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jueves, septiembre 19, 2024
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El día señalado

  Directores generales Sr. César René Blanco Villalón Sra. Adela Navarro Bello. —   Está por llegar el día esperado y la ciencia al igual que la mayoría de las personas no creen en lo que ha de suceder, cuántas cosas han cambiado en nuestro mundo, toda la tecnología con que se cuenta y aun así no salimos adelante, solamente ha servido para entretenernos y tenernos con la cabeza agachada. ¿De qué sirve que la NASA haga muchos descubrimientos si estamos igual?, solamente ellos viven un mundo de fantasía y las vemos en las películas, que también sirven para entretenernos, en muy pocos años la tecnología ha cambiado mucho, tenemos aparatos tan asombrosos, que trabajamos mucho para comprarnos algunos de estos aparatos, pero ¿y nosotros? No hemos cambiado en nada y peor aun el comportamiento es tan salvaje, que solo causa más miedo, pero no creas que solo a ti te da miedo, también a los que se comportan así, pero tratan de no demostrarlo por lo mismo. ¿De qué sirven tantas religiones si seguimos siendo los mismos?, tantos y tantos años y el sacerdote o pastor sigue hablando de lo mismo y realmente nada nos enseñan, solamente cumplimos con ir al templo y seguir sus reglas, cuántos años han pasado o más bien cuántos sexenios han pasado y siempre las mismas mentiras y tú, mi hermano, también con las mismas palabras en la boca, “ojalá se cumpla”. Hay cosas que los científicos pueden comprobar y hay otras grandes cosas que no las pueden comprobar y por eso mismo tienen un límite, pero las grandes cosas que los científicos no han podido comprobar tú mismo, mi hermano, vas a poder comprobarlas y así descubrirás cosas maravillosas que pensabas eran cosas de una novela, el fin del mundo no termina, más bien apenas empieza y corrigiendo a Mel Gibson lee y escucha esto. Me llevan prisionero y voy caminado rodeado de varios guerreros, está obscuro y empieza a clarear, al llegar muchos más me miran y camino por en medio de ellos, después me acuestan boca arriba en la piedra de los sacrificios, que está grande, ahí me dejan solo y al poco tiempo veo llegar al sacerdote que se para de mi lado derecho, viene con su vestimenta y su gran penacho, luego de decir unas palabras levanta las manos en todo lo alto y dirigiendo su mirada hacia le espacio, junta las manos para agarrar bien el puñal que trae en ellas, tendido en la piedra solamente lo veo y de repente baja la cabeza y me mira, entonces baja con fuerza las dos manos para enterrarme el puñal, veo el puñal cerca de mi pecho, le agarro la mano y no dejo que me lo entierre, me mira sorprendido y entonces lo aviento con fuerza, viendo cómo cae de espaldas me levanto rápidamente y empiezo a correr perdiéndome en la selva. Empiezo a ver un poco de luz y me voy acercando a la salida, después salgo y me veo parado afuera de una cueva, todo a mi alrededor y a lo lejos son puras rocas, busco con la mirada y no hay nadie más, estoy solo y hace mucho calor, entonces volteo hacia mi lado izquierdo y levanto la mirada, ya me doy cuenta por qué hace tanto calor, ahí en el espacio están los tres soles alumbrando la tierra, ahora son tres y no siento que me causen alguna molestia, voy a tener que subir hasta arriba de las grandes piedras y buscar si hay más personas.   Juan Ángel Hernández  </p> C.C.P. Sr. Javier Alatorre C.C.P. Sr. Rafael Rodríguez Castañeda

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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