“Los obreros revolucionarios (y sobre todo los comunistas), no solo no deben oponerse a los llamados excesos, a los actos de venganza popular contra individuos odiados o contra edificios públicos que el pueblo solo puede recordar con odio, no solo deben tolerar tales actos, sino que deben asumir la dirección de los mismos”: Carlos Marx, mensaje del Comité Central de la Liga de los Comunistas. 1850. El 3 de octubre de 1999 el gobierno panista de Tijuana, encabezado en ese tiempo por el fascista Francisco “Kiko” Vega, asesinó a mansalva al obrero y luchador popular Cosme Damián Sastre Sánchez. El 2 de octubre por la noche lo capturó la policía y el 3 de octubre por la mañana apareció colgado en la mazmorra donde lo habían encerrado. Francisco “Kiko” Vega es un sátrapa criminal, fiel a su estirpe panista fascistoide. En aquel tiempo en que el régimen gorila de “Kiko” Vega le arrebató la vida a Cosme Damián, toda la izquierda guardó silencio sepulcral. Silencio cómplice. Solo una o dos enclenques manifestacioncitas simulando indignación y “condenando el asesinato”, y nada más. Nosotros, los revolucionarios marxistas, desde el primer momento en que el régimen de “Kiko” Vega perpetró el horroroso crimen propusimos realizar acciones radicales y contundentes para castigar a los asesinos. Para vengar al camarada sacrificado. Propusimos llamar a todo el pueblo a realizar una marcha masiva y enfilarnos a la comandancia de policía, a esa cueva de chacales y prenderle fuego. Aquella propuesta llenó de pánico a la izquierda pequeñoburguesa, a esa despreciable “izquierda” que se cuelga el marbete de socialista y hasta de comunista. Los trotskistas adoradores del bufón subcomandante Marcos (hoy delegado cero), y los falsos stalinistas del Frente Popular Revolucionario (FPR) y demás escoria, se atenazaron de pavor cuando escucharon la firme propuesta de ir a incendiar la cueva criminal de los perros policiacos. “¡Provocación, provocación!”, vociferaron trotskistas, falsos stalinistas, perredistas y todos los reaccionarios de izquierda. Unja muestra más de su cobardía. Prueba fehaciente de su misión como agentes de la burguesía en el seno del movimiento, como sofocadores de la indignación popular. Vamos a transcribir lo que el gran Lucio Cabañas decía acerca de la izquierda burguesa y pequeñoburguesa, cuando ésta a toda acción combativa llaman provocación y trata a todo trance de “calmar” los ánimos exaltados de la multitud indignada. Escuchemos al gran revolucionario: “Si contestas eres un provocador. ¿Qué provocador, que vamos a provocar? Si les damos unos balazos a los judiciales, o al gobernador, o al general, o al sargento, o a quien sea, si les damos unos balazos, ¿por qué somos provocadores? Pues porque vamos a provocar que ellos vengan a matar gente. ¡Ah, bueno!, y ¿qué eso no lo están haciendo? Pues ya cuando nos están fregando ¿qué provocamos? Si ya está provocado antes, ¿no? : Lucio Cabañas. 1973. Pero “Kiko” Vega no solo es un gorila asesino y perseguidor de combatientes democráticos, sino que desde hace mucho es un auténtico matatías, es decir un miserable usurero. ¿Sabía usted, apreciable lector, que el susodicho matón es dueño de infinidad de “casas de empeño” en varias ciudades del país? ¿Sabía usted que muchos de estos establecimientos están abiertos largas horas del día y de la noche, y que dichas “casas de empeño” son guaridas donde los lúmpenes y bandoleros van y venden lo robado en los hogares de la clase trabajadora? “Kiko” Vega es un auténtico “compra chueco“. Tácitamente es uno de los jefes de las bandas de ladrones que saquean las colonias proletarias. Y es a ese rufián panista al que, la totalidad de la izquierda burguesa electorera (PRD, PT, MC y Morena) pretendían hacer su candidato a la gubernatura de Baja California (al final solo el reaccionario PRD apoyó al matatías de marras). Señal inequívoca del estercolero en que se revuelcan los partidarios de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y los que se decían compañeros de Cosme Damián y que fingían sentir hondamente su asesinato, ¿dónde están? Todos ellos como cerdos comiendo en la misma batea burguesa. Todos ellos son unos completos traidores que ya ni se acuerdan de él. No dudaríamos en pensar que algunos de estos traidorcetes ocuparan una cartera en el próximo gobierno que encabezará el susodicho matón panista. Nosotros nunca olvidaremos el asesinato de Cosme Damián. Nunca. Que lo olviden los vendidos trotskistas y falsos stalinistas. Que lo olviden los obnubilados que siguen al charlatán y mediocre López Obrador y a su reaccionario partido Morena. Que lo olviden los cobardes y traidores. Nosotros jamás. Javier Antuna Correo: lahojadeltrabajador@yahoo.com
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