Hechos 2:22-23 Moisés anunció a nuestros antepasados: “El Señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga; 23 porque todo aquel que no haga caso a ese profeta, será eliminado del pueblo”. Malaquías 3:1 He aquí yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí, y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros, he aquí quien viene, dice Jehová de los ejércitos. Malaquías 4:5-6 He aquí yo les enviaré al profeta Elías, antes que venga el día grande y terrible de Jehová. Él hará volver el corazón de los padres hacia sus hijos, y el corazón de sus hijos hacia sus padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición completa. Mateos 17:11-12 Jesús respondió y les dijo: a la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías vino, y no le reconocieron, sino que hicieron en él todo lo que quisieron; así también el hijo del hombre va a padecer en manos de ellos. Lucas 1:76-77 Y tú, niño, serás llamado profeta del altísimo: porque irás ante la paz del Señor. Para preparar sus caminos: para dar a su pueblo conocimientos de salvación. Por el perdón de sus pecados. Por medio de las entrañas de misericordia de nuestro Dios. Por las cuales nos visitó un amanecer del sol desde lo alto. Hechos 3:22-23 22 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; 23 y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo. 2 Tesalonicenses 2:2-4 2 Que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. 4 El cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. José Luis Ramírez – Tijuana, B.C.