Todos los caminos de la lengua española convergen ineludiblemente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). De aquí que el tour que llevó a José Ovejero a presentar su novela “La Invención del Amor” -ganadora del Premio Alfaguara 2013- por 14 países desde marzo, concluyó en suelo tapatío. “Han sido unos meses algo enloquecidos, porque he recorrido 14 países desde que gané el Premio Alfaguara; ha sido cansado pero muy interesante, me lo he pasado muy bien haciéndolo, es ir con tu libro a países, algunos donde nunca has estado, y bueno, primero vas como cambiando de visión de tu libro. A medida que vas hablando con la gente, vas encontrándote también con públicos diferentes, porque no en todas partes es igual”, expresó a ZETA José Ovejero en el lobby del hotel Hilton, momentos antes de presentar su novela en el abarrotado Salón 2 de Expo Guadalajara. En los últimos nueve meses, Ovejero presumió “La Invención del Amor” desde Argentina hasta México, pasando por Ecuador, Colombia, Chile, España, por supuesto, y otros países del “territorio de la Mancha”. Y así se está ante una novela de calidad literaria garantizada por el Premio Alfaguara de Novela 2013. La voz del Jurado Fue el 20 de marzo de 2013 cuando el Jurado del certamen literario daba a conocer que el XVI Premio Alfaguara de Novela correspondía a la obra presentada como “Triángulo Imperfecto”, con el seudónimo de Doppelgänger, que, una vez abierta la plica, resultó ser “La Invención del Amor”, de José Ovejero. Presidido por Manuel Rivas y compuesto por Annie Morvan, José María Pozuelo Yvancos, Jordi Puntí, Xavier Velasco, Antonio Ramírez y Pilar Reyes (con voz pero sin voto), los jueces literarios asentaron en el acta dictaminadora: “El Jurado quiere destacar que se trata de una historia de amor nada convencional, sorprendente, que surge a partir de una impostura y del poder y las posibilidades del azar”. Los jueces sentenciaron: “La novela también revela la fuerza transformadora de la imaginación y su capacidad para construir nuevas existencias. La historia se desarrolla en una ciudad, Madrid, en un fondo de zozobra y quiebra personal y social”. El certamen literario de 2013 recibió 802 manuscritos, lo que la convierte en la edición con mayor participación en la historia del Premio, informó Editorial Alfaguara. De los 802 propuestas, 342 fueron enviadas desde España, 133 de México, 99 en Argentina, 61 en Colombia, 34 en Estados Unidos, 28 en Chile, 23 en Venezuela, 19 en Ecuador, 18 en Perú, nueve en Guatemala y Honduras; ocho en Costa Rica, Panamá y Nicaragua; ocho también en Bolivia; siete en El Salvador, siete en Uruguay, cuatro en Paraguay y dos en Puerto Rico. El Premio Alfaguara de Novela estuvo dotado de 175 mil dólares y una escultura del artista español Martín Chirino; después de marzo de 2013, el libro ha sido publicado simultáneamente “en todo el ámbito de la lengua española”. “Esa atmósfera un poco depresiva del Madrid de hoy” Después de la juerga entre seis amigos, un día Samuel recibe una llamada que cambiará su rutina. Le anuncian que Clara ha muerto. Y aunque al principio el protagonista advierte al que está del otro lado de la línea telefónica que “se ha equivocado”, Samuel pronto se ve involucrado en un papel de usurpador voluntario. Se está ante una historia donde el tema es el amor sin sentimentalismo o romanticismo, a través del protagonista que para nada cree en él, que huye de las palabras “siempre” y “compromiso”. La historia del impostor “amoroso” se va mezclando inevitablemente con el contexto de crisis de los últimos años de Madrid, España. Aunque el lector habrá de descubrir si el usurpador tiene salida o no al embrollo en que se ha metido, ZETA tuvo oportunidad de platicar durante la FIL con José Ovejero para desmenuzar algunos aspectos de su distinguida obra. — ¿Cómo ha sido recibida tu novela y qué es lo que te ha sorprendido en los diversos países donde la has presentado? “Quizá una de las cosas que más me ha sorprendido es la diferencia en el interés del público; la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es excepcional, la cantidad de gente que viene, en el ambiente, en las presentaciones, en los coloquios es un público muy participativo y muy interesado. Cuando se habla de la crisis del libro, yo vengo aquí y digo ‘no existe’, a lo mejor existe, pero no tiene esa impresión aquí en la FIL; mientras que hay otros países que son más fríos en la acogida, y no digo solo a mí, sino en general, me da esa impresión”. — A propósito de tus presentaciones en los países de habla hispana, ¿qué posibilidades de proyección te ha brindado el Premio Alfaguara? “Me decía el escritor ecuatoriano Javier Vasconez: ‘Ecuador es un agujero, nada sale de aquí, estamos aquí adentro y es como si no existiéramos para el resto del mundo’. Entonces, para un escritor ganador del Premio Alfaguara lo que significa es salir del propio agujero, salir del mercado de tu país, y bueno, yo por suerte he tenido libros que han estado circulando por varios países de América, pero el Premio Alfaguara te da la posibilidad de estar en todos los países que hablan español al mismo tiempo, que es algo excepcional; entonces, hablamos el mismo idioma, pero vivimos en mundos literarios muy distintos porque no conocemos la inmensa mayoría de lo que se hace fuera de nuestro país”. — En tu novela se aprecia también al Ovejero ensayista, a propósito de tus libros “Escritores Delincuentes” (Alfaguara, 2011) y “La Ética de la Crueldad” (Premio Anagrama de Ensayo, 2012). ¿Cómo concebiste el tema de la imaginación del amor como reflexión, tomando en cuenta tu trayectoria en el ensayo?