“Una segunda oportunidad”: Padre Ackerman a sus secuestradores

Sus verdugos le solicitaron un último deseo. Él se negó. Unas últimas palabras, le inquirieron los secuestradores, que tenían 20 minutos apuntándole con cinco armas. El sacerdote Juan Carlos Ackerman solo atinó a decir, en un intento por salvar la vida: “Una segunda oportunidad”. En ese momento, inició el fin de una banda de secuestradores venida de los Estados Unidos, para delinquir en Tijuana. A los pocos días de su liberación por parte de la Policía Municipal, el sacerdote católico, secuestrado por una banda de delincuentes venidos de los Estados Unidos, relata a ZETA lo ocurrido en aquellas 22 horas de horror. Apoyado por el Arzobispo Rafael Romo Muñoz, el padre Ackerman renunció a la iglesia Santo Toribio Romo ubicada en el fraccionamiento Santa Fe. Actualmente es cobijado por su familia y recibe terapia para sobrellevar lo ocurrido aquella fatídica noche. Testimonio de un secuestro http://www.zetatijuana.com/ZETA/reportajez/hice-mi-misa-de-muerto-ahi/