Tribunal Colegiado afirma que juzgado castrense carece de competencia Luis Carlos Sáinz Martínez Un soldado de infantería que hace un par de años mató imprudencialmente a un campesino en un retén instalado en el municipio de San Sebastián del Oeste, Jalisco, deberá ser enjuiciado por un órgano jurisdiccional del Poder Judicial Federal y no por un juzgado castrense. El Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito resolvió (en recurso de revisión) conceder el amparo y protección de la justicia de la unión a Julián Hernández Bautista, procesado por el delito de homicidio culposo en el Juzgado de la V Región Militar, en La Mojonera de Zapopan. Los magistrados estiman que, si bien el inculpado actuó como militar en activo, ejecutó el acto en contra de un civil, por lo que el procesamiento de dicho justiciable corresponde al tribunal ordinario. En sus razonamientos, los colegiados señalan que “la víctima y sus familiares, tienen derecho a que la violación al derecho humano la conozca y la resuelva un tribunal competente, de conformidad con el debido proceso y el acceso a la justicia, que en el caso particular lo es un Juez penal federal”. Los hechos imputados al soldado adscrito a la 21ª. Compañía de Infantería, de la 41ª. Zona Militar, ocurrieron la mañana del 24 de noviembre de 2011, durante la instalación del puesto de control “Pantera 3”, establecido sobre la carretera federal Puerto Vallarta-Mascota, a la altura del poblado La Estancia. Todo transcurría sin novedad cuando se escuchó una ráfaga de arma de fuego. Los militares alertados por los disparos se pusieron a salvo y enseguida se dieron cuenta de que su compañero Hernández Bautista, a cargo de la vigilancia sobre una camioneta con artillería era el responsable de los balazos. El procesado estaba en shock cuando los demás soldados corrieron a desarmarlo y al preguntarle sobre lo sucedido dijo no saber porque presionó el gatillo de una ametralladora HK-21, calibre 7.62. En la carretera frente al retén, estaba una camioneta Nissan pick up, de color negro, en cuyo interior estaba sin vida el campesino Gregorio María, de 60 años, quien presentaba impactos de bala en la cabeza y el abdomen. Su hijo Gregorio María Pérez, de 28 años, preguntó a los militares por qué habían disparado, recibiendo como respuesta “fue un accidente”. El soldado Hernández Bautista causó baja de la unidad a la que pertenecía y causó alta en el grupo de militares procesados de la V Región Militar, donde recibió el auto de formal prisión de un juzgador castrense. Ahora será un Juzgado de Distrito de Procesos Penales Federales en Jalisco quien continúe el juicio.