“Cuerpos Vibrantes” de Marcela Lobo

La exposición de Marcela Lobo, “Cuerpos Vibrantes”, ocupa la Sala Central de Exposiciones del Centro Cultural Tijuana (CECUT) desde el viernes 6 de diciembre. Son veinticinco acrílicos y collages, en tonalidades intensas, así como 15 ensambladuras hechas con objetos viejos. El tema de esta nueva serie es el cuerpo humano, tópico que no había figurado como propuesta de la artista capitalina. Con esta obra, Lobo dice haber dado “un giro de renovación sin dejar atrás el color”. Cuerpos en hilera o en versión individual, de pie, en un asiento, empotrados a una base de piso, dispuestos más allá del enmarcado o protegidos en una caja (sin tapa visible). Un estudio de la imagen corporal tan variado como llamativo. Para el curador Jorge Reynoso Pohlenz, “Cuerpos Vibrantes”, “representa una nueva etapa” en la trayectoria de la artista. Las técnicas apreciables como parte de la exhibición en el CECUT, según el parecer del arquitecto, sugieren haber sido sometidas a un proceso de depuración. Más aún, las inquietudes temáticas de Marcela Lobo se han renovado. Reynoso Pohlenz señala en el texto curatorial correspondiente, que todo este proceso de reivindicación “le ha implicado (a la creadora) actualizar” asuntos “importantes y complejos” abordados en el ámbito del arte “desde hace un siglo”. En el acto inaugural de la muestra (que concluirá en febrero de 2014), la expositora declaró a propósito de su planteamiento temático: “todos tenemos un sostén dentro”. Este discurso está propiamente plasmado en cuadros como “Hermana de la Montaña” (acrílico/tela/collage), donde la pintora, acaso fiel a su afán renovador, lleva a una depuración extrema su idealización del cuerpo como motivo de interpretación. Prácticamente lo despoja de identidad; parece que, ante todo, le interesa por su mero trazado. De tal manera que la figura protagónica en el contenido de las piezas es el cuerpo en su estatus de maniquí. No más. Lo cierto es que una constante en la carrera de la artista defeña, ha sido el objeto representado. “Antes pintaba puros objetos”, expuso Marcela Lobo a ZETA, después de un recorrido oficial por la sala de exposiciones con una comitiva de funcionarios. En el fondo, a juzgar por sus propias palabras, no se ha desprendido del eje característico de sus contenidos en la plástica: los objetos. “El maniquí también es un objeto”, sostuvo. Pero ¿en qué radica su predilección por esos motivos inanimados? “A mí los objetos me encantan porque puedes pintar todo”, es la percepción de la entrevistada. A propósito de su vuelco a la representación de maniquíes, sugirió encontrar en esas armazones corpóreas, un atributo protagónico: “Siento que el espectador hace su historia, de alguien que puedes ver en el maniquí”. El nuevo repertorio incluye imágenes reveladoras. Como el acrílico de amplio formato “Planchando Trapos”, donde una figura femenina compuesta de una suerte de busto marmóreo empotrado a un sostén de piso y provista de una mirada entre soberbia y demacrada, parece decir algo a quien la aprecie. Un rasgo que igualmente ha prevalecido en el quehacer artístico de Marcela Lobo, es el colorido intenso. Se trata de “una constante atención al color…”, menciona Jorge Reynoso Pohlenz. Ello remite a la propensión vanguardista de la expositora. El calificativo de “vibrantes” en el título de la exhibición, tiene que ver con esa disposición: “Es por el fauvismo, lo vibrante es la fuerza del color”, declaró la artista. La pintora cuenta con una experiencia de más de dos décadas en materia de exposiciones. Desde 1991, ha exhibido individualmente a nivel nacional e internacional, no sin seguir participando en muestras colectivas.  En su mayor parte, la presente selección de obras es de 2013. Solo dos son de 2012. “Cuerpos Vibrantes” acaba de estar en el Museo Macay, de Mérida Yucatán. Posterior a su período de apertura en el Centro Cultural Tijuana, será llevada a Los Ángeles, California. Artistas locales en colección permanente del CECUT   En el acto inaugural de la exposición “Cuerpos Vibrantes”, Rafael Tovar y de Teresa, además de encabezar la ceremonia, tendría que haber anunciado un “importante proyecto”, sin embargo, Pedro Ochoa Palacio, director del CECUT, informó que el titular del CONACULTA tuvo que cancelar su viaje a Tijuana por motivo del XXV Aniversario de la institución bajo su cargo, cuya celebración, programada para el 8 de diciembre en la Ciudad de México, lo obligaba a permanecer allá. En representación suya, Ochoa hizo el anuncio en cuestión sobre “la formalización del Acervo Artístico del CECUT”, lo que en el caso de otros espacios museográficos, se denomina colección permanente. El funcionario pormenorizó que es creará “nuestro propio acervo con presupuesto del próximo año, el CECUT empieza a comprar obra”. Es así que después de que algunos artistas beneficiados con el nuevo programa de adquisición fueran vistos rondando los pasillos del inmueble cultural esa misma semana, se reveló a quiénes pertenecen las piezas recién adquiridas: “Ángel Valrá, Daniel Ruanova, Hugo Crosthwaite, Alejandra Phelts, Mely Barragán, Álvaro Blancarte, Juan Ángel Castillo, Marcos Ramírez ‘Erre’, Daniela Gallois y Benjamín Serrano. Todos ellos de ahora en adelante forman parte del Acervo Artístico del CECUT”, afirmó Ochoa Palacio en alusión a estas figuras innegablemente representativas del arte bajacaliforniano.