No encuentran la manera de ocultar sus deficientes actuaciones como responsables del Sector Salud. A últimas fechas ha sido muy notorio la demasiada cantidad de pergaminos, reconocimientos, festejos, entre otros eventos que se han autogestionado los doctores José Guadalupe Bustamante Moreno y José Robles Barboza, con el afán de buscar la aprobación de sus labores como funcionarios públicos, quieren el Vo. Bo. de la ciudadanía tijuanense y desde luego lograr que nuestros futuros gobernantes los tomen en cuenta y los integren dentro de su equipo de trabajo. Ha sido vergonzosa, deprimente, soberbia, insolente y deshumanizada la labor que desarrollaron Bustamante Moreno y Robles Barboza al frente del sector más vulnerable donde se debe de buscar proteger la salud de los tijuanenses. El tan mencionado caso del Sr. José Sánchez Carrasco, quien falleció de desnutrición fuera de un hospital en el Estado de Sonora, después de permanecer cinco días a la intemperie sin recibir atención médica, es similar a lo que a diario sucede en el Hospital General de Tijuana. Aún más grave es lo que sucede dentro del nosocomio. Decenas de pacientes internados fallecen por no ser atendidos argumentando falta de recursos económicos del hospital o porque el padecimiento del enfermo no se encuentra en “su cuadro básico”, contraviniendo lo que determina la Ley Federal de Salud: Los acuerdos internacionales signados por nuestro país donde se compromete México a preservar la vida de cualquier ser humano que requiera atención medica, incluso desatendiendo lo que establece en sus primeros artículos nuestra propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la que se obliga al Estado Mexicano en preservar la vida de sus ciudadanos. A Otilia Roldán Marrufo, de 70 años de edad, le fue rechazada su atención en el Hospital General de Tijuana y falleció en su domicilio ante intensos dolores. El joven Fernando Guzmán Mancera, de 17 años de edad, falleció en el propio Hospital General después de estar internado por más de 45 días, no lo atendían adecuadamente porque “su enfermedad no estaba en el cuadro de atención”. Santiago Fernández Flores falleció en el mismo hospital del cual fue lamentablemente rechazado en su atención. Angélica Vásquez Luna, también fue rechazada y cuando regresó al hospital fue solo para perder la vida. Yesenia Cuevas Ordaz, joven de 20 años de edad, estuvo internada por más de seis meses en el Hospital General de Tijuana. Yesenia se deterioraba poco a poco. A su esposo Jorge Josué Méndez los médicos le aconsejaban “ya no gastes más en tu esposa, aquí en el Hospital no atendemos esa enfermedad, no está dentro del cuadro y no tenemos equipo para atenderla”. Según Jorge Josué, le aconsejaban que la dejara morir. Jorge Josué charlaba con su esposa, se enviaban mensajes por teléfono y la veía consciente. Poco a poco se fue deteriorando en su salud por falta del efectivo tratamiento que se le negó en el hospital. Falleció hace un par de meses. Éstos son unos pocos de tantos asociados de Tiromet, A.C. que fallecieron por falta de atención médica en el Hospital General de Tijuana. Tenemos testimonios y documentación que así lo acreditan. Las órdenes giradas por el Señor Gobernador al Secretario de Salud para que atendiera a los enfermos antes de que éstos fallecieran fueron ignoradas. Las recomendaciones de la Procuraduría de los Derechos Humanos emitidas al propio Gobernador y al Secretario Bustamante fueron desatendidas en forma despectiva por el propio Secretario. Los dictámenes aprobados en forma unánime por el Congreso del Estado para que se proporcionara atención a los enfermos de IRCT en el Hospital bajo la responsabilidad de los doctores Bustamante Moreno y Robles Barboza no se acataron argumentando falta de presupuesto, cuando los propios funcionarios Bustamante y Barboza daban a conocer que se ejercieron cientos de millones de pesos que se gastaron en proyectos que no eran tan importantes como el de proporcionarle salud a quien corría peligro su vida, por falta de atención. Las estadísticas no mienten, bastaron dos sexenios en los cuales Bustamante Moreno estuvo a cargo de la Secretaría de Salud para que Baja California se encuentre entre los estados de la República como: Primer lugar en niños desnutridos, primer lugar en niños obesos, primer lugar en tuberculosis, primeros lugares en cáncer de mama, primeros lugares en rickettsia, primeros lugares en ataques cardiacos. Aun así, se les otorgan reconocimientos como los mejores funcionarios de un gabinete que ya se va. Al Hospital de Tijuana lo señalan como uno de los mejores en esta zona del país. En los nuevos funcionarios, que a partir del primero de noviembre se harán cargo de preservar la salud de los bajacalifornianos, como lo son Miguel Antonio Osuna Millán y Carlos Torres Torres, con quienes Tiromet A.C. estableció comunicación en sus anteriores responsabilidades, y donde se pudo observar el humanismo y la sensibilidad que los caracteriza ante los problemas de población más vulnerable, Tiromet espera que las atenciones a los enfermos de IRCT, sean tal como lo establecen nuestras leyes y acuerdos internacionales. Alejandro Vizcarra Estrada Tijuana, B.C.