En medio de la discusión en el Senado sobre la Reforma Energética, el bajacaliforniano Víctor Hermosillo Celada se sorprende. Nadie le ha hablado para confirmar su retirada de la senaduría que ganó por ser el segundo en la fórmula que encabezó Ernesto Ruffo Appel, en las elecciones federales de 2012. Ellos dos fueron los panistas triunfadores de aquella jornada, cuyo resultado descendió al Partido Acción Nacional a la posición número tres en la preferencia electoral de los mexicanos. La verdad, dice Hermosillo, es que no se va. No le deja su curul al suplente Gustavo Sánchez, ni tiene problemas de salud, aunque llegando a Mexicali se hará un chequeo médico, no vaya a ser que sus detractores sepan algo. En los últimos días, el senador ha insistido en la disminución de legisladores de representación proporcional y plurinominales. Asegura que sería lo justo cuando en la reforma política se aprobó la reelección y en la financiera les hincaron el diente a los contribuyentes, mientras el Ejecutivo Federal no tomó ningún compromiso para disminuir el gasto corriente y el superfluo que tanto abunda.
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