En una de las reuniones de planeación del gabinete del gobernador Francisco Arturo Vega de Lamadrid en algún hotel de Rosarito -cuenta uno de los funcionarios-, durante un descanso, el secretario de Turismo, Óscar Escobedo Carignan, invitó al secretario de Planeación, Antonio Valladolid, una copita de vino. Los kikistas se aprestaron en el restaurante, pidieron la botella y dos copas, y cuando se disponían a descorcharla, apareció el gobernador. A grito llamativo inquirió al de Finanzas, palabras más, palabras menos: “¡Tony! ¿Quién pidió esa botella?”, a lo que el ex diputado federal, un tanto avergonzado, señaló a Escobedo, acusándolo de traer el vino a la mesa. Kiko entendió la afirmativa y se sentó frente a Óscar Escobedo, tomó la copa destinada a Valladolid y se dispuso a brindar con su secretario de Turismo. Resulta, dice el miembro del gabinete a DICHOZ, que el mandatario le tiene prohibido tomar alcohol al titular de Finanzas, pues conocidas son las farras que inician en Tijuana y terminan en Las Vegas, de Antonio Valladolid. La consigna es, trabajar y no tomar hasta perder el estilo, como suele sucederle. Ahora sí que el gobernador bien puede instaurar los doce pasos en el Gobierno del Estado. Qué cosas.