Mientras continúan los trabajos para remover tierra en el área afectada por el deslizamiento en el fraccionamiento Terrazas de la Presa, un recorrido con Francisco Javier Franco-Casas, presidente de la delegación de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica en Tijuana, hizo visibles algunas de las probables causas del deslizamiento del talud que provocó daños en hasta 12 viviendas. Aunque FRASA (la empresa constructora) advirtió mediante comunicado de prensa, la humedad como causa del deslave, el maestro en ingeniería descartó las tres principales causas de deslizamiento por este motivo. “La humedad del suelo en sus condiciones iniciales puede ser modificada por tuberías de servicios internas de las viviendas, por tuberías de servicios públicos como drenaje sanitario, agua potable o pluviales de las calles cuando todas ellas presentan fugas, o por el riego de agua de las jardineras de algunas casas, pero ninguno es el caso porque no hay evidencia visual de ello”. Así, sin muestras visibles de humedad, el representante de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Geotecnia de la Zona Noroeste, señaló el plano de falla que atraviesa el talud por debajo de las viviendas ubicadas sobre la calle Terrazas, sobre la cual se desplazaron los restos del talud, el 14 de noviembre. Las viviendas en esta calle, sufrieron destrucciones en los patios traseros, columnas e incluso, en pisos, muros y columnas interiores, debido al deslizamiento del suelo del talud afectado. El especialista en ingeniería explicó “si tan solo hubiera sido un derrumbe superficial, entonces no se hubieran fracturado y levantado los patios de concreto e interiores de las viviendas y solo hubiesen caído las bardas por empujes superficiales, pero es precisamente porque el plano de fallo se ubica por debajo de las casas, que se vieron afectadas y que continúan en riesgo de ser desplazadas hasta la calle misma si la masa de suelo del deslizamiento presentara movimientos adicionales futuros”. Así, Franco-Casas comentó que el problema de desestabilidad de suelo tiene su origen en un incorrecto diseño geotécnico del relleno en la ladera de cerro –o bien, la falta del mismo– y solo hacía falta una modificación de condiciones iniciales en la ladera con los rellenos adicionales mal colocados para que se rompiera el equilibrio y por ende, se presentara la falla del deslizamiento de la ladera. Comentó que la presencia de estratos con calidad de arcilla en las laderas que conforman los cerros de la ciudad, con la infiltración de agua entre las fracturas, grietas y a través de su porosidad, provoca a su vez una lubricación del suelo de estos estratos y su posterior deslizamiento, pero en este caso particular no se observa presencia de agua como disipador principal de la falla del deslizamiento en la ladera.