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martes, octubre 1, 2024
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Los asesinos de Alcántar

La Paz, Baja California Sur.- A poco más de un mes del doble atentado en el que perdió la vida el ex director de Comunicación Social del pasado gobierno, Antonio Alcántar López, y su hermano Leobardo sufrió heridas de gravedad, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) armó el rompecabezas del ataque en tres etapas. 1.- El incidente criminal del homicidio y el homicidio en grado de tentativa en las colonias Fidepaz y Arcoíris III. 2.- La evidencia física que se tiene hasta el momento del crimen como es el arma, cartuchos percutidos y los vehículos utilizados en la operación criminal. 3.- La secuencia del evento basada en la dirección, condición, relación e identidad de los autores materiales y del autor intelectual. Los investigadores del caso, consultados por Investigaciones ZETA, expusieron que la PGJE está por cerrar la pinza de la investigación tras lograr la captura del ex subdirector operativo de la policía municipal de La Paz, Joel Martínez Rosas “El Coreano”, señalado por el ex policía José Eduardo Hernández y/o Ángel Ojeda Castro “El Rojo”, como “el responsable de haber planeado la logística del ataque armado”. Hernández y/u Ojeda Castro “fue contratado por el autor intelectual”. Durante el arraigo de 20 días en el Centro de Medidas Cautelares y Ejecución de la PGJE, el ex policía confesó que “El Coreano” contrató para el doble atentado lo siguiente: 1.- 4 halcones. 2.- 2 sicarios. 3.- 2 choferes o guías de ruta de escape. 4.- 2 pistolas semiautomáticas calibre 0.45. 5.- 4 vehículos. 6.- 3 celulares. El ex policía –ahora del bando criminal— dijo no saber quién ni por qué ordenaron el doble atentado en contra de “Los Alcántar”. No obstante escuchó que “El Coreano” había dicho que era porque “el ex vocero gubernamental se había quedado con una fortuna indebida que no era de él y estaban reclamándosela”. El delincuente comentó que “el problema era con Antonio, tan es así que cuando salió de prisión en una ocasión intentaron levantarlo cerca de su casa, pero su hermano se involucró, y durante un forcejeo, desarmó al pistolero y tuvieron que abortar el plan”. Posteriormente –según el criminal— “empezaron a presionarlo e inclusive lo amenazaron con secuestrar a su hijo Jesús Antonio, pero lo sacó del país y no tuvimos más remedio que actuar”. Previamente al homicidio del ex vocero del ex gobernador Narciso Agúndez Montaño, el 7 de septiembre pasado, la dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz, detuvo a Pablo Alfonso Zazueta Aceves y Geismar Hugo Quiñónez, cuando vigilaban la vivienda de Antonio Alcántar López en el fraccionamiento Fidepaz a bordo de un vehículo de renta, color rojo, tipo Attitude, marca Dodge y con placas de circulación 12-72-AVC. Los dos halcones –según los agentes que participaron en su captura– confesaron durante un breve interrogatorio que “estaban vigilando a Antonio porque se negaba a pagar una deuda”. Cuando cuestionaron qué tipo de deuda, únicamente atinaron a decir: “Él ya sabe, para qué se hace pendejo”. Los dos fueron arrestados e ingresaron con el número de boleta 022350 y 022801 y puestos a disposición del Agente del Ministerio Público del Fuero Común de la PGJE. La PGJE –de acuerdo con los investigadores del caso— prácticamente está en la tercera etapa de la investigación y solo tiene pendiente la captura de los otros dos sicarios plenamente identificados y actualmente prófugos de la justicia y donde se está contando con la colaboración de las procuradurías de Baja California y Sinaloa, a fin de ubicarlos y detenerlos. La parte final del rompecabezas criminal prácticamente depende del testimonio que pueda derivarse del único sobreviviente del doble atentado, Leobardo Alcántar López, y quien es testigo clave para que termine de confirmar los elementos y evidencias recabadas por la PGJE sobre la identidad del autor intelectual. El hermano del ex vocero desconoce a estas alturas que su consanguíneo fue asesinado, y el cual se recupera lentamente de las heridas causadas en el hospital general “Juan María de Salvatierra”, bajo fuertes medidas de seguridad. Y es que –de acuerdo a los investigadores de la PGJE– la esposa de Antonio Alcántar López, Luz de Monserrat Pérez Robinson, se negó a cooperar y aportar datos e información que pudieran llevar a la captura inmediata del autor intelectual. De hecho, según datos recabados por Investigaciones ZETA, huyó del estado –tras el sepelio de su marido— y se fue a vivir a Los Ángeles o a Las Vegas. Los familiares cercanos a “Los Alcántar” son los únicos que aportaron datos que robustecieron la hipótesis de que el ataque fue por un ajuste de cuentas y de que la principal línea de investigación tiene conexión con una fortuna ilícita. Durante el arraigo, José Eduardo Hernández “El Rojo”, dijo que la tarde del doble atentado “planearon sincronizar el ataque casi a la misma hora entre uno y otro y en las dos colonias para una vez ejecutado el primer ataque, atraer la atención de los cuerpos de seguridad, y transcurridos 10 minutos entonces ejecutar el segundo ataque”. La intención –de acuerdo a su declaración— “era que la primera unidad de ataque se perdiera en una ruta de escape que habían trazado, y posteriormente, cuando sobreviniera el segundo, jalar la atención de los cuerpos de seguridad hacia ese lugar”. Según el parte médico, Antonio Alcántar López ingresó al hospital con paro cardiorrespiratorio, recibiendo reanimación urgente, la cual no fue efectiva y no pudo revertir el cuadro de fallecimiento. Hoy por hoy, la PGJE logró probar la participación en el ataque criminal del ex director operativo de la Policía Municipal de La Paz, Joel Martínez Rosas “El Coreano”, del ex policía José Eduardo Hernández y/o Ángel Ojeda Castro “El Rojo” y del sicario Alejandro Méndez de la Cruz, quienes el 30 de octubre fueron capturados en el Centro de Medidas Cautelares y Ejecución y trasladados al Cereso de La Paz, después de que el Juez Segundo de lo Penal librara en su contra una orden de aprehensión como presuntos responsables en los delitos de Homicidio Calificado con Alevosía y Homicidio Calificado con Alevosía en Grado de Tentativa en contra de los hermanos Antonio y Leobardo Alcántar López. Cabe destacar que durante las investigaciones, la PGJE, logró saber la verdadera identidad del sicario de nombre Raúl Roberto Ricalde Herrman y quien traía una credencial a nombre de Alejandro Méndez de la Cruz. Según la investigación, el sicario era proveedor de la Secretaría de Educación Pública del gobierno de Sinaloa y quien surtía útiles y material escolar desde dos domicilios diferentes en Culiacán, Sinaloa.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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