Ojeda Ortega reconoce carecer de presupuesto El problema que vive la nueva Sindicatura Social en Ensenada, al igual que las sindicaturas sociales de otros municipios del Estado, parece el mismo que durante años se repite en Baja California: leyes modificadas por diputados, que afectan la estructura de ayuntamientos sin contemplar la viabilidad financiera, logística e incluso práctica de su decisión. Hasta el momento, dentro del XXI Ayuntamiento de Ensenada, el único impacto concreto que ha tenido esta nueva área gubernamental, es el de apretar los espacios entre una silla y otra en la sala de Cabildo y sumar a la nómina a otro funcionario más. Fuera de ahí, y ante la falta de una oficina para operar durante las primeras semanas, las recepciones de denuncias y quejas ciudadanas apenas comienzan a fluir. En declaraciones a ZETA, el síndico social en Ensenada, Félix Francisco Ojeda Ortega, se ha dicho “desarmado” presupuestalmente hablando, para enfrentar las tareas que le fueron asignadas. Que no ha tenido suficiente dinero para hacer su chamba. Y para poner en contexto su punto, ha comparado el ingreso programado para la Sindicatura Municipal, a cargo de Iván Alonso Barbosa Ochoa, con el ingreso de la Sindicatura Social. Aunque ambos funcionarios tienen el mismo sueldo, Barbosa trabajará con el 1.25 por ciento del total de ingresos del Ayuntamiento, esto es alrededor de 14 millones 300 mil pesos. Mientras que Ojeda operará con el 0.12 por ciento, lo que representa aproximadamente 1.4 millones. Para Ojeda, la balanza está desequilibrada. En particular porque entre las tareas que le fueron encomendadas, debe vigilar la operación y el mantenimiento de obras públicas; vigilar el actuar de los funcionarios; analizar dictámenes técnicos; involucrarse en la formulación y ejecución de programas municipales de desarrollo social y vigilar que se cumplan; participar en programas y políticas públicas en materia de desarrollo social; atender y canalizar reportes y quejas ciudadanas, y verificar que éstas se cumplan; analizar y evaluar políticas y programas sociales; supervisar los tiempos de respuesta de las dependencias; emitir recomendaciones públicas a las dependencias y entidades haciendo ver deficiencias, irregularidades, errores u omisiones que deban corregirse. También debe implementar mecanismos para que la ciudadanía se involucre en la vigilancia de obras públicas y programas estratégicos del Ayuntamiento; debe proponer mecanismos para incluir la participación social en programas y acciones de desarrollo social del Ayuntamiento; seleccionar comisarios y delegados sociales que puedan dar seguimiento a problemáticas en comunidades rurales; y realizar visitas y giras de trabajo en las delegaciones, donde necesita supervisar y evaluar acciones de desarrollo social, y de servicios públicos, entre otra larga lista de cosas. Durante las primeras semanas en funciones, el síndico social no tenía un espacio asignado para trabajar en el Ayuntamiento, lo que lo obligaba, dijo, a despachar desde su oficina particular o de oficinas prestadas en el edificio del gobierno municipal. Esto retrasó desde un inicio la fluidez entre la nueva Sindicatura y los grupos organizados y de la sociedad civil que tenían interés de acercarse para entablar denuncias o quejas en contra de funcionarios. Algo que de acuerdo al propio síndico social, ya está lográndose al tener, ahora sí, una oficina formal en Avenida Reforma número 80, que justamente, es donde está ubicado su despacho particular. La indefinición sobre los espacios, dineros y personal asignado para esta dependencia no ha parecido preocupar a nadie, salvo al propio síndico social, cuyas atribuciones quedaron definidas en el Decreto No. 331, publicado el 26 de octubre de 2012 en el Periódico Oficial del Estado. De acuerdo al reglamento elaborado para la Sindicatura Social en el Cabildo del XXI Ayuntamiento, que aún se encuentra en borrador, el titular tendrá bajo su cargo 4 áreas: Una dirección social; un departamento de contraloría social; un departamento de gestión y supervisión de servicios públicos municipales; y un departamento de vinculación social. Con esto distribuirán las atribuciones previstas en el Decreto No.331, y formalizarán su incipiente estructura burocrática. Actualmente, bajo el mando de Ojeda Ortega hay 12 personas bajo el régimen de honorarios, pues no han sido integradas a la nómina formal del Ayuntamiento. — ¿Y en qué ha logrado avanzar, con lo que tiene por ahora, qué ha hecho?, preguntó ZETA al nuevo síndico social. “Ahí va evolucionando en el camino vamos trabajando…diario son temas distintos, hemos estado trabajando, pero pues en otros lugares, no en la oficina precisamente de ahí (Reforma núm. 80)…y sí hemos atendido a gente de grupos ya, y también en lo personal en mi oficina. Más que todo, quejas, de la administración pasada. Hasta ahorita no hay quejas de ningún funcionario actual, pero de lo que se quejan es de mucho recurso desviado”, comentó Ojeda. Explicó que algunas de las quejas están enfocadas a aparentes desvíos de recursos del Ramo 33. Advierte que existen obras denunciadas por ciudadanos, que fueron publicadas para diversas colonias con ese recurso y que nunca se hicieron. Tan solo la más reciente, dijo, es una pavimentación de una calle con un valor anunciado de 800 mil pesos, y que nunca se pavimentó. “Fui al lugar y sí es cierto, no está pavimentada”. “Así como ese y hay muchos temas, nosotros no hemos dejado de trabajar…yo creo que esto va a ir mejorando con la buena disposición y el buen trabajo que le estamos sacando al ‘profe’ (Hirata) porque lejos de ser una carga para él, pues al contrario, estamos aportándole para prevenir y no meternos nosotros en ese tipo de broncas. Y lo que se pueda subsanar, pues ayudarles a subsanar y que los fondos realmente se vayan a destinar para esos lugares adonde dijeron”, agregó. Para el alcalde de Ensenada, Gilberto Antonio Hirata Chico, el presupuesto asignado a Sindicatura Social, podría modificarse con el tiempo. “Tengo entendido que la oficina ya está cedida. Por otro lado para nosotros fue difícil porque como era un egreso nuevo, no estaba contemplado en la Ley de Egresos a nivel municipio, pero tuvimos que hacer el ajuste económico para darle el mismo sueldo que gana el síndico procurador, y contara con lo mínimo de personal. Mientras tenemos un presupuesto más amplio para poderle dar lo que él supuestamente está requiriendo. Por lo pronto sí está contemplado el pago de apoyo en cuanto a creo que 3 personas más a su presupuesto”, expuso Hirata a ZETA. — ¿Es suficiente el presupuesto?, se le preguntó. “Yo pienso que sí, el tiempo que vamos trabajando con eso es suficiente, y claro que depende de las necesidades ya en la práctica y lo que vaya sucediendo, tendríamos que hacer ajustes. Pero para empezar, de un presupuesto que no estaba contemplado, creo que por algo se debe empezar”, respondió. Con dinero o sin él, la lista de tareas de Félix Ojeda, están ya definidas en los decretos a nivel Estado, y sus detalles quedarán afinados en el reglamento municipal, que todavía están en comisiones dentro del Cabildo. Esta semana acercamientos entre la Sindicatura Social y el Consejo de Urbanización Municipal de Ensenada (CUME), dejaron ver que una de las primeras líneas que está siguiendo esta dependencia, es la revisión de obras de la administración pasada, y ya programaron recorridos en conjunto para revisar, una por una, las obras del Ramo 33 dejadas por el XX Ayuntamiento.