Entrevista con Alberto Capella Ibarra El secretario de Seguridad Pública de Tijuana se emociona: “Tijuana debería tener 6 mil 900 policías; tenemos 2 mil 200, y con 2 mil 200 policías le hemos dado ‘en la madre’ a todas las batallas, porque un porcentaje muy importante, mayor al 60 por ciento, está motivado. ¿Cuál es la muestra de la motivación? Díganme ustedes en la historia de México cuándo un policía había turnado a un ciudadano por ofrecerle una ‘mordida’. Llevamos 543 ciudadanos que han tenido la osadía de ofrecerle una ‘mordida’ a un policía, y que el policía, en lugar de recibir la ‘lana’, lo arresta y lo envía al Ministerio Público”. El principal cambio que Jesús Alberto Capella Ibarra dice haber generado al interior de la Policía Municipal, tiene que ver con reconocerlos como humanos y no como números. Desempolvar a los viejos agentes que saben de estrategia, dar la oportunidad a los jóvenes, cambiar los grupos cada ocho meses, darles “salario emocional” con reconocimientos y atención. Dos veces secretario de Seguridad Pública en Tijuana, Capella será relevado por Alejandro Lares Valladares, un miembro de su equipo al que desea suerte, y espera que mantenga a la Policía unida a la sociedad. De las amenazas no se queja, vienen con la responsabilidad, dice. Hoy, días antes de concluir la administración de Carlos Bustamante, el titular de Seguridad Pública Municipal tiene seis ofertas de trabajo. En cinco estados y en el Gobierno Federal. Por lo pronto, se integra a la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal, de la mano de la alcaldesa de Toluca, Estado de México. A continuación, la entrevista que Capella concedió a ZETA, antes de partir. — ¿Cómo deja Usted la ciudad, cómo queda la ciudad en términos de seguridad? “Primero con una visión muy clara de que es un tema interminable; es de todos los días y no es llegar a una meta y punto. Es un tema de todos los días. Me voy con la tranquilidad que los índices y los números fríos que nos analizan y nos evalúan mensualmente, y ahora al final del periodo, nos favorecen bastante. Hay una reducción importante en la incidencia delictiva, hay una percepción social y empresarial de que las cosas han mejorado sustancialmente no solamente en el dicho, sino en los hechos. “En la Avenida Revolución estaban los locales ‘se vende’, ‘se renta’, uno abierto, ‘se vende’, ‘se renta’, y ahorita pasan por la Avenida Revolución y son escasos los lugares que están disponibles; tengo acercamientos y reuniones con empresarios que me dicen, ‘este proyecto -como el que se hizo ahí de Salomón Cohen- me atreví a hacerlo porque veía que el ambiente de tranquilidad regresaba a la ciudad de Tijuana, si no, no le invierto’. Y eso tiene su secreto: que tanto el alcalde como tu servidor, como el que sigue después de mí, somos personas honestas que estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para que las cosas funcionen, y la otra, que evitamos conductas que eran una costumbre y que eran el contrapeso positivo para que el policía arriesgara su vida, que era generar botines de guerra, dejar o lacerar a las familias de los presuntos delincuentes, crear acuerdos en algunas zonas con ellos para que las cosas estuvieran tranquilas. Evitamos eso, cualquier acercamiento, cualquier situación, actuamos conforme a derecho, no abusamos ni brincamos los límites”. — ¿Eso también tiene que ver con la detención en 2010 de Teodoro García Simental? Cuando ustedes llegan, a finales de 2010, la inseguridad ya había disminuido de manera considerable por esta detención, Tijuana ya no era el territorio de guerra que fue de 2008 a 2010, en un enfrentamiento de cárteles. “Sí, la detención, nosotros en cuanto al tema numérico, porque es un dato muy interesante que siempre lo hemos analizado y discutido, se da la detención impactante y aparentemente dices, ‘bueno, encontramos el virus que estaba generando el problema que teníamos’, pero la parte numérica nos marca 2010 como uno de los años más violentos, y la detención fue en enero, pero fue un año sumamente violento”. — Estaban dando los coletazos, porque lo fuerte, y a Usted