Si no es hoy, es el lunes. Pero los días de Hernando Durán en la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, llegarán a su fin. En memorándums internos, en las últimas 48 horas, se ha instado a jefes y directivos, que cualquier documento que debe consignar la firma del todavía director de la CESPT, debe ser tramitado con celeridad, pues su permanencia en la paraestatal está en riesgo. La razón de la salida de Durán a pocos días que concluya el gobierno de José Guadalupe Osuna Millán, quien lo puso en esa posición, no es el sinnúmero de sospechas sobre irregularidades, transas y otras lindezas, sino lo largo que se vio cuando aprovechándose de su relación con el Sindicato de Burócratas, pactó con ellos en lo oscurito la entrega de bases para los suyos y las suyas. Aun cuando Durán reculó en algunos casos, donde de plano era mucha desvergüenza que obtuvieran la plaza, esa actitud oportunista fue lo que convenció al gobernador de sacarlo de una vez, antes que los kikistas entren de lleno. Tarde, pero ni modo.