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miércoles, junio 26, 2024
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A través del muro divisorio, migrantes y sus familias viven "Posada sin Fronteras"

Emoción, alegría, nostalgia, pero también tristeza, vivieron decenas de familias, este sábado 14 de diciembre en la frontera Tijuana – San Diego, para celebrar la vigésima edición de Posada Sin Fronteras. Puntuales a la cita, residentes en San Diego, llegaron al Parque de la Amistad, colindante con el faro de Playas de Tijuana, para ver a sus familiares y amigos, quienes esperaban de lado mexicano. DSC_0821 Justo ahí, en la línea divisoria entre México y Estados Unidos, se reencontraron mexicanos con sus seres queridos, tras semanas, meses e incluso años de no poder verlos, luego de ser deportados. Sin embargo, la barrera es alta e hizo casi imposible que los asistentes pudieran verse s través de las malla. Oficiales de la Patrulla Fronteriza, vigilaron en todo momento a los asistentes, pues en esta ocasión, las leyes del país vecino señalaron como “peligroso”, que familiares compartieran un poco de champurrado o tamales a través del bordo. En conjunto, más de 20 asociaciones civiles de defensa a migrantes, en ambos lados de la frontera, unieron su misión, para llevar a las familias música y un mensaje de fe durante este día. Por su parte, el director de la Casa del Migrante, Pat Murphy, lamentó que este 2013 no se abriera la puerta para que familias pudieran reencontrarse de verdad, a través de una Reforma Migratoria. Pero lo anterior no borra la esperanza de que el próximo año, autoridades estadounidenses puedan consolidar estas leyes, para que las personas puedan celebrar una verdadera Posada Sin Fronteras, señaló el padre Murphy. Cánticos de amor familiar, villancicos y otras melodías, interpretadas en sincronía en ambos lados del bordo, por guitarristas y asistentes, hicieron rodar algunas lágrimas por las mejillas de Alfredo González. Hace tan sólo seis días, González fue repatriado a México, después de 20 años de residir en Estados Unidos. El jalisciense dejó a su esposa e hijo a su suerte, sin poder hacer mucho cuando agentes de migración, lo deportaron por Tijuana. Fue en la Casa del Migrante donde consiguió un techo y comida, así como protección, lo cual sumamente conmovido agradeció a su director. En una tarde de emoción, lágrimas y reencuentro, los asistentes en ambos lados de la frontera, unieron simbólicamente sus manos sobre el bordo.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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