también le tocó, fue en los años previos… “Sí, pero ya después, posterior a esa detención, fueron limitadas las situaciones que se fueron dando…”. — Pero incide… “Ustedes dieron cuenta de la visión que tenía el ‘Sillas’, era venir y apropiarse otra vez de la zona, entonces, ha habido también detenciones de impacto de los tres órdenes de gobierno que han evitado que aquellos herederos de aquel tema, aquellos que sobrevivieron a la guerra, quisieran venir y ocupar espacios que evidentemente estaban desocupados. Sin dejar de reconocer los esfuerzos que se han hecho por todos, pero todavía para el año que entra hay riesgo de que quieran llegar y ocupar espacios, y lo vemos todos los días. Nosotros actuamos como un dique, para que no se desborde. En el tema de violencia tenemos que ser muy contundentes, es Tijuana una zona geográficamente muy importante para el crimen”. — Considerando los “herederos” que mencionó hace un momento, ¿cómo está operando el crimen organizado y quiénes están a la cabeza? ¿Contra quiénes tienen que funcionar como dique? “Siento que esa actuación del crimen organizado, Tijuana no está alejado de todo lo que se da en el resto del país, sigue una operación fuerte del llamado Cártel de Sinaloa, que obviamente ha operado y controlado mucha región. Vimos una expresión de muchos grupos criminales de Michoacán, particularmente con el trasiego de ‘ice’, en lo que me tocó ver a mí, y grupitos que me preocupan del sur de California, que en algún tiempo fueron sicarios de algunas de las células esas, particularmente del cártel de esta famosa familia de Tijuana, que bueno, pues también conocieron la operación y han querido venir a abrir plaza aquí a la ciudad. La modalidad que se dio con las ‘mulas ciegas’, recordarán, presumimos nosotros, eran parte del tema de la gente local. Cuando logramos un nivel de colaboración importante con las autoridades estadounidenses, logramos limitar esa circunstancia, de hecho se logra inclusive cambiar el sistema de cruce rápido de ellos por una situación provocada por esto, que la propia Policía Municipal fue ‘encuerando’ conforme se iban dando casos y casos de situaciones lamentables. Yo veo el tema, una cierta manifestación todavía de la gente local, de lo que queda…”. — ¿De quién? “De los Arellano, y veo la intención siempre focalizada del Cártel de Sinaloa, de ocupar lo que en su momento ocuparon de Tijuana o de Baja California, porque no solamente es Tijuana, es la conexión que tienen con toda Ensenada y todo lo que representa el sur de Ensenada, lo que representa el Valle de Mexicali y lo que representa San Luis Río Colorado, y lo que de alguna forma se fue dando poco a poco en Mexicali”. — ¿Y tienen nombres específicos? “No puedo profundizar más en temas que obviamente nos toca a nosotros atender, pero pues más claro que la (narco) manta que ustedes vieron y que fue pública, y con los nombres que ahí se señalan, yo no veo nombres nuevos en relación a lo que ya hay y lo que ya es público. Existen, hay manifestaciones, se ve al momento de la detención de un narcomenudista que probablemente dependa de ellos, la actuación de cuatro, cinco, seis abogados. Es impresionante la capacidad económica que tienen, y con lo que tenemos que combatir, entonces, nos damos cuenta que no son grupos desorganizados o solos, traen sus esquemas de análisis de riesgo y de control de daños cuando hay alguna detención por parte de alguna autoridad”. — ¿Cuál es el reto de la Policía Municipal en el tema de crimen organizado? “No bajar la guardia; seguir con la contundencia con que se ha actuado, seguir fortaleciendo las áreas de inteligencia, los grupos operativos estarlos reestructurando, estarles dando una oxigenada rápida, y tener la capacidad de reacción inmediata, porque somos la fuerza más importante. Y el reto para mí más importante: estar siempre del lado de la ciudadanía. Si volvemos a perder a la Policía Municipal, la sociedad va a estar en riesgo. “La Policía atiende las dos generalidades de delitos de la siguiente manera, y fue la parte que yo utilicé: los grupos de inteligencia y los grupos especiales, los