta noticia, después de todo sí nos eleva el ánimo, porque la carretera que tenemos, es una carretera mucho muy bonita. Tenemos eventos importantes aquí en Ensenada, más allá del tránsito normal y del turismo que nos visita”. Si bien, los fondos que se destinarán para la reparación se desconocen, funcionarios de Comunicaciones y Transportes aseguran una y otra vez que eso no será un problema. Las reparaciones regulares se darán en las carreteras libres 1 y 3 (la 3 es la Tecate-Ensenada), pero no se realizarán labores extraordinarias en ellas. SCT dio a entender que no se pondrán a realizar labores de ampliación de carriles, o mejoras más allá de las programadas regularmente en los tramos de las carreteras libres, porque a su ver, la prioridad es la reparación de la Escénica y no quieren generar más tráfico. “Va a haber modernización de la libre conforme sea prudente, pero tenemos que tener mucho cuidado de no hacer de la modernización de la libre un factor que venga a complicar el tráfico de personas y de mercancías”, comentó Murrieta Cummings. El funcionario agregó que la atención que recibirá Baja California luego del desastroso incidente, podría “acelerar” otro tipo de apoyos en tema de fondos para infraestructura carretera en el Estado. Y es que el dinero que SCT y CAPUFE invertirán a su problema, no afectará el presupuesto del Gobierno del Estado. Llegará recurso, dicen, a través del seguro con el que contaba la carretera (que no especificaron), y del Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN),  tampoco dijeron cuánto. Será “un apoyo extraordinario en la medida en que esto vaya haciendo sentido en su propia implementación”, apuntó Murrieta. El único dato concreto, los más de 1 mil 400 millones de pesos que ya estaban programados para Baja California en materia de infraestructura carretera, en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2014, antes de que ocurriera el incidente del 28 de diciembre pasado. A inicios de esta semana, el alcalde Hirata sugirió que se construyera un “puente volado” en la zona del hundimiento. Sin embargo, funcionarios de la SCT no han dicho ni sí, ni no, a tal propuesta, que posiblemente se incluya en la lista de peticiones que el primer edil espera entregar al Presidente Enrique Peña Nieto durante su visita anunciada para el mes de febrero en Ensenada. De momento, las vialidades para llegar al municipio serán las carreteras libres de Tijuana-Ensenada y Tecate-Ensenada. Las propuestas de los ingenieros sobre los atajos desde Jatay, y las peticiones de ampliación de la carretera libre, quedarán como segunda prioridad, sin fechas concretas. Corresponderá a CAPUFE en Baja California comenzar a dar a conocer los avances en el proceso de reparación, y a la SCT, lo que estará ocurriendo en la Escénica. Por último, sobre los importantes eventos a celebrarse próximamente en la ciudad -el Carnaval y el Paseo Ciclista Rosarito-Ensenada-, hay realidades distintas: uno se mantiene y el otro se tambalea. El gobernador Kiko Vega declaró: “En caso de que las condiciones no sean las adecuadas, sobre todo por seguridad, también lo tendremos que avisar con oportunidad, porque es cierto, esa carrera (Paseo Ciclista) es mundialmente famosa, ojalá podamos mantenerla, pero si no, pues vamos a avisar”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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