temas de delitos de alto impacto, que generalmente tienen que ver con narcotráfico o el crimen organizado. Todas las demás secciones y los distritos, la delincuencia común, entonces, esa era la estrategia que utilizamos y yo creo que nos funcionó, sin dejar de reconocer que en Tijuana circulan, lamentablemente, cerca de un millón de dólares diarios en el consumo de drogas. Nada más un rubro, narcomenudeo, y dicen los que saben: el narcomenudeo puede representar únicamente el 25 por ciento del total del trasiego general de drogas, sobre todo la que cruza hacia Estados Unidos. La capacidad económica es grande, la estructura de la Policía es importante, pero sigue siendo insuficiente para todos los retos que hay en la ciudad”. — ¿Fue amenazado por el crimen organizado? “Sí, varias veces”. — ¿Quién, cómo? “Recibí varias llamadas a mi teléfono particular, y varias llamadas a la casa de mi familia. Generalmente cuando se daba alguna detención importante o algún decomiso, alguna situación así, pero no es algo que esté ajeno a una responsabilidad como ésta, te tienes que preparar mentalmente para ello. Sí es impactante cada llamada que tienes, y cada amenaza es preocupante, tienes que activar todos los mecanismos de alerta, pero yo tenía, siempre he tenido y me voy con la plena tranquilidad, de que hicimos lo que teníamos que hacer, y mi respuesta siempre a las llamadas era ‘usted a su jale, nosotros al nuestro, ustedes se atraviesan, nosotros vamos a hacer lo que tengamos que hacer’. No les robamos, no les generamos botines de guerra, no les quitamos ni medio centavo partido a la mitad, no vejamos a sus familias, hacemos lo que la Ley nos permite hacer y lo estamos tratando de hacer bien. No generamos acuerdos con ellos ni con nadie, no jalamos por ningún lado, e igual atacamos a un presunto bando, como al otro, al otro, al otro, nunca con la visión de que ‘éste nomás’”. — ¿Cuáles grupos lo amenazaron? “Los de Sinaloa, y dos, tres mensajitos supuestamente de los de aquí”. — ¿Cuántas veces lo amenazaron? “Cinco”. — Dice que no generó acuerdos, pero ¿le ofrecieron dinero? “Voy a decir una cosa que va a parecer hasta absurda: una de las llamadas de uno de los presuntos líderes importantes, famosos, me dijo: ‘mire, no nos hemos metido con su familia porque no hemos querido, y tampoco le hemos ofrecido una lana porque sabemos que usted es un cabrón íntegro’. Dije, hasta de ellos tiene el reconocimiento, y ahí es cuando vino mi respuesta: mire, yo tampoco me he metido con su familia, no es nuestra intención y no lo vamos a hacer, pero usted a lo suyo, y nosotros a lo nuestro; lo nuestro es aplicar la Ley, combatir lo que esté mal, y lo vamos a seguir haciendo”. — ¿Quién era? “Un personaje, no vale ni siquiera la pena mencionarlo. Yo quiero compartirles que con Arnulfo (Bañuelos, del área de Planeación), que tiene veintidós años aquí en la institución, y con otros ‘intelectuales de la seguridad pública’, como yo les llamo -que están poco valorizados y pueden aportarle a la institución-, fue gracias a esa visión que tuve de allegarme de gente con inteligencia, calidad moral y calidad de hacer las cosas; y diseñamos una estrategia, un plan siempre estratégico. Nos dimos cuenta que la responsabilidad que tiene un titular en estas instituciones, no es nada más combatir el crimen, esa es una guerra, que es a la que nos debemos, que es la más importante; pero hay una segunda guerra, la guerra interna. Hay muchos paradigmas y gente que no quiere cambiar, que está acostumbrada y que platica de ciertos titulares que llegaban, reventaban una casa y se llevaban plasmas, comedores, joyas… y eso evidentemente después generó una molestia en quien está detenido, que muy probablemente salga y luego genera la violencia contra el jefe de distrito de Policía que participó. Entonces, hay una segunda guerra también en paradigmas de la corrupción, de gente que está acostumbrada a vivir no solamente de su salario, sino de lo extra, o a comer de la propina o la ‘mordida’ que le dé un ciudadano. Tenemos en promedio diez mil contactos diarios con ciudadanos, imagínense todo lo que no se pueda dar, pero yo estoy en esa segunda guerra, muy convencido de que hay resultados importantes. Llegué desconfiando del 80 por ciento de la Policía, me voy confiando del 75 por ciento de ella”. — ¿Eso lo puede medir? ¿La corrupción que encontró era del 80 por ciento? “No lo puedo medir de esa manera, sino la desconfianza de que no sabía quiénes eran, de que no había exámenes de control y confianza, de que había ciertos antecedentes, para mí era el 80 por ciento, y obviamente había que reconstruir esa confianza. Me han traicionado y han sido desleales desde comandantes, jefes de distrito y hasta directores, entonces, la característica particular para mí es que la gratitud y la deslealtad son características normales de instituciones como ésta, pero tienes que seguir confiando para que las cosas fluyan. Ahorita me voy confiando en el 75 por ciento de ella, porque hay rubros, hay ciertas cosas, hay el famoso VIP, que mandamos gente porque no les pudimos procesar, y además, no quisimos hacer cosas que no debíamos”. — Si confía en el 75 por ciento, ¿quiere decir que la corrupción de una corporación la puede situar en el 25 por ciento? “En estándares internacionales andamos en países de primer mundo. Si tú analizas por ejemplo la crítica que hay en ciertas corporaciones de Estados Unidos, te van a decir que el 25 por ciento anda mal, falta mucho por hacer, y no es un mecanismo de satisfacción porque falta, pero yo creo que en estos dos años y fracción el avance fue para mí dimensional…”. — ¿Se depuró? “Claro. Desde 2008 a la fecha, se han ido 680 policías, en aquella etapa, mi primera experiencia, y en ésta, me tocaron 500, entonces, yo creo que soy el secretario que menos le ha temblado la mano en ese tenor… 689, son 500 los que me han tocado a mí, en esta última etapa son 180, creo, en estos dos años los que se han ido. Llegué y la Comisión de Desarrollo Policial era inoperable, no funcionaba, parecía que era una actividad jurisdiccional dedicada a solapar policías en lugar de procesarlos, me dejaron 450 expedientes que estaban ahí sin moverse, entonces tuvimos que depurar, la vamos a dejar con muy poquitos, obviamente va a haber un rezago, pero no un rezago de 450; entonces, cuál era la visión, no hacer nada. “Por ejemplo, el famoso asunto del ‘Presa-gate’, no lo querían resolver, entonces, todo era esa lamentable complicidad entre cabezas o mandos y los de abajito, ‘ustedes hagan lo que quieran, pero sean leales conmigo, si hay que robar, hay que robar, si les digo acá…’; pero todo mundo calladito, y había esa triste complicidad. Se llegó a romper, punto, y a hacer lo que se tenía que hacer”. — ¿Fallan los exámenes de confianza? “Yo siento que es un instrumento sin el cual los jefes policiacos no podríamos hacer las cosas bien, el tema de los exámenes de control y confianza, o sea, las cifras no andan tan alejadas, son noventa los que no lo han pasado. Yo te puedo decir que en alguna ocasión tenía yo el examen de un personaje que lo había pasado muy bien, y a los tres o cuatro meses se trastornó por un problema conyugal que tuvo, y el cuate se convirtió en un tipo corrupto, y punto. Todos los días hay factores humanos dentro de la Policía que pueden transformar la voluntad de una persona, no significa que porque ya hiciste el examen y lo pasaste, al día siguiente no puedas hacer una tontería, o sea, son mecanismos que se acercan a una posibilidad de, pero no son instrumentos perfectos. — En lo personal, ¿tuvo problemas con los exámenes de control y confianza? “Los dos que he hecho yo, los dos exámenes los he pasado. No ha habido una reevaluación de los exámenes, y es muy difícil, si pasas el primero, pues vas a pasar los demás, si no pasas el primero, no vas a pasar los demás. Se especuló en aquel tiempo, estuvimos sujetos a muchos temas de mucha grilla, venía yo de encabezar el tema del esfuerzo del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública. El examen del polígrafo te mide una escala de valores: si a ti en tu casa te educaron para que cualquier persona que de alguna manera se brincara el patio de tu casa, tú tenías derecho de agarrar y matarlo, y no pasaba nada, era tu derecho, pues vas a pasar el examen. Si te preguntan si mataste a alguien bajo esa circunstancia, bajo alguna circunstancia, vas a decir, ‘pues a lo mejor’, pero estaba legitimado, entonces lo vas a pasar, porque tu escala de valor te determina que eso no tiene problema. Los que fuimos educados con escalas de valores muy grandes, como afortunadamente lo tuve yo en mis padres, cualquier detalle que a lo mejor te parezca equivocado, pasarte un alto… digo, yo soy abogado de carrera, y que alguien te pregunte si en algún tiempo un ministerio público te pidió una ‘lana’, son escalas de valores que a lo mejor dices, bueno, eso a lo mejor no lo hubiera hecho, pero era parte de un sistema. “Es muy interesante analizar cómo personajes que lo pasaron también, pues ahorita están en Almoloya y no precisamente por el hecho de lo que hicieron después del examen, sino por lo que se les acredita antes del examen, entonces, hay que cuestionarnos aquellos que pasaron, por qué lo pasaron. Yo siempre cuando hay alguien que no lo pasa, pregunto qué fue lo que le calificaste, qué fue lo que te dijo…”. — Por eso le preguntábamos, si funcionaban o no funcionaban… “Yo creo que sí, no son cosas perfectas, tienen… yo cuando lo hice la primera vez, era verdaderamente vergonzoso que un chamaco de 21, 22 años, te estuviera haciendo el examen, era vergonzoso. Y eran aquellos tiempos cuando apenas iniciaban los sistemas de los exámenes, entones, un chamaco que acaba de salir de la carrera de psicología, te empieza a hacer un examen preguntándote, y hacen diez exámenes a lo mejor al día, yo creo que era de las partes perfectibles que había que hacer. “El C3 que tenemos en Baja California, es definitivamente el mejor C3 que hay en el país en cuanto a los locales, no sé cómo se pueda comparar con el que hay a nivel nacional, pero yo vuelvo y digo, y más que nada por la nota que sacaron el otro día: si yo no hubiera pasado el primer examen, no hubiera sido secretario, porque uno de los requisitos para poder aplicar los recursos del SUBSEMUN, era ese; entonces todos aquellos que quisieron manipular y decir que no se pasó, era parte de una grilla perversa que se estaba manejando, o sea, ¿dónde está el papelito?”. — ¿Por qué cambió el grupo de inteligencia? “Había ciertas acciones de desconfianza, operativos que al momento del resultado no me gustaba lo que me traían en cuanto a ciertas decisiones que se habían tomado, y luego se empezaban a generar ciertos rumores. Se hizo un tratado muy interesante, que yo lo adopté: un jefe de distrito llega a la curva superior, a la cúspide de su trabajo, y lo expulso a los ocho meses de ser jefe. Luego de ocho meses empieza a bajar su efectividad, así es poco a poco, y esa bajada de efectividad puede generar distorsiones o actos de corrupción, o falta de intensidad o miedo en aplicar ciertas situaciones. En una ocasión desaparecí todo el grupo de inteligencia, que fue la penúltima, y luego vino ya otro personaje de mucha confianza, con mucha relación con la Procuraduría, parte de los arquitectos del nuevo esquema de inteligencia de la ciudad, con trabajo de tecnología, de inteligencia, de meterle un poquito más esquemas sofisticados a esta área, y me funcionó muy bien. “Prácticamente todo lo que ha sido el último año me ha funcionado a la perfección, pero sí hubo sus ajustes, en algunos casos no se pudo comprobar. En otros casos, la primera ocasión que cambié el grupo de inteligencia, fue por algunos señalamientos que ustedes incluso hicieron en el semanario, de personajes relacionados con actividades ilícitas, que eran los encargados del área de inteligencia. Yo no llegué moviendo lo que había, llegué analizándolo y lo moví a las semanas, precisamente por algunos señalamientos o presunciones de situaciones graves”. — ¿Qué otros grupos operativos desaparecieron? “Las Fuerzas Especiales era un grupo con un cierto nivel de arrogancia, que decían que no atendían nada, son policías municipales, y cuando algún ciudadano se acercaba a la patrulla para pedirles apoyo, le decían, ‘háblele a la Municipal’, ¡pues si son policías municipales! Estaban acostumbrados a hacer un grupito especial, entonces llegamos ajustando más que nada por el hecho de cuidar la integridad de ellos, y de darle el beneficio importante que requería un grupo de esa naturaleza en la ciudad. Creo que hay gente con mucha capacidad en ese grupo, hay que aprovecharla. Le cambio el nombre al grupo, de Fuerzas Especiales por Grupos Operativos, nos ayudaron a atender muchos aspectos importantes, inclusive de orden social, y le fuimos cambiando poquito el rostro. “Había mucha queja de los jefes de distrito, que cuando me llegaba algún señalamiento de actos de corrupción, decían, ‘es que yo tengo mis patrullas bien controladas, jefe’, entonces andaban las Fuerzas Especiales ahí. ¡Ah, cómo que andaban! Lo que hicimos fue agarrar, meterlas en cintura y analizar qué era lo que hacían para que no tuvieran cartera libre de hacer y deshacer lo que quisieran por cualquier rincón de la ciudad. Creo que dieron resultados importantes, gran parte de los decomisos de droga se dieron por parte de ellos, yo creo que hay que ponderarlo, y es una herramienta indispensable para combatir la parte de los delitos de alto impacto de la ciudad”. — Fue secretario en dos periodos, está por terminar el segundo, fue jefe de Alejandro Lares. ¿Quién es Lares, quién es Montilla? ¿Qué se puede esperar de ellos? “Yo creo que no está en mi papel hacer ningún comentario en ninguno de los sentidos, porque como lo haga, se va a malinterpretar, yo le deseo la mejor de las suertes a quienes vengan, nosotros dejamos muy clara una manera de hacer las cosas. Yo te puedo decir que si algo busqué siempre, fue crear líderes dentro de la institución, líderes sanos, que quisieran hacer bien las cosas. Y si uno de los que viene está dentro de ese grupo, esperemos que el aprendizaje haya valido la pena. Yo les deseo la mejor de las suertes, nosotros dejamos una manera de hacer las cosas, ellos ya implementarán su toque. Nosotros lo que sí queda muy claro es que en Tijuana, el tema de seguridad no puede tener retrocesos, y menos la Policía Municipal, menos el tema de la dignificación de la profesionalización de la Policía; eso no puede tener ningún retroceso”. — ¿Puede el personal que formaron ustedes, afrontar los retos que nos comentó del crimen organizado, secuestro, en narcomenudeo, en extorsión? “Con el debido respeto para todos mis compañeros aquí de la Policía, había gente que eran así como ‘muebles’ que estaban en alguna parte, polveados, con un valor en conocimientos y en el manejo del liderazgo de la institución, conocimiento en cómo combatir al crimen. Lo único que yo hice fue ‘desempolvar’ a muchos de ellos, darles posibilidades de desarrollo aquí como mandos, y sacarlos adelante. Entonces, si el equipo con el que se rodeen, trae esas características, yo estoy cierto que esta corporación tiene una capacidad enorme para poder combatir cualquier fuerza que sea una amenaza para la ciudad. Yo lo veo de esa manera, pero por qué siempre cada cosa que hacíamos, se criticaba, si andábamos en la calle… hay que generar ese ánimo y dar muestras con el ejemplo de que todos estamos en el mismo barco y hay que jalar igual; yo lo hice, no me dediqué a estar sentado nada más en la oficina, sino que me gustaba ver las cosas, mantener mi propio criterio. “Me voy obviamente con la decepción de muchas deslealtades, de actos que no se debieron dar por algunos de ellos, abusos de confianza en muchos sentidos, pero también con el entendimiento que son tantos los intereses que hay aquí, que va a haber alguien que de alguna manera se atreva a traicionar a la institución y a sus titulares. Pero aquí fuimos compañeros que trabajamos con un objetivo muy concreto, no cómplices, yo creo que esa parte es muy importante”. — ¿Qué sigue? ¿A dónde va? “Voy a México, me incorporo a Toluca de forma inmediata, yo creo que los primeros días de diciembre, la primera semana, a la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal. Voy a tener acuerdo con la presidenta de la Conferencia, que es la alcaldesa de Toluca, traigo por ahí ya algunas encomiendas muy importantes en cuatro municipios, yo voy a seguir siempre con la prioridad de Tijuana. No quiero tomar decisiones aceleradas, tengo cinco propuestas muy concretas en algunas otras entidades, y traigo obviamente una propuesta muy concreta del Gobierno Federal, que ya estaremos analizando en enero”. — ¿Todas en el tema de la seguridad? “Pues es que no hay para donde hacerse, hay números muy concretos de Tijuana que hablan de una realidad esperanzadora en la ciudad, yo siempre he planteado que son muchos factores los que han participado en esto, particularmente el tema del activismo y la participación de la ciudadanía, la voluntad política que hay, y luego ya la parte que nos toca a nosotros, a todos los que estamos encabezando áreas de esta naturaleza. Pero es muy sintomático que cuando yo era presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública en el Estado, cuando entró el Presidente Calderón, en 2006, precisamente en diciembre de 2006 mandó un operativo conjunto a Michoacán, para combatir el crimen que se estaba dando allá. Recuerdo yo que en enero y febrero publicamos un desplegado en el periódico Reforma, diciéndole que oye, está bien que sean sus paisanos, pero nosotros también traemos broncas en Baja California, y en marzo, febrero o marzo, nos llegó el operativo a Baja California. Y es muy sintomático en las noticias que hay de Michoacán ahorita, con relación a lo que estamos viviendo nosotros en Baja California. Entonces, hay algo positivo que se hizo, donde no se le puede quitar mérito a nadie de los que participaron, desde el gobernador hasta el General Duarte, el General Aponte Polito, lo que le tocó hacer a los alcaldes… o sea, no le puedes quitar mérito a nadie, pero particularmente un tema sustancial, que es la sociedad”. — ¿Sería el trabajo con la sociedad una de sus propuestas laborales, incluso en el gobierno? “Sí, eso y una cosa que me llama mucho la atención: tengo una invitación que voy a atender también en enero, para estar en Colombia quince días, que lo hace la Policía Nacional de Colombia. En términos policiacos, Colombia trae avance de diez años en relación a lo que se vive en México, ellos tienen una estructura muy sólida en cuanto a temas policiacos, les falta más acercamiento con la sociedad. Lo que nosotros queremos analizar es el punto exacto en el que nos encontramos a nivel país en relación a Colombia, hay muchos esfuerzos aislados que no se han concatenado para combatir a la delincuencia. El éxito de Tijuana es la mística que le imprimió el alcalde a la Policía, y un descubrimiento que pareciera absurdo: el hecho que los policías son seres humanos, y aquí la sociedad tijuanense le ha dado respeto y estatus social al policía. Aquellos que han aceptado esa nueva posición dentro de la sociedad, se han convertido en los héroes de la comunidad; tenemos reconocimientos cada seis meses para ellos, les hemos dado lo que los colombianos le dicen allá ‘salario emocional’ al policía, cambiamos esa visión de números, de que los policías eran números que hay que capacitar, que hay que mandarlos a exámenes de control y confianza, que hay que equipar, que hay que armar. Son seres humanos que hacen una actividad heroica, y hay que reconocerlos como tal. “Según los estándares de la ONU, Tijuana debería tener 6 mil 900 policías; tenemos 2 mil 200, y con 2 mil 200 policías le hemos dado ‘en la madre’ a todas las batallas, porque de esos 2 mil 200, un porcentaje muy importante, mayor al 60 por ciento, está motivado. ¿Cuál es la muestra de la motivación? Díganme ustedes en la historia de México cuándo un policía había turnado a un ciudadano por ofrecerle una ‘mordida’. Llevamos hasta ayer 543 ciudadanos que han tenido la osadía de ofrecerle una ‘mordida’ a un policía, y que el policía, en lugar de recibir la ‘lana’, lo arresta y lo envía al Ministerio Público porque eso es un delito. Entonces, si eso no es cambiar una cultura de una corporación que se le consideraba corrupta, inexperta, estigmatizada totalmente, yo me pregunto: ¿qué otra muestra quieren?, sin dejar de reconocer que falta muchísimo por hacer”. Muchas gracias.